Estudios señalan que 7 de cada 10 empleados quieren cambiar de trabajo porque dicen sentirse agotados. ¿Cómo saber si está padeciendo este síndrome o un episodio de estrés? Expertos le cuentan.
A un año del inicio de la pandemia, y, para muchos, del traslado obligatorio al teletrabajo, el balance en materia de salud mental es un tema que sigue preocupando. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, las llamadas a líneas territoriales de salud mental durante el 2020 aumentaron hasta un 30 %.
Preocupación, nerviosismo, irritabilidad y dificultad para dormir son las emociones que más han afrontado los colombianos, según reveló un estudio del Dane. Muchas de esas emociones, detalla el estudio, dinamitadas por la carga laboral, la convivencia del trabajo en casa, el no poder desconectarse de la tecnología, no haber tomado vacaciones y haber aumentado la intensidad de sus labores, además del contexto social y de salud.
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Desde 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en la Clasificación Internacional de Enfermedades al ‘Síndrome del quemado’, también conocido como ‘burnout‘. Un “síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo, que no fue gestionado con éxito” y que tomó mayor importancia en 2020 como consecuencia de los largos periodos de aislamiento. Se estima que 7 de cada 10 trabajadores quieren cambiar de empleo debido a estos factores. Así lo reveló la encuesta ‘¿Estamos agotados los colombianos?’, de la firma FTI Consulting.
Estudios hechos durante la pandemia han evidenciado que el ‘Síndrome del quemado’ puede afectar a cualquier persona: “profesionales, padres de familia teletrabajando con niños en casa, amas de casa perfeccionistas que no habían compartido tanto tiempo con la familia o empleados con exceso de trabajo que desarrollan el agotamiento”, explica Blanca Mery Sánchez, experta en neurociencia aplicada a la productividad.
Sin embargo, por ser derivado del estrés, el ‘Síndrome del quemado’ suele confundirse con episodios de agotamiento normales, lo que termina perjudicando a quienes lo padecen al no poder identificarlo prontamente. “El estrés es una emoción que hace parte de nuestras vidas y surge cuando las exigencias del entorno superan nuestro capital psicológico, tiene una causa evidente y es temporal, así como llega desaparece cuando nos relajamos”, explica Sánchez.
El primer paso: identificar
Para la experta, es importante tener claro que, cuando se trata de estrés este no siempre es negativo. “Existe una modalidad en la que el estrés es positivo y se convierte en motivador para alcanzar las metas. La diferencia entre uno y otro está en la percepción que tenemos de control ante la situación detonante”, menciona. Por ejemplo, una presentación ante su jefe puede evaluarse como un reto (y generará estrés positivo), o como una amenaza, que terminará llevando a estrés negativo.
Químicamente, en el cuerpo, el estrés “normal” puede generar estas reacciones: “activar el modo de lucha, huida o parálisis enviándole la señal a su cuerpo de alerta y peligro, lo cual hace que se liberen adrenalina, noradrenalina y cortisol en su torrente sanguíneo para prepararlo para salvar su vida. El cerebro reacciona a ese correo de su jefe igual que lo hacía hace miles de años ante un depredador. Cuando estas hormonas permanecen activas por mucho tiempo deterioran y debilitan su cuerpo y mente”, dice Blanca Mery.
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El ‘Síndrome del quemado’, en cambio, se refiere a una falta de energía, desmotivación y ausencia de propósito en lo que se hace a diario, sumado a la desesperanza de sentir que esa situación no cambiará. De acuerdo con Sánchez, la combinación de esos tres factores termina detonando el agotamiento.
Al contrario del estrés común, el ‘burnout’ puede tener consecuencias en la salud mental, como episodios de depresión o ansiedad severos. En cuanto a la salud física, una persona que padezca el síndrome también puede experimentar dificultades para concentrarse, comportamientos agresivos, insomnio, impaciencia e irritabilidad, dolores de cabeza y dificultades para comunicarse
El papel de las empresas
En el nuevo panorama laboral y social, de inmediatez, hiperconectividad y trabajo remoto, las empresas tienen más que nunca la obligación de crear estrategias internas que protejan el bienestar de sus empleados. Camilo Mejía Landucci, de Buk Colombia, dice que es necesario que las compañías inviertan más en herramientas para monitorear y cuidar a sus colaboradores, así como propiciar un correcto equilibrio entre la vida personal y laboral. “El desafío está en utilizar la automatización para potencializar y aumentar, en lugar de reemplazar la fuerza laboral”, menciona.
“Si bien la responsabilidad de prevenir este estado emocional recae en los empleadores, también es necesario que cada persona se informe y tome pequeñas acciones que le permitan cuidar su salud mental”.
Blanca Mery Sánchez, Experta en neurociencia aplicada a la productividad.
La más reciente edición del Índice de Tendencias Laborales de Microsoft concluyó que uno de cada cinco encuestados globales dice que a su empleador no le importa el equilibrio entre el trabajo y la vida; el 54 % se siente con exceso de trabajo y el 39 % se declara agotado.
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Frente al promedio mundial, el estudio detalla que los latinoamericanos dicen estar menos “quemados” por el trabajo. Sin embargo, la sensación de aislamiento por el hecho de trabajar desde casa es más fuerte en la región que en el resto del mundo. El 49 % de los trabajadores lamenta que las interacciones con sus colegas hayan disminuido, una cifra superior a la de la media mundial que se sitúa en el 40 %.
“Estas nuevas luces nos retan a estudiar mucho más este fenómeno y encontrar estrategias que nos permitan afrontarlo y revertirlo de manera efectiva”, indica Blanca Mery Sánchez. “Si bien la responsabilidad de prevenir este estado emocional recae en los empleadores, también es necesario que cada persona se informe y tome pequeñas acciones que le permitan cuidar su salud mental”, agrega.
Para evitar sufrir este síndrome y mantener estable su salud mental, la experta aconseja establecer horarios y crear hábitos y estilos de vida equilibrados, pues, explica, muchos de quienes se mudaron al teletrabajo, al no tenerlos, terminan trabajando jornadas completas, saltándose comidas y eliminando por completo los momentos de ocio.
Desde su perspectiva, el problema del agotamiento debe librarse en grupo, pero con estrategias individualizadas, identificando el detonante y entrenando a las personas para que reprogramen sus patrones mentales a la hora de enfrentar el estrés.