El mayor precio internacional del GLP y del tipo de cambio empujaron la cotización de cilindro de gas. El Gobierno del Perú lo reincorporó a un Fondo de Compensación.
El precio del cilindro de gas de 10 kilos en el Perú, conocido como balón de gas en dicho país, está costando actualmente entre S/40 (equivalente a US$9,7) y S/65 (US$15,8), según los precios reportados por los operadores de locales de venta a Osinergmin. Se trata del mayor nivel de precios en el año, lo cual viene impactando a los bolsillos de los hogares peruanos que en promedio pueden consumir alrededor de 14 balones al año, según cálculos de la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL).
Son dos las razones principales que explican el incremento de cara al consumidor. Por un lado, el precio internacional del Gas Licuado de Petróleo (GLP) contenido en los cilindros ha registrado un incremento atípico que no se daba hace muchos años por una mayor demanda global. Según reporta Osinergmin, entre agosto de este año y diciembre del 2020, su cotización internacional se incrementó en 54%. Y si se compara el precio actual con el de diciembre del 2019, el alza es de 102,1%.
Por otro lado, la depreciación de la moneda nacional (el sol) frente al dólar que continúa en niveles históricos ha encarecido el precio de importación del GLP (compuesto por propano y butano). Adicionalmente, los costos propios del envasado, transporte, entre otros, también se han visto golpeados por el alza de precios internacionales de los commodities, reconoce Samuel Vásquez, presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL).

“Internamente hemos tenido la tormenta perfecta porque a eso [el incremento de precio internacional] se ha sumado a la disparada del dólar (…) Todos nuestros insumos prácticamente son derivados de los hidrocarburos y en algunos casos han subido hasta en 50%”, comenta Samuel Vásquez, presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL).
En este contexto, el gobierno peruano liderado por Pedro Castillo aprobó la reincorporación de GLP envasado al Fondo de Estabilización de Precios (FEPC), con el fin de reducir el precio del cilindro de gas, que es usado por más de 4 millones de hogares en el Perú, según estimaciones del Ministerio de Energía y Minas (Minem). Diversos actores del sector, sin embargo, han puesto en duda la efectividad de esta medida.
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¿Cómo funciona el FEPC?
El Fondo de Estabilización de Precios (FEPC) no es ninguna novedad. De hecho, fue creado en el 2004 como un fondo intangible destinado a evitar que la alta volatilidad de los precios internacionales del petróleo crudo y sus derivados se trasladen a los consumidores nacionales.
Para ello, se estableció crear una banda de precios que limite su variación con un precio máximo y un precio mínimo.
De esta manera, cuando el precio internacional esté por encima del precio máximo, los consumidores pagan el precio máximo y el Estado (mediante el FEPC) paga lo restante al importador. En cambio, cuando el precio internacional está por debajo del precio mínimo, el consumidor paga el precio mínimo de la banda de precios y el adicional cobrado debe ser desembolsado al FEPC.
La idea es que sea un fondo revolvente, es decir, que sea sostenible con sus propios recursos. No obstante, para Norvic Chicchon, docente de Ingeniería de la Energía de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) y ex director general de Hidrocarburos del Minem, el fondo no logró cumplir esa función mientras el GLP estuvo incorporado en el fondo (hasta el 2020) pues la mayor parte del tiempo el precio internacional fue mayor a la banda de precios fijada. De hecho, antes de que el GLP sea retirado del fondo, el FEPC llegó a tener una deuda acumulada de S/950 millones con los productores e importadores debido a los largos periodos de tiempo en que el precio internacional fue superior a la banda de precios máxima, reportó la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
Samuel Vásquez, presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL), muestra preocupación también por quién efectivamente “asumirá ese descuento”. El decreto publicado en la víspera señala que el precio máximo de venta para el GLP envasado es de S/1,95 por kilo. Eso quiere decir que los balones de gas de 10 kilos le costará S/19,5 a los importadores, cuando antes de dicha medida les costaba S/31,7 (según los datos de julio que proporciona Minem). Estamos hablando de alrededor de S/12 que deberán ser cubiertos por el Estado.
En esa línea, el ministro de Economía, Pedro Francke, informó que estiman que el costo total para cubrir este fondo este año sea de S/200 millones, monto ya incluido en los cálculos del presupuesto público del 2021. No obstante, para Chicchon, esta cifra será insuficiente.

“Más o menos se van a gastar entre 2 y 3 millones de soles diarios para compensar a la gente. Entonces, esos 200 millones realmente se le van a hacer agua. Hubo un momento entre el 2018 y el 2019 en que se gastaba alrededor de 50 millones de soles a la semana (…) Al final, va a terminar como siempre quedan, con una cuenta por deber a las empresas, quienes van a recargar sus costos financieros. Y al final de cuentas, los calendarios del MEF se aprueban con 6 meses de retraso y todo eso va a estar soportado por las empresas”, resalta el especialista de la UTEC.
Vásquez, de la SPGL, añade que el esquema actual del FEPC no era el que ellos habían recomendado, pues este incluye solamente al GLP envasado y no al de granel, y la solución solo se ha focalizado en los productores. Las consecuencias, añade, podrían apuntar a un incentivo del mercado negro y condiciones menos seguras para vender los balones de gas en el Perú.
“Dijimos que el fondo debe ser para todos los GLP, el gas es uno solo. No puedes crear uno envasado (E) y uno a granel (G), porque ahora va a generar lo que pasaba en esa época, el contrabando. Algunas empresas compraban el E con el descuento del FEPC, por ejemplo 11 soles, y luego lo vendían a los grifos con 5 soles menos. Entonces, cuando iba su proveedor formal que compraba G al grifo no podía competir porque alguien le vendía a 5 soles menos”, explica.
¿Cuánto caerá el precio al consumidor?
El Minem espera que el precio del balón de gas de 10 kilos en Perú se reduzca hasta S/11 de cara a los usuarios finales, con la incorporación de este al FEPC. La medida se vería reflejada desde la siguiente semana y aliviará en parte a los consumidores, pero mantendrá los precios cercanos a los S/50, considerando que los precios máximos en el Perú están sobrepasando actualmente los S/60.
Chicchon, de la UTEC, resalta que el mercado del GLP en el país, a diferencia de otros combustibles, se caracteriza por tener una cadena de comercialización muy larga, con muchos agentes y muy fragmentada. Esto, efectivamente, va incrementando el valor del GLP en cada segmento de la cadena y, por consiguiente, en el precio de venta al consumidor final. Por ejemplo, en julio, el precio promedio al consumidor de GLP envasado era de S/5,12 por kilo, de los cuales S/3,17 era el precio ex planta (para un productor o importador en el puerto) y S/1,95 correspondía a los costos de la cadena de comercialización, que representa el 38% del precio final.
Cabe señalar que la reducción del precio de cilindro de GLP podría no realizarse al mismo tiempo entre los comercializadores precisamente por la cadena de distribución con muchos intermediarios en el mercado peruano, precisó Pedro Gamio, exviceministro de Energía.

Los expertos señalan que los actores de la cadena de comercialización absorberán el menor precio ex planta. No obstante, el mayor tipo de cambio seguirá elevando el precio del GLP, en un contexto en que se aproximan los meses de invierno donde el Hemisferio Norte eleva su demanda de GLP y los precios seguirían subiendo, apunta Chicchon.
“Este sinceramiento del nuevo costo de vida y el mayor tipo de cambio no va a disminuir. Es decir, el margen que ha crecido en cada segmento de la cadena se va a mantener y el único que va a estar controlado de alguna manera van a ser el productor e importadores. No va a ser una reducción sustancial como está buscando [el Gobierno]”, subraya.
Otro aspecto que se ha criticado sobre el retorno del GLP envasado al FEPC es el relacionado a la focalización de la medida, pues el precio ‘subsidiado’ llegará tanto a las familias con alto o bajo poder adquisitivo. En contraste, el Vale del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE), es un subsidio de 20 soles que reciben cerca de 1 millón de familias en situación vulnerable para la compra de un balón de gas. Este mecanismo, explica Chicchon, sería conveniente ampliar. Cabe señalar que Osinergmin ha planteado elevar la cobertura del programa a un total de 1,8 millones de hogares.
Masificación rezagada del gas natural
Las tendencias mundiales apuntan a que el gas natural sea el de principal uso doméstico, tanto por su ahorro de costos, su seguridad y los beneficios al medio ambiente. Siendo el Perú el segundo país con mayores reservas de gas natural de la región, la penetración de este recurso se encuentra rezagada en el país.
De acuerdo a un estudio de Promigas, el total de clientes de gas natural en el Perú llegó a 1,1 millones a finales del 2019, un 31% por encima del año anterior. Mientras tanto, en Colombia, existen cerca de 10,3 millones de usuarios de gas natural en el país al primer trimestre del 2021, según cifras del Ministerio de Energía y Minas (MME).
“Este rezago debió ser corregido años atrás para no estar justamente tomando medidas correctivas (como el retorno del FEPC) a la fecha”, añade Chicchon.
Según el ex director de Hidrocarburos del Minem, el 30% de todo lo que se ha gastado del Fondo de Compensación desde su creación corresponde al GLP, bordeando los 2.700 millones de soles. “Con eso se hubiese podido implementar una política agresiva de masificación del gas natural”, señala.
Recientemente, el Minem precisó que apostará por sacar adelante el proyecto de masificación de gas natural Siete Regiones, aunque aplicando un esquema diferente luego de que la licitación de este sea declarada desierta este año. Ahora, se acortará a las zonas más viables de acceder, como las ciudades de Ucayali, Ayacucho y Cusco.
Chicchon saludó la medida. Además, recordó el capítulo sucedido con Naturgy, empresa que tenía una concesión de distribución de gas natural en el sur y abandonó el país ante problemas estructurales que terminaron haciendo inviable el proyecto. Gamio, asimismo, comenta que se debería apuntar a la masificación del gas natural procedente tanto de Camisea como de Sechura.
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