En la Universidad Politécnica Federal de Lausana, ya funciona un pequeño vehículo que viaja por el campus a seis kilómetros por hora y realiza las entregas.
EFE.- Los vehículos autónomos están siendo desarrollados por muchas multinacionales tecnológicas, y aunque su aplicación en la vida real aún es incierta por la falta de legislación al respecto, en Suiza se intenta probar su viabilidad en un nuevo sector, el de la entrega de comida a domicilio.
El experimento tiene lugar en la Universidad Politécnica Federal de Lausana, donde desde hace tres meses un pequeño vehículo que viaja por el campus a seis kilómetros por hora entrega alimentos solicitados por los estudiantes y hasta se lleva sus platos sucios.
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“Aunque el campus tiene pocos estudiantes y personal debido al Covid-19, la gente en la universidad está entusiasmada con nuestro pequeño coche amarillo, y tiene muchas ganas de ser parte del proyecto”, relata a Efe Eric Imstepf, gerente de Mobility Lab, el consorcio de gobiernos locales y universidades tras el proyecto.
Éste ha sido bautizado con el nombre de ADORE (siglas en inglés de Órdenes de Restaurantes Enviadas Autónomamente) y no sólo estudia el comportamiento del vehículo autónomo sino también las interacciones de los peatones con él, mediante 15 sensores, cinco cámaras, una pantalla táctil y una antena con conexión de satélite.
Una iniciativa que el servicio postal sigue con atención
El vehículo luce el mismo color amarillo y los logotipos de las furgonetas de correos de Suiza, dado que esa empresa también está detrás del proyecto con miras a ver si la conducción autónoma puede también llevarse al envío de cartas y paquetería, aunque por ahora sólo es una posibilidad a largo plazo.
“Swiss Post utiliza el test para entender mejor esta tecnología y evaluar posibles usos (…) pero aún haría falta un cambio de las regulaciones actuales para permitir a los vehículos autónomos circular por la calle sin supervisión”, explicó Imstepf.
Esa supervisión la hace por ahora una persona que acompaña al vehículo en sus viajes por el campus de Lausana, donde recoge la comida en el restaurante universitario y envía un mensaje a quien la ha pedido informándole del momento de llegada al sitio designado, así como un código para abrir el compartimento donde transporta los alimentos.
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El vehículo ha sido diseñado por la firma china Neolix, un síntoma de cuál es uno de los países donde esta tecnología está desarrollándose de forma más rápida.
“China ha adoptado esta tecnología velozmente, particularmente en este tiempo de pandemia, y su Gobierno ha hecho grandes esfuerzos para promoverla”, lo que ha facilitado la aparición de muchas empresas emergentes chinas en el sector, señaló el gerente de Mobility Lab.