Para 'Domenica' la pandemia terminó convirtiéndose en el motor principal de sus ventas, llevándolas a facturar 1.200 millones de pesos. Acá su historia.

María Paula Ramón y María Carolina Gutiérrez, dos administradoras de 23 años, encontraron en un gusto personal, los buzos tipo ‘hoodies’, de capucha y bolsillos, su proyecto de vida y de negocio.

A los 19 años, siendo aún estudiantes del Cesa tuvieron la idea de importar un lote pequeño de estos buzos para venderles a sus familiares, como un ingreso extra para sus propios gastos. Sin embargo, el éxito de esa primera venta fue tal, que decidieron fabricarlos localmente, eso sí, con una propuesta de calidad y diseño que nada tuviera que envidiarle a grandes marcas como Hollister o Abercrombie.

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“Siempre veíamos que en Colombia la gente compraba los ‘hoodies’ de Pull & Bear, de Abercrombie, Hollister y vimos la oportunidad de sacar nuestra propia marca, pero de producción nacional. Así nació Doménica, con crecimiento orgánico y aprovechando las redes sociales”, señala María Carolina Gutiérrez.

Su inversión inicial para convertir a ‘Domenica’ -como llamaron a su empresa- en una de talla internacional fue de 3 millones de pesos, 1.5 millones cada una. Desde entonces, cuentan, nunca más tuvieron que invertir dinero de su bolsillo, pues las ventas han sido tales que su operación se sostiene sola.

“Teníamos que guardar los sacos nuestras casas y nuestros porteros y vecinos ya estaban cansados del desorden, teníamos regado todo por todas partes y ahí fue como dijimos que había que conseguir una oficina”, dice María Paula Ramón.

Actualmente, cuatro años después y con ventas que llegan a los 1.200 millones de pesos al año, ‘Domenica’ ya tiene locales en los centros comerciales La Colina y Fontanar en Bogotá, el ‘show room’ de la sede en la calle 122, cuentan con presencia en Manizales, y están en el centro comercial Vía Envigado, aproximadamente a media hora de Medellín; ciudades donde ya tienen representantes de marca también.

Contrario a lo que les pasó a otras empresas, durante la pandemia sus ventas se potenciaron, especialmente a través de sus redes sociales y página web. Ahora, explican, su meta está en “impulsar a otras mujeres a crecer y enviar ese mensaje de emprendimiento femenino en Colombia”, cuentan.

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Un negocio con mucho por crecer

Además de sus puntos de venta, ‘Domenica’ también ofrece un canal de venta al por mayor, donde el primer cliente que consiguieron fue Kellog’s. “Estábamos participando de Buró en Bogotá y la marca empezó a conocerse más, entonces nos empezaron a contactar empresas que nos hacían pedidos de 1.000 sacos y así fue como, sin saber de cotizaciones, cómo licitar, cómo hacer presentaciones, seguimos creciendo. Nunca hemos dicho no a una propuesta y siempre hemos cumplido con los pedidos de nuestros clientes”, dice María Carolina.

Sus productos también se distribuyen a través de grandes marketplaces como Falabella, Mercado Libre, Linio y Dafiti. Este año esperan salir a su primera ronda de inversión, que es lo que, dicen, necesita la marca para darle el impulso internacional que necesita y que es su siguiente objetivo.