La iniciativa tiene un paquete de ayudas a las empresas más afectadas, pero a la vez sube impuestos a las más grandes. ¿Cuál sería la hoja de ruta para impulsar el crecimiento económico?

Con la nueva reforma tributaria en la puerta del horno, que ya ha tenido la mayor cantidad de consensos posibles para evitar lo que sucedió con la anterior propuesta, se siguen sumando las voces que alertan por el efecto que la iniciativa podría tener en las empresas, sobre todo en las mipymes.

Por un lado, el grueso del recaudo de la nueva reforma tributaria vendrá de eliminar los beneficios que había para las empresas en el pago del impuesto de renta y el ICA, que le caería en buena medida a las firmas más grandes.

Sin embargo, dirigentes gremiales y expertos señalan que la iniciativa también tocaría a las firmas medianas y pequeñas, debido a que el impuesto de renta, por ejemplo, subirá de 31% a 35% con el articulado.

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En ese punto, Rosmery Quintero, presidenta del gremio de las mipymes, ha llamado la atención en varias ocasiones sobre la necesidad de darle una tarifa diferencial a esas empresas en el impuesto de renta, teniendo en cuenta el efecto que la pandemia ha traído a esas firmas.

Y aunque la tributaria no incluyó esa solicitud de Acopi, para contrarrestar ese efecto la reforma sí incluye unos beneficios para las empresas que cumplan con unos requisitos y se puedan acoger al Régimen Simple, según sus niveles de ingresos y el tipo de actividad económica. Y eso le podría aportar en buena medida a las mipymes.

De hecho, según el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, el cambio en el umbral con el que las firmas se acogen a ese régimen podría beneficiar a alrededor de 400.000 empresas.

En la discusión del segundo debate, el proyecto de Inversión social también incluyó un artículo nuevo que le otorgaría una exención por un año del IVA y el impoconsumo para restaurantes y centros de expendios de comida y bebidas, o bares.

Luego de la aprobación en Cámara y Senado de la iniciativa, Quintero manifestó que “en esta ocasión parece ser que la tarifa diferencial no es posible. Sin embargo, reconocemos que se ajustó el régimen Simple y lo llevaron hasta 100.000 UVT y probablemente tiene un margen para extenderlo”.

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Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), manifestó que la iniciativa que se aprobó en el Congreso responde a lo que se había determinado desde un comienzo, como que no tocara a la clase media ni los más vulnerables, las pensiones ni la canasta familiar.

“Es un proyecto que busca aumentar el recaudo en un momento complejo para atender a los más vulnerables. Todo esto se logra con la solidaridad de las empresas colombianas, a pesar de que no hayan tenido una época fácil. Los colombianos somos capaces de conseguir soluciones virtuosas”.

¿Ayudas son suficientes?

Ahora bien, ante un panorama en el que las empresas cargarán con el grueso del recaudo, especialmente $10,6 billones de un total de $15,2 billones que recogería al año la iniciativa, la pregunta que queda es cómo impulsar el crecimiento económico y si ese paquete de ayudas es suficiente para las organizaciones.

Por ahora, según expertos, las ayudas con el Régimen Simple parece ser la mejor salida para impulsar a las mipymes. Andrés Zambrano, profesor asociado a la facultad de economía de la Universidad de los Andes, apunta que “la aproximación de ampliar el Régimen Simple para empresas con ingresos menores a 1.000 UVT me parece una mejor estrategia. Eso disminuiría la informalidad porque ese monotributo es más fácil de pagar y aliviaría la carga de las empresas verdaderamente pequeñas”.

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Sin embargo, queda la tarea, como ya lo apuntó la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios, que Colombia reduzca la carga tributaria en las empresas y la reparta, por ejemplo, a las personas naturales.

Y todavía queda espacio para eso si se tiene en cuenta que ante los otros miembros de la Ocde, Colombia es uno de los países que tiene mayor carga a las empresas (54%) y una muy baja para las personas naturales.

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