El 80 % de los resultados en el trabajo dependen de nuestra inteligencia emocional. Acá algunas técnicas a poner en marcha para fortalecerla.
Cuando nos embarcamos en la aventura del emprendimiento consideramos muchos aspectos del hacer, pero no tantos del ser. Por ejemplo, ¿sabias que el 80 % de tus resultados se ven afectados por tu inteligencia emocional?, ¿que construir relaciones de valor puede ayudarte a acelerar el desarrollo de tu negocio? o ¿que de la resiliencia que tengas te impulsará o detendrá al momento de tomar decisiones?
Todos estos aspectos están íntimamente relacionados con la inteligencia emocional, ese concepto que ha sido tan utilizado pero que muy pocos se han detenido a explicarnos cómo lo podemos incorporar en nuestras vidas para tener éxito con bienestar; para esto quiero que te imagines ¿cúal seria esa forma ideal de afrontar tus emociones? y ¿qué te encantaría hacer diferente ante las situaciones difíciles?
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Hoy te voy a ayudar a entender lo que puedes hacer para lograr que las emociones jueguen a tu favor y no en tu contra, para esto nos vamos a basar en los avances que ha hecho la ciencia del comportamiento, desarrollando técnicas que nos sirvan de ayuda cuando estemos entrando en un bucle emocional negativo.
El primer paso es identificar qué emoción es la que te limita. Recuerda algo: no podemos clasificar las emociones en buenas y malas, todas son buenas porque han sido fruto de la evolución y tienen un fin, por ejemplo, el miedo nos ayuda a identificar situaciones en las que podemos llegar a correr algún riesgo y la ira surge cuando las situación es contraria a lo que consideramos adecuado y su intensidad se incrementa según la interpretación que hagamos del echo.
¿Te ha sucedido que estas en la calle y de repente alguien te habla por detrás y tu corazón se acelera, tus músculos se tensan y giras de manera hostil? Eso sucede porque nuestro cerebro interpreta los eventos nuevos como peligrosos. Sí, por eso nos es difícil adaptarnos al cambio muchas veces; pero volvamos al ejemplo. Después de girarte con cara de molestia te das cuenta que era un amigo que te estaba jugando una broma y en ese instante las sensaciones corporales cambian y pasas de estar enojado a sorprendido o un poco incomodo por el susto que te has llevado; el problema radica en que los riesgos que vivimos en la actualidad son muy distintos a los que se presentaban cuando éramos cazadores recolectores y nuestro cerebro evolucionó para afrontar esos escenarios, de allí que reaccionamos de manera desmedida ante hechos menores.
Por lo tanto, para lograr fortaleza emocional podemos emplear algunas de las técnicas que nos ayudaran a recuperar la calma y tener mayor autocontrol, para esto necesitamos saber en qué estado se encuentra la mente (calma o alteración) y qué esta ocupando nuestra atención (emociones, sensaciones o pensamientos) ya que de acuerdo con esto aplicaremos la técnica más adecuada.
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Técnicas de regulación o sobrevivencia emocional
1. Pasar de la reacción a la respuesta: entender la diferencia entre ambos conceptos es clave, cuando reacciones se activa el instinto de lucha o huida, cuando respondes actúas de manera racional y mantienes el control de la situación, el cual sería el estado ideal, puedes hacer el siguiente ejercicio:
- Recuerda un momento real en el que hayas reaccionado y perdido el control: ¿Qué pasó?¿Qué sentiste físicamente? ¿Qué tan fuerte de 1 a 10 fue la intensidad? ¿Cuáles fueron las conductas inapropiadas que realizaste? ¿Cómo habrías actuado si hubieras respondido? ¿Qué palabras podías haber empleado? ¿Cómo pudiste regular tu lenguaje corporal?
Este ejercicio le ayuda a tu cerebro a crear nuevas vías neuronales y prepararlo para que en un futuro cuando enfrente una situación similar logre responder de una forma diferente.
2. Lección aprendida: revisa una situación en la que aprendiste una lección significativa de un momento emocional en el que lograste mantener la calma.
3. Rompe mitos: recuerda que contar hasta diez no funciona, la técnica real es contar diez respiraciones profundas y lentas, esto se tarda aproximadamente dos minutos y medio o tres minutos, tiempo suficiente para que la intensidad de la emoción disminuya y logres retomar el control de la situación.
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4. Visualización: dedica cada día, o mínimo dos veces a la semana, tiempo para la visualización de alguna situación que debas enfrentar y que pueda alterarte. Imagínate lo más vívidamente posible respondiendo de manera efectiva: qué palabras usarías, cómo te moverías y cómo sería la emoción de triunfo una vez lograras regularte, (recuerda que el cerebro no diferencia entre lo que imaginas y lo que vives en la vida real, por eso con práctica estarás listo para afrontar la situación).
5. STOP: Si ya sientes que vas a perder el control, tómate un tiempo fuera, discúlpate y ve al baño, toma agua o respira, la idea es no tener que acogerte a esta técnica de emergencia, sino fortalecer el musculo emocional cada día un poco más.
La clave de desarrollar el nivel de fortaleza emocional radica en el esfuerzo continuo, en que te coloques metas reales de un solo día, de comprometerte a incrementar el autocontrol, si tienes claro las ventajas de manejar la emociones seguro que será más fácil avanzar.
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LinkedIn: Blanca Mery Sánchez
*La autora es máster en neurociencia aplicada al alto rendimiento y la felicidad y directora de la compañía Mente Sana
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