Aspectos como la independencia de sus instituciones económicas y el mantenimiento de perspectiva estable por parte de Standard and Poor's generan confianza en que la economía colombiana puede recuperarse.

La decisión de la calificadora Standard and Poor’s de retirar el grado de inversión del país no solo encendió las alarmas en torno al estado de las finanzas públicas de la nación, sino que llevó a dirigir la mirada a economías regionales que han pasado por situaciones similares en años anteriores y que, a día de hoy, continúan en apuros. No obstante, una de las pocas certezas que hay actualmente es que Colombia no queda tan mal parada en comparación con otros actores latinoamericanos.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que la pérdida en cuestión se dio solo en una de las tres calificadoras que analizan las economías globales, por lo que Colombia aún mantiene su grado de inversión en Fitch Ratings y Moody’s. Esto hace que la decisión de Standard and Poor’s sea “el primer escalón que hemos descendido, pero no algo definitivo”, según comentó a Forbes el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía.

Usualmente hay algunos fondos que, para mantener sus inversiones, dicen que el país debería tener dos de las tres agencias, mientras que muy pocos piden los tres, entonces el país no ha perdido plenamente el grado de inversión. Obviamente es un campanazo de alerta ante la fragilidad de las finanzas publicas, pero no se ha dado pérdida completa”, afirmó.

Lea también: ¿Es grave que S&P le haya quitado el grado de inversión a Colombia?

Para mantener los grados de inversión que aún conserva el país, aspectos como la discusión de la nueva reforma tributaria serían vitales, sobre todo si se logra un acuerdo político en torno a ella que alivie las tensiones que dieron origen al paro nacional, que ya cumple dos semanas.

“El gobierno, después de la crisis que estamos viviendo, va a hacer una propuesta de reforma tributaria muy en la línea de lo que propuso el sector empresarial. Básicamente revertir los beneficios tributarios que otorgaron hace dos años, un impuesto al patrimonio más estable y una retención en la fuente para viviendas de 15%. Cosas donde hay relativo acuerdo y que quedaran más en la línea del nuevo ministro de Hacienda”, dijo a Forbes el excodirector del Banco de la República, José Antonio Ocampo.

Teniendo en cuenta los aspectos mencionados anteriormente, tanto Mejía como Ocampo ratificaron que Colombia no es similar a otros países de la región que ya perdieron grado de inversión y que, en algunos casos, han sido catalogados como default.

Panorama en otras naciones

En esa perspectiva se encuentran países como Venezuela, cuya crisis económica está cerca de cumplir una década y que ha provocado una sensación de inviabilidad en las tres calificadoras de riesgo, que en caso de Moody’s ha sido razón suficiente para otorgarle una nota de C, equivalente a una economía en default.

Por otro lado, la economía argentina está cerca de cumplir 20 años desde que se desencadenó la fuerte crisis económica de 2001, que no solo llevó al país a perder el grado de inversión, sino que dio lugar a una fuga de capitales que dio lugar al conjunto de medidas conocido popularmente como ‘Corralito’, que limitó la libre disposición de dinero en efectivo, cuentas corrientes y cajas de ahorro.

Desde entonces, la recesión económica se ha prolongado hasta la fecha, viéndose agravada por la pandemia de Covid-19, que sumada a los desafíos de liquidez que ya arrastraba desde hace varios años, provocó que las calificadoras de riesgo la registraran como CA en el caso de Moody’s, B+ en Standard and Poor’s y CCC en Fitch Ratings.

Lea también: Presidente de Argentina impulsa denuncia por presunto fraude en préstamo de FMI al país

Naciones como Ecuador y Bolivia atravesaron hace año y medio por un panorama similar al de las protestas del paro nacional en Colombia. En el primer caso, fueron provocadas por las medidas económicas del presidente Lenín Moreno, que incluían la liberación del presio del diesel y la gasolina extra. En el segundo, el descontento social se desencadenó por el presunto fraude electoral en la primera vuelta presidencial de octubre de 2019, que daba como ganador al expresidente Evo Morales.

Cabe resaltar que estas no han sido las principales causas de que, en ambos casos, los países recibieran calificaciones de B- en Standard and Poor’s. Dicha determinación se debió principalmente a los riesgos de liquidez y sostenibilidad de la deuda ecuatoriana, así como al continuo déficit fiscal y deterioro de las reservas internacionales bolivianas.

Otro país que tiene una situación similar es Brasil, que desde enero de 2018 se mantiene tres niveles por debajo del grado de inversión en calificadoras como Standard and Poor’s y Fitch Ratings, debido principalmente a la caída del PIB como consecuencia de la crisis generada por el Covid-19 y la tensión política del país en torno a las reformas estructurales para hacer frente a la pandemia.

¿Nos podemos comparar?

Como se mencionó anteriormente, la respuesta es no. Para Mejía, buena parte de los problemas de estos países son desajustes macroeconómicos de largo aliento, cómo en el caso de Brasil, pues tienen problemas relacionados con instituciones económicas menos sólidas, sobre todo por las dudas que se generan en torno a la independencia de las autoridades monetarias y cambiarias. “Se han usado mecanismos como financiamiento y emisión directa del Banco Central al Estado, que han generado desbalances”, añadió.

El directivo también destacó que Colombia tiene instituciones económicas “muy sólidas que van a darle un manejo adecuado a esa ortodoxia fiscal y monetaria que nos han diferenciado de estos países que han sufrido enormes problemas en materia de estabilidad macroeconómica”.

Por otro lado, el analista internacional de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, explicó a Forbes que Colombia no se puede comparar con países que han tenido una trayectoria de inestabilidad política, de cambios drásticos en sus marcos legales respecto a la inversión extranjera y de sus reglas de juego, como es el caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Lea también: La difícil herencia económica del próximo presidente de Ecuador

Al mismo tiempo, comentó que la tradición de Colombia desde la década de los 90 ha sido muy conservadora en materia inflacionaria y monetaria, así como en la independencia del Banco Central, sobre todo desde 1991. Por estas razones, consideró que la baja de calificación por parte de Standard and Poor’s es injusta, pues “hay una sobre reacción de la agencia y un error de cálculo al no saber leer el momento, porque una cosa es que se haya retrasado una reforma fiscal y otra cosa es que Colombia haya abandonado su conservatismo”.

El experto también destacó que hay una mala señal frente al hecho de que los mercados no tienen ninguna paciencia respecto a ciertas transiciones que ocurren hoy en todo el mundo. “Es muy difícil que eso no pase en otras partes, y me parece que estas calificaciones deberían obedecer a procesos más largos, y en Colombia esto no es un proceso largo. Simplemente es una explosión social que está ocurriendo, pero que no va a cambiar las reglas de la inversión extranjera drásticamente y no implica que la economía vaya a colapsar“, detalló.

Crónica de una pérdida anunciada

Para el director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, Juan David Ballén, uno de los factores clave en este análisis es que lo que sucedió ayer ya estaba descontado. Un primer indicador de ello fue el comportamiento del dólar, cuyo cierre fue de $3.718,80, cifra muy inferior a los $3.850 a los que llegó al inicio de las manifestaciones el pasado 28 de abril.

A su vez, el comportamiento del dólar en los últimos tres meses se ha venido debilitando frente a varias monedas latinoamericanas, como Brasil y México, y también ha perdido valor frente al euro, el dólar australiano, la corona suiza o la corona sueca. Justo al inicio de la semana, el dólar se puso debajo de 90 puntos en el índice DXY, que agrupa las grandes divisas a nivel mundial, con una caída de 0,45%.

Lea también: Dólar continúa al alza tras pérdida de grado de inversión: cerró en $3.718,80

Otro detalle a tener en cuenta es que, si bien Standard and Poor’s bajo la calificación del país a BB+, mantuvo la perspectiva estable. Ballén señaló a Forbes que esta decisión demuestra confianza en que la economía colombiana se va a recuperar y en que se van a hacer los ajustes clave en dos o tres años, plazo que coincide con las elecciones presidenciales de 2022.

No obstante, Mejía recalcó que la rapidez a la hora de recuperar el grado de inversión va a depender de que tan profundas sean las reformas que el país haga en materia fiscal, del aumento en la competitividad y rendimiento, y de que tan rápido se recupera a economía. Si el país logra pasar reforma tributaria, y si se toman decisiones que alivien el problema de orden publico para el panorama actual, podría darse en corto tiempo.

Aún así, subrayó que todavía es difícil saberlo a ciencia cierta. “Puede pasar que se haga la reforma, se profundice el crecimiento económico y a la vuelta de unos años recuperemos grado de inversión, pero puede pasar que no hagamos reformas, el crecimiento no aumente y permanezcamos por largo tiempo sin grado de inversión“, concluyó.