Los datos nos muestran que la economía se recupera y que el escenario es más optimista que hace meses. Sin embargo, el Covid nubla otros retos estructurales que, como la informalidad económica, condenan a la ciudadanía.

La recuperación económica, debido a una gran reactivación de la demanda, entre otros factores, sigue su curso. Si atendemos a los pronósticos que ofrecía la OCDE en mayo de 2021, estos señalan que la economía colombiana cerraría el año con un crecimiento cercano al 7,5%.

No obstante, el mejor comportamiento que ha experimentado la economía a lo largo de estos meses, en los que la economía ha rebotado más de lo esperado, ha obligado a diversos organismos a revisar al alza los pronósticos; llegando a prever, incluso, crecimientos de hasta el 9% a cierre de año.

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Es el caso de JP Morgan, por ejemplo. El banco de inversión estadounidense revisó los pronósticos emitidos previamente, teniendo en cuenta que la actividad durante el mes de julio tuvo resultados mejores a los esperados por el mercado. Debido a esto, los pronósticos que hoy se muestran prevén una tasa de crecimiento cercana al 9%.

Aunque esta tasa supone una desaceleración en el ritmo de crecimiento durante el último trimestre del año, la economía crecería a una tasa superior a la estimación anterior. Una revisión que, de la misma forma, se hizo al alza para el año 2022, año en el que se prevé que la economía crezca un 4% en lugar de un 3,6%.

Ante estas revisiones al alza en los pronósitcos, el Ministerio de Hacienda se ha mostrado muy optimista, cogiendo fuerza y garantizando que el crecimiento económico de Colombia durante este año será claramente superior al 6%.

A este comunicado también se han sumado entidades como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), compartiendo este pronóstico, a la vez que señalan que el PIB del país, como ya confirmó la OCDE o como confirma JP Morgan en este último comunicado, prevé superar el 7,5%. En resumen, pronósticos que motivan al Gobierno a emitir un comunicado en el que afirman que la economía colombiana se encuentra cada vez más cerca de alcanzar la nueva normalidad.

La CEPAL, en un comunicado, dijo que la cuarta economía de la Región, por detrás de Brasil, México y Argentina, sería la que lideraría la recuperación este ejercicio. El PIB prevé alcanzar su nivel prepandemia en el presente ejercicio, a la vez que el desempleo se recupera rápidamente, cifrando en un 80% el empleo recuperado, tras una destrucción masiva como consecuencia de la pandemia. Y es que, sea como sea, el viento ha soplado a favor de la economía nacional, impulsando su crecimiento y relanzando una economía que, incluso, ya sube tipos ante las presiones inflacionarias; descontando, con este hecho, desviaciones sustanciales en el cuadro macroeconómico.

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Con estos datos en la mano, podemos ser conscientes de que hablamos de una situación bastante optimista para la economía colombiana. La recuperación avanza favorablemente, a la vez que el país se posiciona entre los primeros países de la región que recuperarán el nivel previo a la Covid.

Una situación beneficiosa para el presidente de la República, Iván Duque, quien se enfrenta a su reelección el próximo año. Unas elecciones que se celebran en un escenario en el que la reforma fiscal y la situación en Colombia le habían quitado la aprobación social al presidente, pero que, con la buena situación que atraviesa la economía colombiana, podría recuperarla y salir victorioso en las urnas.

Con todo, el mensaje es muy claro, la economía colombiana ha trabajado y tiene la respuesta. Con una respuesta fiscal superior al 2% del PIB en el país, Colombia ha enfrentado la pandemia con menos recursos que otras economías como Brasil o Argentina, pero también lo ha hecho con más recursos que otras economías como México, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, entre otras. Además, pese a que hablemos de una superioridad relativa, Colombia se posiciona, también, entre las economías de América Latina que más avanzado se encuentra en el proceso de vacunación. Una situación que, sumada a la menor incidencia del virus, permite un mejor desempeño de la economía.

Sin embargo, no hay que olvidar las vulnerabilidades que presentan estas economías, las cuales llevan a Colombia a ser un país débil, con un carácter muy similar en todas las economías de la región, cuando llega una crisis económica y deben enfrentarla. Como economías emergentes que son, encuentran limitaciones esenciales en la actuación política, requiriendo la ayuda externa para complementarla.

Una situación que, aprovechando el crecimiento y ese fortalecimiento de la economía, podría comenzar a remediarse. En este sentido, utilizando los crecimientos como un punto de inflexión para fortalecer la economía, con reformas que siguen sin aplicarse, de cara a combatir otros sucesos futuros similares.

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Como sabemos, el país enfrenta reformas fundamentales, eternamente pospuestas, que deben implementarse para fomentar verdaderamente el desarrollo y el crecimiento sostenible del país. Entre estas, conviene señalar el fortalecimiento fiscal del Estado, la universalización del censo fiscal, la mejora de los sistemas de focalización, la reforma agraria, la igualdad y, cómo no, la implementación efectiva del Acuerdo de Paz, entre otras.

Combatir fenómenos como la escasa capacidad del Estado, la elevada informalidad económica que presenta el país, en adición a un comercio exterior que no está aprovechado en el país, entre otros sucesos, es una tarea de obligado cumplimiento, posible en un escenario optimista como el actual.

Pues cabe señalar que el Covid, pese a ser el gran reto, no es el único reto que presentan estas economías. ¡No lo olvidemos!

Por: Francisco Coll Morales*
*El autor es economista, Redactor jefe y jefe de análisis de Economipedia. Analista económico en más de 40 medios, nacionales e internacionales.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.