Gracias a la gestión estratégica con las comunidades, y el apoyo de diversas entidades, Promigas busca dejar una huella ambiental y social positiva de los ecosistemas por donde pasan sus operaciones e impulsar el desarrollo sostenible de su entorno con inversiones por 30.000 millones de pesos.

Desde el inicio de las operaciones de Promigas, hace 45 años, la sostenibilidad ha sido transversal en su búsqueda por generar valor económico, social y ambiental. La empresa ha afrontado los retos del cambio climático y entendido que no solo tiene potencial de ser un aliado estratégico del sector privado para el desarrollo, sino también para retribuir a las comunidades donde opera y forjar un desarrollo sostenible de su entorno.

Como una de las mayores compañías del sector, que transporta el 50% del gas natural de Colombia en más de 3.200 kilómetros de gasoductos propios y transportadoras que han beneficiado unos 15 millones de personas, está llamada a ser el combustible para la transición energética gradual, sostenida y responsable.

Acciones y compensaciones

Promigas entiende que genera impactos durante la construcción de los gasoductos, el mantenimiento de la red o por la presencia de infraestructuras, por lo que anualmente destina importantes recursos en el manejo, mitigación y compensación al ecosistema, solo en 2020 invirtió 7.406 millones de pesos en estudios, controles y acciones ambientales.

Como parte de las compensaciones usaron el 61 % de las áreas aprobadas para infraestructura, gracias a replantear trazados, por lo que solo se taló el 55 % de los árboles autorizados y se redujeron las áreas de intervención de biodiversidad. Además, se revegetalizó el 100 % del área intervenida, se compensaron 697 hectáreas por pérdida de biodiversidad, tala e intervención de especies vedadas, tuvieron cero sanciones por incumplimiento ambiental, en parte por la capacitación de 1.590 trabajadores, sus nuevos gasoductos afectan 20% menos a los árboles y los trazados están 100% por fuera de cualquier área protegida.

Bosque Seco Tropical y Proyecto Tití

Además de las acciones exigidas por la ley buscan dejar una huella ambiental positiva en los lugares donde operan con ambiciosos proyectos en ecosistemas estratégicos; por ejemplo, tienen un impacto destacado en el Bosque Seco Tropical, el más representativo de la Región Caribe y de los más vulnerables del país. Gracias al trabajo articulado con las comunidades e instituciones en estos ecosistemas han logrado proyectos novedosos de captura de carbono, acuerdos de conservación y actividades de protección de mayor impacto en la biodiversidad.

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También han acompañado la creación de Reservas Naturales de la Sociedad Civil, hacer saneamiento predial de más de 200 hectáreas, es decir la compra y entrega de tierras a Parques Nacionales Naturales (PNN) o las Corporaciones Autónomas Regionales CAR, y crear corredores de conexión de biodiversidad. Y hace parte de la Estrategia Biodiversidad y Desarrollo por el Caribe Colombiano, liderada por la ANDI, PNN, el Instituto Alexander Von Humboldt, el Programa Riqueza Natural de USAID, y el Programa Biocaribe de la FAO.

En conjunto con la ANDI, Herencia Ambiental, Fundación Ecosistemas Secos de Colombia y Fundación Proyecto Tití han trabajado en pro de la conservación del mono tití cabeciblanco, insignia de la región Caribe y en peligro de extinción.

Promigas quiere convertir los riesgos del cambio climático en oportunidades gracias a proyectos de generación de gases y energías renovables, el apoyo a la descarbonización y reducción de emisiones y con las acciones de captura de carbono de los proyectos de protección a la biodiversidad; en últimas, sus acciones le apuntan a círculos virtuosos en beneficio del presente y futuro del planeta.