Un joven colombiano creó una cervecería artesanal en plena pandemia, pero enfocó su negocio en la economía circular. Hoy utiliza los residuos de la cerveza para fabricar calzado deportivo.

Nicolás Ramírez Osma es quizás la viva imagen del emprendedor colombiano. Le gustan los retos, las soluciones y las propuestas que aporten a la sociedad. Es un joven colombiano, que, a sus 24 años, ya montó una cervecería artesanal, con un plus adicional: hace suelas de zapatos con los residuos de la bebida.

La idea nació en pandemia, en pleno pico de contagios cuando gran parte de las empresas y micro empresas tuvieron que cerrar sus negocios y despedir gente. Pero ni las más grandes cerveceras industriales frenaron su impulso, por lo que se subió al bus del emprendimiento con un pequeño local en Bogotá.

“Estaba en sexto semestre y quería montar una cervecería. Lo veía como un medio para poder tratar de aportar al ecosistema ambiental y ahí leí sobre la economía circular, que es básicamente que los residuos no lleguen a la basura sino se reutilicen”, cuenta Osma a Forbes.

Este ingeniero químico de Los Andes se motivó para trabajar en su desarrollo y aspirar ingresar a la participación del mercado de la cervecera artesanal, que para el 2020 logró el 0.5%. Así, tras el apoyo de su mamá, consiguió comprar los silos cerveceros y las máquinas para montar su cervecería.

Nicolás Ramirez Osma, fundador de Vinicia | Foto: Cortesía.

Apostó por las cervezas Belgas, pues, según cuenta, tienen diferentes variedades y un aroma dulce. De ahí nació Vinicia, un pub con una propuesta diferente que enfoca su negocio en la economía circular. “Empezamos con tres empleos, en mayo teníamos cinco, y hoy en día generamos alrededor de 10 empleos. Me enfoqué mucho en el tema social y la innovación del negocio”, destaca Osma, quien agrega que fue ahí cuando probó la idea de realizar suelas de zapato con los residuos de cerveza.

Junto a su amigo David Felipe García, de 25 años, e ingeniero ambiental, lograron la reconversión y les dieron un mejor uso a estos remanentes. A través de su ingenio, investigación y pruebas, encontraron la manera de convertir el afrecho en la suela para zapatos, por lo que, hoy fabrican calzado deportivo, contando con tres referencias que mezclan el cuidado del medio ambiente y la moda.

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“Nos dimos cuenta de que la producción de calzado se basaba en una producción en línea la cual terminaba en rellenos sanitarios, en alcantarillas y en los océanos”, dice el joven. “A partir de esto empezamos a ver cuál podría ser nuestro aporte, y por las investigaciones, nos dimos cuenta de que los zapatos están devaluados por las importaciones desde China, pero teníamos las máquinas, podíamos dar empleo y ganas de hacer la diferencia”.

Osma explica que solo se puso a volar el ingenio para crear varios prototipos. Fue así como en medio del desarrollo de su cervecería artesanal, consiguieron transformar el negocio por una Eco concepción, que, según García, apuesta por una economía circular que le aporte al medio ambiente.

“Nos dimos cuenta de que podríamos juntar lo mejor del mundo cervecero, con un buen look, pero sin olvidar aportar para el cuidado y conservación del planeta.  De esta manera aplicamos el concepto de simbiosis industrial: los residuos de una industria son la materia prima de otro”, añade su socio Garcia.

Para asegurar el destino final biodegradable de este calzado, después de su vida útil, la reincorporación se hará en los puntos de su cervecería Vinicia. De esta manera, el consumidor recibirá un beneficio como retribución por utilizar productos amigables, que podrá redimir con un bono de consumo, sea nuevamente en zapatos o cerveza.

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