La llegada de Mathias Cormann como nuevo secretario general de la Ocde se da en medio de la recuperación económica global tras la pandemia de Covid-19, así como en el 60 aniversario del llamado 'club de buenas prácticas'.
Tras 15 años al mando de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurria da un paso al costado como secretario general dando fin a uno de los mandatos más largos en la historia reciente de la organización. En su reemplazo, toma posesión desde hoy el exministro de Finanzas de Australia entre 2013 y 2020, Mathias Cormann, quien a su vez es la sexta persona en ponerse al frente del ‘club de buenas prácticas’ de la economía mundial.
“Me siento profundamente honrado por la confianza que han demostrado al nombrarme secretario general de la OCDE. Tengo ambición por la OCDE y por lo que se puede conseguir con los miembros, para los miembros y, lo que es más importante, para los ciudadanos de los países miembros. Pueden contar conmigo para dar lo mejor de mí mientras trabajamos juntos por un futuro mejor”,dijo Cormann durante su presentación.
Uno de los puntos más destacados en su discurso inaugural tuvo que ver con la competencia entre las grandes potencias, factor que a su juicio marcará el orden mundial en las próximas décadas. Al respecto afirmó que los principios económicos basados en el mercado funcionan y que “la competencia global en su mejor momento es un poderoso motor de progreso, innovación y mejora del nivel de vida”.
Frente a los efectos de la pandemia, Cormann destacó que es necesario llevar a cabo un esfuerzo total para llegar a toda la población mundial con las vacunas, y agregó que no se trata sólo de un acto de benevolencia de las economías avanzadas, sino de una estrategia de protección que abre las puertas a la mejor oportunidad de una recuperación sostenida.
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Con respecto al desarrollo sostenible, destacó que cada vez son más los países que se comprometen a alcanzar las emisiones netas cero a más tardar en 2050, y señaló que el reto está en cómo convertir esos compromisos en resultados que se materialicen de una manera rentable, económicamente responsable y con apoyo público “que no deje a la gente atrás”. A su vez, anunció que, en los próximos 100 días, la OCDE hará operativo el Programa Internacional de Acción por el Clima (IPAC).
En materia de transformación digital, resaltó que el proceso en las economías de la OCDE se ha acelerado durante la pandemia del COVID-19. Por lo tanto, y para garantizar que todo el mundo tenga la oportunidad de participar y beneficiarse, manifestó que habrá que gestionar bien los riesgos y los retos, desde los apoyos transitorios y los requisitos de desarrollo de capacidades relacionados con el futuro del trabajo, hasta la ciberseguridad, la privacidad y las implicaciones de política fiscal de la digitalización de una economía cada vez más globalizada.
Los desafíos coyunturales
La llegada de Cormann no solo se da en la vispera del 60 aniversario de la institución, sino que también se produce en medio de una coyuntura de grandes retos en aspectos que, según expertos, serán determinantes para el futuro de las economías globales y de la construcción de un sistema más sólido en una era postpandémica.
El coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ignacio Martínez, comentó a Forbes que el primer reto tiene que ver con apoyar la propuesta del presidente Joe Biden a la Organización Mundial de Comercio (OMC) de liberalizar la patente de las vacunas de COVID-19, a pesar de que la OCDE es un club “muy cerrado”.
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El segundo, que demandará un papel muy activo del nuevo secretario, gira en torno a como los países van a cursar su crecimiento económico en torno a dos medidas: establecer medidas tributarias para poder gravar la riqueza, lo que implica cobrar impuestos a las grandes empresas, a las grandes fortunas, así como fijar estrategias de cómo los países, de manera interna, deben incrementar acciones tributarias para poder impulsar su crecimiento.
“Estamos viendo como la Ocde propone que todos los países miembros en general instrumenten ayudas tributarias para fortalecer su economía. Lo estamos viendo en casos como España y Estados Unidos”, afirmó.
Otro de los retos que está enfrentando la Ocde es su expansión, pues ha venido creciendo en el número de países en los últimos años con adhesiones como Colombia o Costa Rica en el apartado regional. Frente a este aspecto, el nuevo secretario debe lograr que la expansión de países no haga perder el foco en la capacidad que tiene la OCDE de transmitir información, conocimiento y buenas prácticas al interior de sus miembros.
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“En la medida en que haya más diversidad, por un lado, se gasta, en el sentido de que la OCDE tiene más presencia, pero, por otro lado, la transferencia de buenas prácticas, cuando los países son más heterogéneos, es más difícil“, dijo a Forbes el director ejecutivo de investigaciones económicas de Corficolombiana, José Ignacio López.
En términos de diálogos, un desafío importante tiene que ver con la divergencia en la recuperación económica a nivel global, factor que está marcando la coyuntura actual. Si bien hay países que están teniendo una recuperación acelerada en la medida en que tienen mayor acceso a vacunas, también hay naciones que aún están enfrentando la pandemia y restricciones en la actividad económica que se están quedando atrás.
De acuerdo con López, la OCDE ha estado haciendo unos esfuerzos importantes en este apartado, como la cooperación para desarrollar prácticas de homogeneización o de intercambio tributario, que es “algo que debe seguir en el centro de la discusión”, así como el tema del cambio climático.
El economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle, explicó a Forbes que el principal reto de la OCDE es hacer un análisis serio de esta recuperación económica y de las divergencias en la velocidad de dicho prcoeso en varios países. “En los últimos años ha estado demasiado centrada en dar mensajes muy cercanos a lo que los gobiernos promueven, pero creo que debe ser más crítica y más realista. Tiene que entender mejor los retos que tienen las empresas y los ciudadanos, y pensar menos en el punto de vista del gasto público desde el punto de vista de lo que los gobiernos tienen que gastar”, agregó.
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Panorama económico
Según Martínez, el suministro de las vacunas está provocando que las economías tengan una mayor movilidad, por lo que dicho ajuste contribuirá a mejorar el panorama conforme finalice el año por dos circunstancias: la dinámica del consumo y del gasto a raíz de que hay mayor movilidad, y la economía de Estados Unidos en torno al plan económico y de infraestructura que está impulsando el gobierno de Joe Biden, pues va a provocar que haya mayor compra de productos e insumos del extranjero.
Sin embargo, afirmó que el “año peligroso” será 2022, porque la economía ya no crecerá por el rebote de apertura que se evidencia ahora, factor que obligará a los países a cimentar medidas propias de recuperación.
Frente a este aspecto, Lacalle aseveró que es necesario entender que rebotar no es crecer. “La caída que experimentamos el año pasado se va a compensar con un rebote, y lo importante ahí es que sepamos que, hasta el año 2023, muchas economías no van a recuperar el consumo privado y la inversión privada que tenían antes“, apostilló.
Asimismo, el experto manifestó que la organización debería enfocarse menos en recomendar enormes subidas de impuestos y aumentos de gasto público, y centrarse más en medidas que dinamicen la economía, como reducir el exceso de regulación, el exceso de gasto y facilitar la actividad empresarial.
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Para López, la perspectiva global ha venido en aumento porque la campaña de vacunación ha sido más exitosa de lo esperado a nivel de los países desarrollados, como el caso de Estados Unidos. “Uno espera que hacia el segundo semestre tengan un nivel más elevado de normalización. El reto es que esas fuentes de crecimiento generen una recuperación en otras regiones”, apuntó.
En el caso de América Latina, si bien Colombia es quizás el país que está sacando la cara a pesar de la incertidumbre que hay por el tema de la coyuntura socioeconómica, en la región hay unos países que están muy atrasados y que no se espera que vuelvan a ver niveles de actividad económica prepandemia en el corto plazo.