Este es el mejor momento para que empresas empiecen a gestionar el capital psicológico de sus colaboradores y se creen programas de apoyo enfocados en este fin.

En un mundo ya estresado la pandemia ha cambiado para siempre la vida laboral. Esta es la primera vez en la historia de la humanidad en la que una pandemia se ha propagado por todo el mundo mientras tenemos la posibilidad a través de nuestros medios de comunicación de saber de manera inmediata los estragos que están sucediendo en todos los lugares, incrementando así nuestra ansiedad y preocupación.

La pandemia afecta la salud mental de todas las personas en diferentes medidas, desde el estrés de no poder salir, hasta el desarrollo de ataques de pánico y trastornos de ansiedad ante la incertidumbre y cambios vertiginosos que viven cada día.

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Las empresas y sus lideres tienen un papel protagónico ante los resultados de los estudios que alrededor del mundo que nos muestran que en 2021 viviremos una crisis de salud mental ante la cual debemos actuar lo más pronto posible.

Vivimos en medio del analfabetismo emocional, no sabemos cómo identificar las emociones que nos afectan y mucho menos cuales son las alternativas para afrontarlas y gestionarlas, por lo cual podemos convertir este momento en una oportunidad para crear programas de apoyo al empleado que incluyan rutas de bienestar con acciones que fortalezcan el capital psicológico de las empresas y ayude a las personas a tener un mayor equilibrio en las diferentes áreas de sus vidas.

El punto de partida es la regulación del estrés, este puede ser el factor desencadenante de todas las demás afectaciones tanto físicas como mentales. Si se entrena a los colaboradores en estrategias de afrontamiento del estrés podrán estar mucho mejor preparados para asumir las adversidades sin caer en el agotamiento y la desesperanza. Para lograr esto cada vez la ciencia nos muestra nuevas evidencias de intervenciones que pueden llevarse a cabo en las empresas tanto de manera presencial como virtual y que tienen unos resultados sostenibles en el tiempo, algunas de ellas basadas en el mindfulness, la terapia cognitiva y la neurociencia, entre otros.

Cada compañía es un universo complejo de allí que las intervenciones deben ser diseñadas a la medida de cada empresa, según su cultura, propósito y valores.

Este camino inicia alejándonos de las soluciones rápidas y comprometiéndonos con la incorporación del cuidado de la salud mental como el movilizador del desarrollo de las personas y seguramente nos sorprenderemos gratamente con los resultados que obtendremos de esta valiosa inversión. 

Contacto
LinkedIn: Blanca Mery Sánchez

*La autora es máster en neurociencia aplicada al alto rendimiento y la felicidad y directora de la compañía Mente Sana

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.