El presidente de Bancamía, Miguel Ángel Charria, habló con Forbes acerca del reconocimiento de la entidad como una de las 10 iniciativas sociales más innovadoras de Iberoamérica.

Bancamía, entidad de la fundación Microfinanzas BBVA, fue catalogada por la CAF y la revista ‘Compromiso Empresarial’ como una de las 10 iniciativas sociales más innovadoras de Iberoamérica gracias al proceso de inclusión financiera que realizó con el Gobierno en 2020.

Lo anterior le permitió llegar a las poblaciones y las personas que no tenían cuenta bancaria para ayudarles a recibir los subsidios y ayudas derivadas de la pandemia de Covid-19. Para finales del año pasado, la institución logró bancarizar 270.000 personas en todo el país.

¿Cómo reciben este reconocimiento?

La decisión que tomamos de trabajar por los más vulnerables durante la crisis nos ha llevado a reconocimientos, pero más allá de eso, el mayor reconocimiento son las familias que no tenían recursos para sortear la mayor dificultad a la que se habían enfrentado durante años. Llegamos nosotros a la puerta de sus casas, abrimos las cuentas de ahorro con las que iban a poder acceder a los subsidios y trabajamos en todo ese proceso de inclusión de la mano del Gobierno y la Alcaldía de Bogotá para llegar a más de 270.000 personas. Lograr canalizar esos recursos, prestarles la asesoría para que empezaran a usar las aplicaciones móviles y que tuvieran unos sitios de discreción de esos recursos, es el mayor reconocimiento.

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Hace unas semanas, Bancamía anunció una emisión de bonos por $200.000 millones ¿Cuándo tienen pensado hacerla efectiva y qué finalidad tendrá?

Estos bonos van a atender hasta más de 50.000 mujeres microempresarias, van a ir destinados a ofrecerles créditos productivos a ellas y ya estamos cumpliendo todos los requisitos formales por el lado de la Superintendencia Financiera y la calificación de la emisión. Estamos buscando es el momento propicio, porque la situación está un poco volátil, entonces puede ser en lo que resta de mayo o en el mes de junio.

Esta emisión llega en un momento oportuno debido al efecto de los bloqueos en la productividad empresarial ¿Cómo entra esta emisión de bonos a ayudar en la reactivación, sobre todo en el caso de mujeres microempresarias?

Desde el último trimestre del año pasado habíamos empezado a poner el foco en la reactivación de los microempresarios como un compromiso misional del banco y por la necesidad que tenemos como país de sacar adelante a todo este universo de microempresarios. Hemos desembolsado más de $880.000 millones en ese periodo a más de 200.000 microempresarios desde julio de 2020 hasta marzo, y esto viene a fortalecer esa oferta y esa decisión de participar en todo el proceso de reactivación. A esto le hemos sumado todo el proceso de renegociación de esos créditos de los microempresarios., pues ellos han cambiado su situación de ingresos y han redimensionado su actividad productiva.

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¿Cómo se repartiría esta emisión de bonos?

El proyecto tiene un foco en la mujer, pero no está sesgado a que solamente sea para unos sectores o actividades determinados. Llegamos a casi todos los municipios y a todos los tipos de actividades que desarrollan los microempresarios.

Hoy Bancamía tiene presencia en 982 municipios, que son un poco más de 91% del total. Llegamos aquí con nuestra oferta de productos y servicios financieros y no financieros, y eso lo hacemos a través de una red que ha venido creciendo con el tiempo, compuesta por 211 oficinas, más de 22.000 corresponsales bancarios y 2.400 ejecutivos de desarrollo productivo, que son nuestro equipo comercial, que se acercan a asesorar a los clientes. Es con toda esa cobertura e infraestructura física y digital que llegamos a todos los sectores.

¿Cómo sería la integración con el proyecto ‘Empropaz’ que están liderando con Usaid?

Vemos que el acceso a los productos y servicios financieros son importantes para que la gente mejore sus ingresos, su situación de activos y su calidad de vida. Eso lo tenemos medido históricamente, pues nos hemos dado cuenta que, a lo largo del tiempo, las personas crecen en a doble dígito en ventas en promedio, cuando tienen acceso a esos recursos. No obstante, también nos dimos cuenta que llega un momento en donde ese apoyo alcanza un techo, y allí es donde surge Empropaz, donde lo que quieres es darle a estas personas formación empresarial. Estas personas llegaron a ser microempresarios por la fuerza de la circunstancia, entonces Empropaz llega a asumir esas necesidades, a darles formación y que tengan unas habilidades mayores en ese sentido.

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¿Qué tanto impacto han tenido aspectos como la evolución de la pobreza en el país?

El proyecto tiene una duración de cinco años, y nosotros estamos iniciando el tercer año de ejecución. La aspiración es llegar a cerca de 7.000 microempresarios en 58 municipios para que reciban esas formaciones. Hay dos capítulos grandes, uno de fortalecer al microempresario ya existente en este curso, y otro es el del emprendimiento puro y duro, que yo creo que se asocia más al momento actual.

Muchas personas estaban en la formalidad y pasaron al mundo informal a crear y emprender, y además de la formación, tenemos un fondo de capital semilla para que esas ideas y esos planes de negocio que se crean con nuestra asesoría tengan la posibilidad de financiación.

¿Cuántos empresarios están impactando en este momento?

Con formación llevamos la mitad. Alrededor de 3.300 microempresarios ya está inscritos y trabajando con esos cursos de formación.

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En este proyecto también estaban trabajando mucho con los migrantes venezolanos, pero muchos han tenido que regresar a su país en medio de la pandemia ¿Cómo están mirando ese tema?

Nuestra vocación es trabajar con aquellos que no tienen acceso. Ese siempre ha sido el origen de Bancamía y ese fue el origen de las microfinanzas en Colombia. Con los venezolanos, estamos viviendo una situación similar: ellos no tienen acceso, o tienen difícil acceso al sector financiero, sobre todo a lo que tiene que ver con crédito, por el hecho de que pueden volver a su país, o no tener historia de crédito aquí a pesar de que la tengan allá.

A pesar de ello, tomamos la decisión de atenderlos aquí. Estamos trabajando con ellos, desembolsando créditos, dándoles cursos de formación dentro del programa ‘Empropaz’. Dentro de los 1,8 millones de venezolanos que hay en Colombia, identificamos a cerca de 150.000 como microempresarios, entonces queremos apoyarlos para que se vinculen económica y socialmente a la vida en Colombia.

¿Cuánto se está desembolsado de microcréditos a los venezolanos?

Tenemos más o menos 4.500 atendidos, de los cuales se han desembolsado créditos a 930 microempresarios migrantes de bajos recursos.

¿Cómo impulsar este proyecto a futuro?

Es muy importante que se reconozca que estamos encontrando una fórmula para llegar con formación de cursos que dan entre 6 y 18 meses a las regiones, sobre todo las más afectadas por la violencia, en la alianza que hemos hecho con USAID, donde están apoyando esa idea de que lo que falta es esa formación para que el microempresario de ese salto, se vuelva pequeño empresario, empiece a pensar de manera distinta y logre crear un negocio que genere desarrollo para él y su región.