Aldo Riot, inversionista profesional y entusiasta de nuevas tecnologías, hace una reflexión sobre lo que está viviendo el ‘rally’ de la valorización de las criptomonedas en el mercado internacional.

Stefan Thomas es alemán, vive en San Francisco y trabaja como programador. Es el creador de este famoso video sobre Bitcoin. El video fue publicado en marzo de 2011 y tiene más de 9 millones de vistas. Stefan recibió un total de 7.002 BTC como remuneración por su trabajo de parte de un entusiasta de la criptomoneda.

Esta historia podría pasar desapercibida, pero no ha sido así. Cuenta The New York Times que a Stefan le quedan dos intentos para descifrar la contraseña del disco duro donde almacena la dirección de su billetera de Bitcoins. De no acertar el disco se encriptará y perderá el acceso a sus Bitcoins para siempre. Al momento de escribir este texto el valor de mercado de un Bitcoin es de US$ 37.843, es decir, la fortuna que Stefan está a punto de perder asciende a US$ 265 millones. Leyeron bien.

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La historia de Stefan nos sirve para agregar contexto a algunas de las preguntas que recibo sobre Bitcoin en los últimos días. Estás preguntas, aunque no son nuevas, reaparecen cada vez que la criptomoneda goza de un ‘rally’ de valorización en el mercado internacional. Para saber qué es Bitcoin, pueden volver a ver el video de Stefan. Me voy a centrar en dos preguntas quizás más interesantes: ¿por qué Stefan no puede recuperar su fortuna? Y ¿cómo es posible que su fortuna valga tanto?
 
Stefan necesita recordar la contraseña de su disco duro para desbloquear el acceso a su billetera digital de Bitcoins. Si se tratase de un banco tradicional, Stefan podría comunicarse con servicio al cliente, comprobar su identidad y recuperar el acceso a su billetera. Pero Bitcoin no es un banco ni una empresa, no hay un número al que llamar. La concepción detrás de la criptomoneda es que cualquier persona pueda tener una billetera digital en la cual la pueda almacenar su ‘dinero’, sin identidades, sin instituciones centrales, sin regulación.

Las únicas reglas del Bitcoin están codificadas en su algoritmo: sé tu propio banco, sé anónimo, el sistema debe ser inquebrantable. Es por lo que solo quién tenga la información de una billetera puede acceder a ella. Las transacciones que esta billetera realiza quedarán registradas para auditoria de todos los usuarios en el “Blockchain” (la tecnología subyacente del Bitcoin). Pero la ejecución de una transacción es única y solo puede ser realizada por quien tenga su control.

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En marzo del 2011, cuando Stefan recibió 7.002 BTC, estos apenas valían unos cuantos dólares. Pero en los 10 años que han transcurrido desde entonces su valor se ha disparado, y ha experimentado su crecimiento más acelerado desde el inicio de la pandemia. Como todas las demás monedas, su valor proviene del consenso entre sus usuarios, que han decidido que Bitcoin sea unidad una transaccional y una unidad de acumulación de riqueza.

Este último atributo es quizás el de mayor aceptación en la actualidad. Bitcoin se transa 24/7 y es usado por más de treinta millones de personas. El valor de todas las criptomonedas en circulación es superior al de varias economías, muchas de las cuales son, paradójicamente, incapaces de controlar el valor de sus propias monedas. Este valor se encuentra hoy, día tras día, alcanzando máximos históricos.  
 
Bitcoin (y otras criptomonedas) está alcanzando el estatus de ‘mainstream’.  Muchos, particularmente en países con lenta adopción de innovaciones, aún ven la moneda con incredulidad, y es normal, hay casi que hacer una maestría para medio entender de que va todo el tema. Otros apuntan a que se trata de otra burbuja de especulación y también es posible que el mercado de Bitcoin esté lleno de especuladores. ¿Pero si se equivocan?

PD: No tomen consejos de inversión en Bitcoin de nadie que no tenga inversiones en Bitcoin.