La realidad es que nadie va a trabajar más eficientemente porque lo obliguen a "calentar puesto". ¿Por qué el liderazgo de control no es el más efectivo y cuál es la fórmula secreta de Silicon Valley? Le contamos.

El liderazgo basado en control es algo que es tremendamente familiar. Todos hemos oído frases como:

  • “Acá se trabaja hasta tarde”
  • “¿Por qué X no llegó temprano hoy?”
  • “¿Dónde está X?, la hora de almuerzo ya pasó hace media hora”
  • “El feedback va de arriba para abajo no al revés en la estructura organizacional”

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La realidad es que nadie va a trabajar más eficientemente porque lo obliguen a “calentar puesto” o a cumplir un horario laboral. El exigir la presencia de un miembro del equipo o buscar tener siempre la razón es la manera errada de crecer un negocio.

La mayoría de las organizaciones de mayor crecimiento en el mundo se encuentran en Silicon Valley. Esto no responde a la “magia” del lugar o a condiciones especiales que encontramos en su locación geográfica. Silicon Valley no es lo que es por ser un lugar, sino por su manera de operar.

Los equipos se lideran con contexto, no con control. Liderar con contexto otorga autonomía, velocidad y transparencia. El trabajo de un líder no es controlar a su equipo ni dar órdenes. El trabajo de un líder es fijar un objetivo y entregar la mayor cantidad de información completa al equipo para que ellos tomen las decisiones que consideren correctas para llegar ahí.

Muchos dirán que entregar total control sobre las decisiones al equipo desataría una catástrofe inmediata por mil y un motivos que más de uno estaría encantado de enumerar. Mi respuesta ante esto es un poco más profunda: ¿Es entonces el equipo adecuado?, ¿Tiene la empresa una baja densidad de talento en este caso?.

La densidad de talento en una empresa es un indicador crítico para poder entregar el control a nuestros equipos. Contratar más personas no necesariamente es un indicador de éxito, menos personas más capaces normalmente es una mejor opción. En mi experiencia una persona talentosa puede lograr el trabajo de 3 personas normales y casi nunca cuesta el triple.

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No obstante el beneficio real, va más allá del ahorro. El tener densidad de talento nos da la capacidad para que los miembros de nuestro equipo puedan tomar grandes decisiones y realizar su trabajo sin supervisión o proceso que controle sus acciones. Este beneficio no solo otorga velocidad interna sino que ayuda a las personas a desarrollar una increíble capacidad de criterio direccionada únicamente al crecimiento de la organización.

Netflix, por ejemplo cree en el  lema: “cuando uno de sus empleados hace algo tonto, no lo culpes. En su lugar, pregúntate qué contexto no has podido establecer”. ¿Soy como líder suficientemente articulado y puntual al expresar nuestros objetivos y estrategia? ¿He explicado claramente todos los supuestos y riesgos que ayudarán a nuestro equipo a tomar buenas decisiones? ¿Estoy yo y mi equipo altamente alineados con la visión y los objetivos de la compañía?

En conclusión cómo líderes nuestro trabajo debería tener dos componentes:

  1. Establecer y mantener una alta densidad de talento en nuestros equipos.
  2. Otorgar control y autonomía para que nuestros equipos nos digan que hacer y no al revés.

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LinkedIn: Santiago Aparicio
*El autor es cofundador de Fitpal,Ontop.

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