El experto en esa materia y en comportamiento humano, Jaime Rubiel, hace un análisis de los retos que hay en las organizaciones.

Una persona alcanza niveles exponenciales de productividad cuando ejerce sus más grandes fortalezas (sus superpoderes), aplicadas a su trabajo vital, el cual es aquel que más impacto tiene en la consecución de sus metas.

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Teniendo en cuenta este concepto, he desarrollado una teoría a la cual llamo Dilema en la Productividad Laboral. Este dilema nace de qué tanta alineación exista entre lo que el empleado entiende como su trabajo vital y lo que la empresa espera que sea el trabajo vital del empleado y sus fortalezas. Visto en un gráfico sería así:

Como se observa, el reto radica en incrementar al máximo la zona donde se intersectan los tres círculos. Entre mayor sea el área donde se alinean los tres factores, mayor productividad laboral podremos esperar de la persona. Para lograrlo, el primer paso es tener muy claras las fortalezas del individuo. Podría sonar lógico, pero cada vez me encuentro con más y más personas que no conocen de manera clara y concisa cuáles son sus fortalezas personales.

Tanto el individuo, como el líder del equipo, deben tenerlas diáfanas y por escrito. Muchas veces no logramos lo que queremos de nuestros colaboradores, por el hecho de asignarles tareas que no son 100 por ciento compatibles con sus fortalezas personales, lo cual no solo disminuye la productividad, sino la motivación. Si una persona continuamente ejerce actividades “para las que es muy bueno”, las podrá ejecutar con maestría, además de mantener muy alto sus niveles de interés en el trabajo.

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El segundo paso consiste en lograr un consenso entre colaborador y líder sobre las actividades que se consideran “trabajo vital”. Como comentaba inicialmente, el trabajo vital es aquel que más aporta con los objetivos.

Aquí es importante que exista una complementariedad entre los objetivos del cargo, es decir lo que la compañía espera que el colaborador aporte en el proceso de conseguir los KPIs fijados, y los objetivos o metas personales del colaborador. El sueño a cumplir es que debemos lograr que nuestro equipo de trabajo conquiste, a través de la consecución de los objetivos de la empresa, los suyos propios.

Entre más se cumpla esta complementariedad, obtendremos un mayor compromiso, motivación y efectividad. Esto no es una utopía; creo firmemente que es algo que podemos construir día a día, para conseguir el máximo rendimiento de nuestros equipos de trabajo. Porque “Empleados altamente productivos es igual a Empresas altamente productivas”.

Por: Jaime Rubiel*

*El autor es especialista latinoamericano en productividad exponencial y creador del método 4M para formar una nueva generación de Líderes Exponenciales.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.