La nueva directora del Departamento Nacional de Planeación es la sexta mujer en ocupar el cargo que es un mega ministerio. Botero es hoy una de las mujeres más poderosas de Colombia. estas son sus metas.

Cuando alguien le pregunta a Alejandra Botero cómo logró convertirse en la sexta mujer en dirigir el Departamento Nacional de Planeación (DNP) con tres hijos a bordo, y una carrera profesional que no ha parado, responde que la fórmula mágica no existe.

“Tengo una red de apoyo muy amplia que me ayuda a ver por mis hijos, pero también está la comprensión con los niños de que ese es el trade off -la compensación- de una mamá que da ejemplo, que trabaja y que contesta el teléfono cuando puede”, dice Botero mientras muestra los múltiples mensajes de su hija de 11 años por WhatsApp en un día ocupado para ella en el DNP.

Alejandra Botero Barco, de 43 años, se parece a su mamá Carolina Barco, exministra de relaciones exteriores y exembajadora de Colombia en España y Estados Unidos; no solo en lo físico sino en la determinación para ser servidora pública.

“Desde que estaba decidiendo qué estudiar siempre estuve pensando qué carrera hacer para estar en el sector público. Ese siempre ha sido mi sueño y de alguna manera me he venido preparando para esto”, cuenta.

Lea también: ‘Pese a pandemia, cumpliremos el 85% del Plan de Desarrollo de este Gobierno’: DNP

Botero nació en 1978 en Caracas, Venezuela, cuando su mamá estaba trabajando en ese país. Aún así pasó su niñez en Colombia y cuando terminó el bachillerato se fue a Estados Unidos a estudiar su doble pregrado en economía y ciencias políticas en la Swarthmore College, en Pensilvania.

Para el empresario Mauricio Botero Caicedo, su papá, a Alejandra siempre se le notaron las ganas de estar en el sector público, como lo hicieron su mamá y su abuelo, el expresidente Virgilio Barco.

“A pesar de que por este lado de mi familia somos todos empresarios y que yo la he invitado a participar de varios espacios, ella siempre ha demostrado una vocación por el sector público y creo que la labor de su mamá tiene que ver en eso”, agrega Botero.

Con la idea de participar en el sector público, Botero procuró dar los pasos que necesitaba para hoy liderar una entidad que tiene en sus manos la planeación y la hoja de ruta en materia de políticas públicas para el país, en un momento en el que Colombia está buscando salidas para superar la crisis por el coronavirus, que también dejó descubiertos viejos problemas como el de la desigualdad.

Luego de estudiar su pregrado en la universidad fue a trabajar un verano en Violy, Byorum & Partners, una firma que busca impulsar la inversión extranjera en América Latina. Rudolf Hommes, exministro de Hacienda, la conoció allí y fue su primer jefe.
“La conocí hace más de 20 años cuando vino a trabajar con nosotros. Llegó para pasar un verano, pero se quedó con nosotros varios años. Es una persona con mucha trayectoria y una hoja de vida brillante”, dice Hommes.

Lea también: Crean plataforma para medirle el pulso a normas y proyectos de ley en el Congreso

Más adelante, en el 2005, Botero entró a hacer un Máster en Business Administration en la Universidad de Columbia, en donde se destacó por su desempeño académico y se ganó una beca parcial otorgada por Exxon Mobil para estudiantes internacionales.

“Yo estuve pensando mucho si hacer el posgrado en administración de empresas o pública. Pero hablando con mucha gente, muchos me dijeron que era más fácil saltar del sector privado al público y, de hecho, tomé varias materias por ese lado, siempre pensando en ese siguiente paso”, recuerda Botero.

Luego de terminar su MBA, Alejandra estuvo trabajando en Mckinsey & Company en donde, además de sus labores con el sector privado, pudo estar al frente de proyectos con los que podía acercarse a las dinámicas del sector público.

“Ahí empecé a acercarme a las metodologías y a los trabajos de varios gobiernos. Y claro, fui más consciente de que eso era lo que quería hacer”, apuntó.

Aunque toda su vida académica transcurrió en Estados Unidos, Alejandra Botero fue a vivir a Venezuela con su esposo, el venezolano Ignacio Vollmer, y a hacer su vida allí teniendo también la posibilidad de seguir su carrera profesional desde ese país.

Lea también: ¿Qué esperar de la reapertura fronteriza entre Colombia y Venezuela?

Sin embargo, luego de pasar más de tres años en la consultora Mckinsey y de que la compañía le diera algunas flexibilidades para cuidar a sus hijos pequeños, Botero decidió dar un paso al costado para emprender.

“Yo creo que fui la primera mujer en ese momento en Mckinsey que le dieron la posibilidad de tener el 60% o el 80% del tiempo. Un estilo de vida en consultoría involucra viajar mucho e incluso estuve a punto de pasarme a experta dentro del sector público. Pero empezaron a cerrar las oficinas en Caracas y yo tenía a mis hijos pequeños. Ahí decidí que iba a ser emprendedora y trabajar en temas sociales”, relata.

Junto con otros socios, Botero abrió una sede de Impact HUB en Caracas, Venezuela, un espacio para que emprendedores sociales pudieran trabajar en conjunto y abrir nuevos lugares de colaboración. “Como las cosas se estaban desbaratando tanto en Venezuela y había tantas organizaciones tratando de ayudar en medio de la crisis, organizar un espacio de trabajo donde pudieran intercambiar ideas hacía sentido porque para ellos ese espíritu colaborativo es muy importante. Con eso, lo lanzamos en el 2013”.

Después de ese periodo de emprendimiento, desde el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) la llamaron para hacer parte de un proyecto, en el que podría trabajar con un profesor suyo del pregrado y el posgrado para fomentar la innovación en el sector privado en América Latina. “Se juntaron el hambre con las ganas de comer”, dijo sonriendo.

Luego de su paso por la CAF, llegó finalmente su oportunidad para trabajar en el sector público. A través de un conocido mandó su hoja de vida, la llamaron a entrevista en Bogotá y fue elegida como la Consejera presidencial para la gestión y el cumplimiento, rol que desempeñó desde el 2018 y por el que tuvo que venirse con sus hijos a vivir a Colombia desde Venezuela.

Y tras la salida de Luis Alberto Rodríguez, exdirector del DNP, el presidente Iván Duque la llamó a ofrecerle el cargo para convertirse en la sexta mujer en liderar esa entidad. “Es que ese ha sido mi sueño. Estoy un poco agotada, pero se siente muy bien servir al país”, dice.

Ser madre y líder

Aunque las cifras muestran que las mujeres tienen menores oportunidades que los hombres para ascender en el mercado laboral, Alejandra Botero ha estado rodeada de mujeres que han podido trabajar y brillar en sus carreras profesionales, empezando por su mamá.

María Mercedes Cuéllar es otra de esas mujeres con una larga carrera en el sector público y privado, incluyendo la dirección del DNP y del Ministerio de desarrollo económico, y quien ha acompañado y ha visto crecer a Alejandra Botero.

“Yo la conocí desde chiquita porque soy muy amiga de los papás. Toda mi vida he trabajado, Carolina también y Alejandra está viendo y siguiendo la misma senda de su mamá. Uno de alguna manera se las arregla para poder balancear el trabajo con la vida familiar. Últimamente es mucho más fácil y con los años se ha ido equilibrando”, apunta Cuéllar.

Alejandra reconoce que si sus hijos la llaman en medio de una reunión de trabajo, a veces se levanta un momento para responderles, pero que otras veces, como en sus reuniones con el presidente Duque, no puede contestar.

“Sí, uno tiene que hacer muchos malabares para equilibrar las dos cosas. Pero las mujeres tenemos cada vez más espacio para avanzar en el mercado laboral. El mensaje que quiero dejar es que no es necesario y no se debería detener la carrera profesional para tener hijos. Es un camino difícil pero miren, acá estoy”.

Siga a Forbes Colombia desde Google News