Deberíamos acoger como prioritarias una serie de políticas que no solo sean efectivas para mitigar este tipo de situaciones al interior de las compañías, sino que también fomenten un cambio en las comunidades.
“Arréglate y usa un labial rojo llamativo”, me dijeron una vez antes de entrar a un encuentro de negocios, mientras que a mi socio, le pedían que se preparara para responder las preguntas del público. Lo típico con lo que aún somos medidas las mujeres.
Conseguir la igualdad de género y fomentar el empoderamiento femenino son parte de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad. Insertar en el imaginario colectivo que no deberían existir barreras para que, como género, podamos tener acceso a las mismas oportunidades, es una tarea titánica. Es una misión en la que he decidido embarcarme y a la que invito a que se unan todas las mujeres, porque esto va a requerir de todo nuestro esfuerzo conjunto.
En Colombia y en el general de la región, las brechas de género siguen existiendo. Estamos en una sociedad en la que la mujer todavía atiende su hogar y los hombres son quienes toman las decisiones, dando lugar muchas veces a una disyuntiva, en la que las mujeres deben decidir entre seguir su sueño de construir una familia o crecer profesionalmente. A pesar que esto ocurre en repetidas ocasiones, nosotras podemos al mismo tiempo, buscar generar ese balance para seguir creciendo tanto personal como laboralmente.
Esta situación impacta por supuesto a todos los sectores de la economía, pero particularmente con la industria tecnológica sucede que nos han hecho pensar a través de los años, que es un campo netamente masculino. De acuerdo con un estudio liderado por Endeavor con mujeres emprendedoras de Buenos Aires, México y Bogotá, en el sector STEM -que abarca ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas-, y que tenía el objetivo de identificar su representación e importancia en el mismo, demostró que el 84% de las encuestadas concuerdan en que enfrentan más dificultades en el proceso de emprender, mientras que el 40% manifestó haber sido víctima de algún tipo de discriminación dentro del sector. El indicador más preocupante es que de ese porcentaje, el 97% de los casos corresponde a discriminación de género.
No solo eso. Un artículo del Harvard Business Review que analizaba las sesiones de preguntas y respuestas de emprendedores y venture capitalists mostraba no solo que las preguntas variaban de acuerdo al género sino que, como resultado de esas diferencias, las emprendedoras recibían cinco veces menos fondos que sus contrapartes masculinos.
Por lo anterior, deberíamos acoger como prioritarias una serie de políticas que no solo sean efectivas para mitigar este tipo de situaciones al interior de las compañías, sino que también fomenten un cambio en las comunidades. La educación siempre será clave en la lucha contra la inequidad; por eso, la creación de espacios de formación y de capacitación pueden ser los vehículos perfectos para intentar cerrar estas brechas.
Como fundadora, he tenido acceso a entrenamientos y capacitaciones. Después de uno de ellos, en el que sentí el apoyo que necesitaba de varias mujeres -pues se tocaron temas de finanzas, levantamiento de rondas de inversión, roles de la sociedad y el uso del lenguaje del poder- decidí establecer un programa de empoderamiento femenino en UBITS llamado Women, que funciona con una premisa básica: al preparar y empoderar mujeres dentro de una organización, se generará un círculo virtuoso porque ellas formarán a las siguientes generaciones de mujeres ejecutivas. Así sea empezando por pequeños pasos.YLos resultados hablan por sí mismos: hoy en día somos más mujeres que hombres, siendo una empresa de tecnología. Es claro que, contar con un equipo directivo de mujeres que ha llegado hasta allí con todo el mérito, ha marcado la diferencia y le ha dado diversidad a la toma de decisiones.
Las mujeres que han logrado un balance dentro de su decisión de vida de estar en el mercado laboral, ya sea debido a su crianza, su trayectoria personal y profesional y/o nuestra propia personalidad, tienen que crear esas oportunidades para las demás que quieren tomar esta opción.
Es claro y fundamental: tenemos que ayudarnos entre nosotras. No basta con tener buenos deseos: hay que establecer objetivos, desarrollar planes y ejecutarlos. Esa será la manera de formar generaciones a las que no les pidan que se pinten con un labial rojo sino que destaque su decisión de ser grandes ejecutivas y así, les den el timón de las empresas.
*La autora es la cofundadora y COO de Ubits.
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