Aunque el proyecto ya tiene al menos 50 empleados, desde la academia señalan que la iniciativa puede dañar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

Homework Dealer es la capitalización de una práctica, aunque cuestionada, que hacen algunas personas durante su vida académica y es que un tercero se encargue de hacer sus tareas. La idea, aunque ha tenido acogida, ha sido cuestionada por académicos y por las implicaciones que puede tener en el desempeño académico de los estudiantes. 

Según le explicó a Forbes Natalia Antonoff, mercadóloga mexicana y creadora de la iniciativa, “el propósito es: reducir la carga académica de los estudiantes, por la razón que sea, pero si te encuentras en problemas por tener varios proyectos por cumplir y quizás no dé el tiempo ni la cabeza, puedas delegar a profesionales los que tu quieras, y por qué no, dedicarte a estudiar para ese examen o exposición, por ejemplo”. 

Frente a la plataforma mexicana y que actualmente tiene alrededor de 50 empleados que se dedican a adelantar las tareas de estudiantes, académicos como Juan Camilo Cárdenas, exdecano de economía de la Universidad de los Andes y profesor actual de esa misma facultad, manifestó que este tipo de iniciativas no deberían ser avaladas. 

“La cultura de los atajos genera problemas profundos al sistema académico y al mercado laboral. Solo para comenzar, imaginen que un empleador no pueda distinguir entre dos egresados que tienen un alto promedio de notas, pero que uno de ellos las logró a través de estos atajos en que contrata servicios de terceros para no atender sus compromisos de aprendizaje”. 

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Homework Dealer, precisamente, participó en el programa de Shark Tank en México y ese fue uno de los argumentos en contra de la iniciativa, la cual era calificada como antiética. Y en su momento, su creadora argumentó que la plataforma no era ilegal.

“Las conexiones, las palancas, las redes de ayuda se convierten en mecanismos para que las personas accedan a empleo y posiciones de mayor reconocimiento. Al celebrar estos emprendimientos con una entrevista como la que leemos en su publicación, contribuimos a normalizar una cultura de atajos en que con bajo esfuerzo o habilidades y un pago en dinero, se pueden obtener los reconocimientos académicos que llevarán a reconocimientos no merecidos”, dijo Cárdenas, ante la entrevista que Forbes le hizo a la creadora de la plataforma. 

A su turno, Antonoff argumentó en días pasados que “enfrenté el miedo a ser juzgada, me presenté ante el público y ejecuté mi idea, que en un principio fue tan descabellada. Quiero que la gente me conozca como soy, vea más allá de mi negocio y no caigan en estigmas morales”. 

Sin embargo, Cárdenas insiste en que “es claro que en la academia tenemos que seguir mejorando nuestras prácticas de evaluación de esfuerzos y habilidades de nuestros estudiantes, y tenemos mucho trabajo por delante, pero esa no debe ser la razón para justificar la existencia de este tipo de emprendimientos y mucho menos aplaudirlos como innovadores”. 

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