¿Son posibles los liderazgos compartidos? En la compañía Aequales hay dos CEO's. ¿Cuál es el secreto de su éxito? Le contamos.

En el Mes Internacional de la Mujer, en Aequales estuvimos reflexionando alrededor del poder. De alguna u otra forma el mundo nos ha enseñado que el poder no se comparte. Reyes, presidentes, líderes empresariales; el poder es de una persona, históricamente, masculina. ¿Qué pasa cuando cambia ese esquema y hablamos de un liderazgo compartido? Así empezó Aequales, con un liderazgo compartido que ha funcionado.

Somos dos fundadoras mujeres, juntas decidimos crear esta empresa. Al inicio cada una tenía el liderazgo de un país pero con el tiempo e impulsadas por la pandemia mundial, unificamos todo para tener una sola empresa que atiende a Latinoamérica en su totalidad. Hoy somos dos CEO para una sola organización. Tener un coliderazgo nos ha permitido distribuir la carga emocional y la responsabilidad de manejar una empresa multilatina, al contar de manera permanente con una persona que fungía como asesora interna y externa al mismo tiempo, conociendo a profundidad el negocio pero teniendo que manejarlo en otro país.

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Enfrentar la crisis económica y de salubridad del 2020 fue muchísimo más llevadero gracias a la plena claridad de tener un equipo de coCEO, a diferencia de la soledad típica del poder, con la claridad de que si llegaba lo peor, resurgiríamos nuevamente juntas como lo hicimos cuando no teníamos nada en 2014.

Lo que hace más fácil que eso sea posible es que compartimos algo que debe ser clave en un liderazgo a dos manos: nuestros valores y propósito. Tenemos ambas una honestidad profunda la una con la otra, una conexión e inteligencia emocional que nos permite ser vulnerables. Creemos que quizás el aprendizaje más grande para compartir el liderazgo es permitirse ser vulnerable frente a la otra persona. Tener dos CEO implica tener que llegar a consensos. Esto significa que las decisiones no se pueden tomar de manera impulsiva o aleatoria, o para satisfacer los deseos de algún stakeholder en particular, pues siempre se deben sustentar frente a un/a otro/a, que en este caso es tu igual, y quien debe considerar todas las variables.

Este cuestionamiento constante nos ha permitido evitar errores que los/as emprendedores/as usualmente cometen al tener que resolverlo todo solos/as, al tener que pensar y operar al mismo tiempo, solos/as. Este camino no funciona si las personas en el rol no están dispuestas a ceder poder. No se trata de quién es mejor, se trata de cómo la suma de las partes nos hace mejores líderes para la organización.

Además, somos dos mujeres. Las mujeres han demostrado ser mejores líderes durante la crisis mundial del Covid-19. A partir de los aprendizajes sobre la manera cómo las primeras ministras del mundo sortearon la pandemia, y de nuestros propios valores personales, creamos el concepto de liderazgo desde el cuidado. Es así como nuestro liderazgo, nuestros objetivos y las conversaciones que tenemos a diario con nuestro equipo están fundamentadas en la empatía, dala consideración del efecto de cada cosa sobre cada persona y el enfoque de género.

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Acá está la base de por qué podemos compartir el liderazgo. El “macho alfa” tradicional latinoamericano generalmente considera (o es forzado) a tomar todas las decisiones solo -en el trabajo y en el casa- y generalmente no reconoce o no está dispuesto a entender su propia vulnerabilidad y abrirse a la otra persona.

Nuestra base de liderazgo está en la vulnerabilidad, la empatía, en tener una comunicación clara no solo de lo que hacemos sino de cómo nos sentimos al respecto, y de realmente tener un liderazgo con nuestro equipo que se base en el cuidado. Esto ha sido central durante la pandemia cuando cada persona del equipo de Aequales sentía y vivía contextos particulares.

Esto es lo que el liderazgo femenino puede traer a la mesa, y la muestra de ello somos las empresas que hemos sido exitosas durante la crisis.

Por: Mía Perdomo y Andrea De la Piedra*
*Las autoras son coCEO de Aequales.