Varios congresistas y gremios han planteado que paguen ese impuesto los paquetes que se compren en el exterior y entren al país con valores menores a US$200. Expertos dicen que se debe regular el comercio electrónico.
En medio de la discusión de las alrededor de 300 proposiciones que llegaron al Congreso para la nueva reforma tributaria, llamada proyecto de Inversión social, una de las propuestas que ha sonado es que los envíos de plataformas extranjeras paguen IVA a partir de paquetes que valgan más de US$200.
Y aunque ese también ha sido el pedido de gremios como Fenalco, Acopi y la Cámara Colombiana de Confección y Afines debido al efecto negativo que eso puede traer en el comercio electrónico local, expertos señalan que ese no es el único camino que se debería recorrer para impulsar a la industria nacional y a la vez conectar mejor a Colombia con otros países.
Entre las proposiciones, que son varias, está la de reducir el umbral de US$200 a uno mucho más bajo, que oscila entre los US$20 y US$50. Este límite se aplicaría a aquellos paquetes que entran al país en la categoría de tráfico postal o envíos urgentes, sin incluir gastos de entrega.
Cabe recordar que esta medida fue implementada en su momento por el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y se ha ido extendiendo a otros países.
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Forbes Colombia consultó con expertos sobre el tema y apuntaron que la proposición que hacen los congresistas y que ya venían haciendo los gremios al Gobierno abre la puerta para que se haga una regulación más amplia y Colombia se alinee con lo que hacen otros países.
Andrés Zambrano, profesor de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, aseguró que “me parece muy acertada la propuesta. En este momento hay un debate global muy grande sobre cómo imponer impuestos a empresas multinacionales que tienen sus procesos de producción en varios países, pero que reportan su centro de operaciones en un país con bajas tasas impositivas. En este contexto existe un argumento fuerte para que las empresas paguen sus impuestos de acuerdo a las ventas en cada país y el IVA es una forma de implementar esa estructura de tributación”, apuntó.
En esa línea, Liliana Heredia, contadora pública y especialista en legislación tributaria, agrega que “esta medida ha sido incorporada en Nueva Zelanda, Suiza, Japón y los países de la Unión Europea. Estos últimos implementaron una reforma reciente con miras a facilitar los procesos y mejorar el recaudo. Es un hecho que el comercio electrónico viene creciendo y los sistemas tributarios tienen que responder a las nuevas condiciones del mercado o de lo contrario, las arcas estatales verán el impacto negativo”, dijo.
Jorge Enrique Espitia, investigador del Centro de Política Fiscal de la Universidad Nacional, apunta que “esas empresas han ganado con la pandemia. Netflix, Amazon, entre otros. Se les debe gravar las ganancias y estudiar qué tan inelásticos es su demanda para ver si les afecta esa subida de precios por el IVA y el posible impacto en la distribución del ingreso. El IVA sobre el internet que se ha convertido en un bien de primera necesidad sí afectaría a las clases pobre y vulnerable y ampliaría la brecha digital entre pobres y ricos”.
“De nuestro lado no queremos un enfrentamiento, queremos un comercio electrónico competitivo, en el que hay condiciones que se pueden mejorar y que se deben discutir”.
María Fernanda Quiñones, presidente de la cámara de comercio electrónico.
Por su parte, la presidente de la Cámara de Comercio Electrónico, María Fernanda Quiñones considera que más allá de un artículo que se ponga o descarte en la reforma tributaria, hay una discusión más amplia que debe dar “sobre las condiciones de competencias justas entre las plataformas que no están domiciliadas en el país y las que sí”.
Quiñones ve que esta discusión económica se debe dar sobre un diagnóstico que al día de hoy no se tiene, porque el último dato disponible es que el 14% de los colombianos hacían comercio electrónico transfronterizo en 2019; está pendiente que el Dane revele qué tanto se movió este indicador con las disrupciones provocadas por la pandemia.
“Hay que tener las cifras y dimensionar cómo está funcionando el comercio transfronterizo para tener estas discusiones”, apunta Quiñones. “De nuestro lado no queremos un enfrentamiento, queremos un comercio electrónico competitivo, en el que hay condiciones que se pueden mejorar y que se deben discutir. Necesitamos esquemas de competitividad que nos permitan adecuarnos y que puedan ayudar a diversificar la economía. Reducir todo a si se quita o no ese artículo de la reforma, puede ser el inicio de esa discusión”
¿Afectaría la competitividad?
Mientras se resuelve la discusión del apoyo a la industria local, la otra preocupación con la proposición es si este podría traer efectos negativos a la competitividad del país, que hace poco, entre otras cosas, acaba de recibir 30 líneas de trabajo por parte de la Misión de internacionalización para conectarse mejor con otros países.
Para Zambrano, “este IVA tendría efectos similares a los aranceles y por eso podría afectar negativamente la competitividad del país. Por eso es importante que haya coordinación entre países para que todos implementen medidas similares y no haya efectos negativos en las economías menos desarrolladas”.
En esa línea, Heredia propone que el foco no sea el IVA, sino una retención en la fuente con una tarifa más pequeña, “pero que, al aplicarse sobre los ingresos totales que se generan para las plataformas dentro de su territorio, consigue un recaudo importante. Adicionalmente, esta alternativa coincide con la propuesta que recientemente surgió en la cumbre del G7 y que muy seguramente empezará a tener eco a nivel mundial”.
En medio de ese panorama, en el que expertos y actores del sector piden una discusión más amplia del tema, los congresistas y el Gobierno seguirán la contrarreloj para debatir y aprobar la reforma tributaria, que debería estar avalada este mes.
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