Celebridades como Pipe Bueno, Luisa Fernanda W y Nicolás Mayorca, junto a otros ángeles inversionistas y fondos de inversión, respaldan a Favik, una fábrica de marcas digitales que promete ayudar a los influenciadores a multiplicar sus ingresos.

Hay más de 12 millones de influenciadores en América Latina, según un reporte de Influencity, que han armado poderosas comunidades en redes sociales creando contenido diariamente no solo para hacer crecer su audiencia, sino también para ser un canal para promocionar productos y servicios.

Nada más en el primer trimestre de este año, se invirtieron 4.200 millones de pesos colombianos (poco más de 1 millón de dólares) en Colombia en el mercadeo de influenciadores, que ha ganado un 2,2% en el total de la publicidad digital, de acuerdo a estimaciones de IAB.

Pero muchos de esos influenciadores se han cansado de vender los productos y servicios de otros, así que están decididos a fundar sus propios negocios. Es con ellos con quienes quiere trabajar Favik, una fábrica de marcas digitales que ha recibido US$1.5 millones en una ronda de inversión pre-semilla.

De esta inyección de capital participaron fondos de inversión como InQlab, el brazo de capital de riesgo de la familia Santo Domingo; Jaguar VC, 10XCapital Ventures, First Serve Partners, Exile, Portafolio CL y Ventura. Así mismo, una fila de ángeles inversionistas como los fundadores de Omni Diego Caicedo y Andrés Abumohor, alumnos de Rappi como Sebastián Ruales, Adán Ramos (ahora en Kovi), Tony Grajales (ahora en Salesforce), la influenciadora Luisa Fernanda W, el cantante Pipe Bueno y el cantante y empresario Nicolás Mayorca.

“Ya contamos con celebridades en toda América, cada vez tenemos un ecosistema más fuerte con los mejores inversionistas, celebridades, infraestructura y equipo”, le expresó a Forbes el CEO y cofundador de Favik Felipe Novoa, quien contó que además de Colombia ya preparan su aterrizaje en otro país. “Lanzaremos más marcas”.

Fundada en Bogotá, Favik crea alianzas con influenciadores para ayudar a montarles sus negocios. El proceso inicia con una investigación de mercado usando herramientas analíticas y metodologías de ciencias de datospara entender qué negocio podría funcionar. Se encargan de toda la operación y ejecución, que va desde la producción hasta las entregas de productos. La tarea del influenciador termina siendo monitorear el desempeño del negocio y algo que hace parte de su rutina: la publicidad.

En la primera fase, se concentrarán en productos de consumo masivo como belleza, moda y licores. En un futuro podrían incursionar en restaurantes digitales.

En América Latina este fenómeno de crear negocios propios está conquistando a los influenciadores. Sascha Fitness tiene una empresa de sumplementos alimenticios que vende cerca de 950.000 unidades al año, Luisito Comunica tiene en México un operador móvil y en Colombia, la agrupación musical Piso 21 tiene un restaurante virtual de alitas de pollo.

Juega a favor de Favik que sus cofundadores saben de consumo masivo. Felipe Novoa creó antes la bebida relajante FreeMind, José Ovalle lleva más de 14 años de experiencia en comercio electrónico y Hoovert Arrendondo ha desarrollado por más de 10 años plataformas de comercio electrónico.

La primera marca que han puesto al aire es Everyday Love, con la que la influenciadora Marialejandra Manotas vende productos de cuidado para el pelo, registrando crecimientos de 75% mensual y aspirando a cerrar el 2021 con un crecimiento de 100% mensual.

“Seguiremos desarrollando tecnología para automatizar más nuestra operación y robusteciendo nuestro equipo, tenemos a los mejores profesionales de cada área, nos estamos dando el lujo de seleccionar el mejor talento del país”, concreta Novoa.

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