Procrastinar hace que no seamos tan efectivos como queremos y no logremos nuestros objetivos. Acá algunos consejos sobre cómo superarla.
Empezó el 2021 y con él llegan las muy famosas listas de propósitos de año nuevo. Bajar de peso, leer más de un libro, hacer más actividad física y ahorrar son algunas de las más comunes. Sin embargo, 80 % de estos propósitos nunca se cumplen, de acuerdo con un estudio reciente de U.S. News & World.
Entrado el mes de febrero, la mayoría de las personas se dan por vencidas en la persecución de sus nuevos hábitos. ¿La razón? Un virus más peligroso que el Covid, la procrastinación, el hábito maldito de retrasar actividades o situaciones importantes, sustituyéndolas por otras menos relevantes, por miedo o pereza de afrontarlas.
Lea también: Startups para la prosperidad en Latinoamérica en 2021
Somos especialmente buenos llenándonos de argumentos para convencernos de que empezaremos la famosa dieta el siguiente mes, o que en marzo sí empezaré a meditar. Incluso yo, que constantemente me siento orgulloso de mi disciplina y poder de voluntad, procrastiné la escritura de este artículo por dos días.
Y lo peor de todo es que la procrastinación no afecta solamente nuestros propósitos de año nuevo, sino que permea nuestra vida laboral también. Movemos reuniones, cancelamos compromisos, terminamos jugando con nuestro calendario como construyendo un rompecabezas, y claro está, aunque algunas veces lo hacemos porque no tenemos más remedio, me atrevería a decir que un 70 % de las veces es porque hemos sido víctimas de este grave virus.
Procrastinar hace que no seamos tan efectivos como queremos, no logremos nuestros objetivos y sintamos remordimiento y culpa por no estar haciendo lo que en un momento dado estábamos tan determinados a hacer.
Ahora que estamos todos trabajando remotamente, el reto de no procrastinar se ha vuelto aun mayor. Antes teníamos que ir a la oficina y estábamos en contacto físico con el espacio laboral, haciendo más fácil mantener ese enganche con las tareas del día a día. Luego llegaron las redes sociales, que comenzaron a truncar nuestra capacidad de ejecutar en el momento al generar distracciones y por último, llegó el trabajo remoto, en el cual se combina nuestra vida personal, laboral y la tecnología para generar un el reto de disciplina más grande que ha tenido que enfrentar la humanidad.
Hay varias razones por las cuales procrastinamos, pero en términos generales, se debe a estas tres grandes categorías:
Lea también: Honra tu tiempo: la virtud más importante que necesitan las empresas
- Falta de descanso – Los expertos en descanso recomiendan tener entre 7 y 8 horas de sueño. Si no descansamos bien tenemos menos poder de voluntad y somos mas propensos a reaccionar a las situaciones sin poder ejercer autocontrol.
- Sobrecarga mental – Algunas veces tenemos demasiado que hacer y un sinnúmero de tareas que sobreponen lo personal y laboral. Al no tener “tiempos muertos” de descanso y reposo, sentimos que el día no nos alcanza y que estamos abrumados todo el tiempo, incrementando la probabilidad de empujar ciertas cosas hacia adelante porque no tenemos el espacio mental para hacerlo.
- Niveles altos de Incertidumbre – Cuando nos enfrentamos a situaciones de alta incertidumbre, por ejemplo, una pandemia mundial que pone en riesgo nuestra estabilidad económica y social, salen a relucir viejos miedos e inseguridades que tenemos guardados. Cuando nuestro cuerpo opera en este estado de “pelea o huida”, nuestra mente automáticamente hace una re-priorización de tareas y nos obliga a posponer lo que sea que no considere de vida o muerte.
A todos nos pasa. No deberíamos juzgarnos o sentirnos mal. Incluso las personas más comprometidas y disciplinadas sufrimos de eso. Ya es el segundo día seguido que empujo este articulo hacia adelante. ¿Por qué? Estoy expuesto a altos niveles de incertidumbre construyendo Ontop.ai, tengo una sobre carga mental alta como es natural de los emprendedores de etapa temprana (no tenemos ni un minuto para para y replantear) y me falta descansar ya que estoy manejando unos horarios extendidos y unas madrugadas titánicas para poder cumplir con todo lo que hay que hacer.
Sin embargo, aunque no debemos juzgarnos ni sentirnos mal, si me gustaría ofrecerles una vacuna que he visto me ha funcionado, y que podemos tener a la mano para evitar llegar a niveles muy altos de procrastinación. Porque si le damos rienda suelta, se puede volver un hábito negativo difícil de deshacer y que se traslada a diferentes aspectos de nuestra vida. Al final del día, queremos lograr nuestras metas, cumplir sueños y sacar adelante proyectos para sentirnos auto realizados y satisfechos.
Lea también: Experiencias de hiperproductividad y bienestar
El paso a paso para vacunarse
- 20 minutos de cuidado personal – Pregúntense primero si están cuidando de su cuerpo lo suficiente. ¿Están agendando horas de descanso y autocuidado? Pasamos nuestros días agendando sagradamente llamadas de Zoom y encuentros laborales virtuales, pero, ¿cuándo fue la última vez que pusieron en su calendario una hora de descanso, ejercicio, meditación o juego y la cumplieron religiosamente? Basta con 20 minutos.
He encontrado que los 20 minutos es un tiempo milagroso. 20 minutos es el tiempo exacto que debe durar un power nap (la siesta milagrosa), para ser considerado un power nap y tener todos los beneficios asociados. Meditar 20 minutos diarios es lo que recomiendan los expertos de mindfulness. Salir a caminar a respirar 20 minutos sin tener notificaciones de celular ni tecnología, nos recarga de una manera impresionante. - Hagan un compromiso pequeño público – Si están luchando con una actividad o tarea que llevan moviendo y postergando, los investigadores de la Universidad de Yale encontraron que al hacer un compromiso y contárselo a sus amigos o familiares, incremental sustancialmente la probabilidad de cumplirla. El truco es empezar con compromisos pequeños, nada muy ambicioso o grande, e ir incrementando.
Una buena aplicación web que les puede ayudar con esto, como Stickk, en ella hacen un compromiso, designan un juez que puede ser una persona cercana y quien estará encargada de asegurarse y reportar que ustedes cumplan lo que dicen. Si reportan que no cumplieron, la aplicación automáticamente les hace un cobro a la tarjeta de crédito. - Ajusten su ambiente – Uno de los aspectos clave para adoptar cualquier hábito nuevo es rediseñar nuestro ambiente para que el nuevo hábito sea obvio y fácil de lograr. Es imposible dejar de fumar en una casa que tiene siempre los cigarrillos a la mano. Es más fácil hacer ejercicio por la mañana si alisto la ropa por la noche y la dejo encima de la mesa de noche. Así que lo más importante es crear un espacio sagrado para lo que sea que quieran lograr: apaguen el wifi, bloqueen aplicaciones o notificaciones o simplemente cambien de espacio físico para lograr concentrarse mucho mejor. Unos de los periodos de escritura más prolíficos que he tenido ha sido en una finca, sin acceso a wifi, con una cerveza en la mano y dejando el celular apagado en el cuarto.
Ajusten el espacio. Limpien, ordenen, reorganicen. Simplifiquen su vida y comiencen a trabajar en lo que necesitan lograr.
Lea también: Bienvenidos a la era de las distracciones
- Establezcan una recompensa – La investigación detrás de la formación de hábitos, como se muestra en el libro Atomic Habits, nos muestra que al emparejar la actividad que queremos hacer o lo que queremos lograr con una recompensa clara, hace que incrementemos la probabilidad de lograrla y repetirla en el futuro. Si han pasado varios meses y aún no han empezado con las clases de inglés que se prometieron comenzar a tomar, así como tienen que hacer el compromiso público, hagan la recompensa pública y escríbanla en algún lado. Si tomo mi primera clase de inglés, pediré mi comida favorita como recompensa.
La clave es empezar con cosas pequeñas. Paso a paso. Y cada día ir incrementando un poco más. Con disciplina y consistencia, comenzarán a disfrutar de las actividades que antes les generaban pereza o miedo, y habrán creado un sistema replicable en su mente para lograr grandes cosas.
Contacto:
LinkedIn: Julián Torres*
Twitter: @juliantorresgo
*El autor es administrador de empresas de la Universidad de los Andes. Es cofundador de Fitpal y Ontop, una plataforma que le permite a las empresas contratar globalmente de forma legal y rápida.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.