Existe un desconocimiento general de la realidad que viven las mujeres en el campo. Grandes brechas siguen existiendo y las acciones por reducirlas deben ser compromiso de los sectores público y privado.

Soy una convencida de que los sueños se logran haciendo que las cosas sucedan y que el único camino para obtenerlos es haciendo la tarea, entregando con toda la pasión lo mejor de cada uno al servicio de quien lo necesite. Por eso hay que movilizar a muchos aliados estratégicos para que se acerquen a cambiar la realidad de las mujeres rurales.

Cuando les preguntamos a ciudadanos del común cuál es su visión de la mujer rural, nos encontramos con desconocimiento de la realidad que se vive en el campo. No saben del abismo que existe con la mujer en las ciudades en términos de inequidad, falta de visibilidad y de oportunidades, violencia intrafamiliar, machismo y otros factores que rodean a las mujeres rurales en su mayoría ubicadas en las miles de veredas desconectadas, apartadas, sin vías terciarias, sin acceso a educación, al sector financiero, al emprendimiento o a la flexibilidad laboral.

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Las cifras públicas al corte del 2020, según el Dane y el Ministerio de Agricultura, reportan que hay 5,2 millones de mujeres rurales, 20 % de ellas en pobreza extrema. El 92 % asume labores de cuidado en el hogar, la mayoría son víctimas del conflicto armado, solo el 8 % tienen acceso al crédito y apenas un 4 % son empresarias.

Estas cifras las he podido vivir en carne propia como presidente de la Corporación Colombia Internacional. En 17 años hemos logrado convertir en agroempresarios a 842.000 habitantes rurales, de los cuales 98.000 son mujeres. Eso equivale tan solo al 12 % de nuestra intervención, cifra lejana en términos de equidad. Esta conciencia de desigualdad de género es adquirida gracias a Women in Connection, motivando la creación del Comité de Mujer Rural.

En el comité, tenemos un grupo de líderes convencidas en servir de herramienta para el cambio en la vida de las mujeres en el campo con un proyecto real. Gracias a esto hoy existe AsoJEFrut, asociación de productoras de frutas de Jenesano, en donde empezamos con la producción de mora uva, logrando así redactar el protocolo que marca la ruta del empoderamiento para la mujer rural WIC.

“Hay 5,2 millones de mujeres rurales, 20% en pobreza extrema”.

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Sin embargo, tenemos claro que debemos hacer más para lograr que las cosas sucedan. Por eso entre el Comité de Mujer Rural WIC, la CCI y el MinAgricultura organizamos el foro “Invierta en la mujer rural”, que se realizará el próximo 14 de octubre en el marco de su día internacional.

En el evento, se presentarán 10 emprendimientos femeninos que serán colgados en la plataforma de crowdfunding social de la CCI, para que las empresas tengan la oferta de proyectos en donde puedan tener inversiones con indicadores ASG (Ambientales, sociales y de Gobierno Corporativo). Gracias a esas empresas ya contamos con un capital semilla para impulsar dichos proyectos; estamos seguras que llegarán muchos aliados.

Al cierre del evento, la CCI lanzará su gran programa “500.000 agroempresarias CCI 2030, un sueño ambicioso lleno de retos que, junto con stakeholders podremos lograr. Solo lanzándose, se logra que las cosas sucedan, con este programa llegaremos a cambiar la historia de vida de miles de mujeres rurales.

Por: Adriana Senior*
*La autora es lideresa del sector agroalimentario, experta en emprendimientos sociales y sostenibles, CEO Corporación Colombia Internacional (CCI) y Directora Comité Mujer Región de Women in Connection.