Factores como la digitalización y la democratización de los servicios financieros fueron el centro del debate para apoyar a este nicho de negocio.
Actualmente, las pequeñas y medianas empresas representan alrededor de 99% del total de compañías registradas en la Unión Europea. De ahí que la cumbre del G20 hiciera especial énfasis en el golpe que la pandemia dejó en dicho segmento de la economía, que dejó a muchos en desventaja.
“Estas empresas han tenido graves problemas para encontrar nuevos clientes por falta de actividad digital. Necesitan apoyo para tener mayor competitividad y más beneficios de la digitalización. Por ello, es clave un proceso inclusión financiera para promover el uso de herramientas digitales“, destacó el primer ministro italiano y presidente del G20, Mario Draghi, al cierre de la primera jornada de la cumbre.
Dicha problemática también impactó sobremanera a las mujeres emprendedoras, que de acuerdo con Draghi fueron las más golpeadas, al tener acceso limitado a herramientas de financiación y una sobrecarga de trabajo doméstico por el cierre de escuelas.
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“El G20 debe funcionar como un núcleo de empoderamiento femenino. No puede haber recuperación sostenible si nos olvidamos de la mitad del mundo”, agregó el mandatario, quien hizo un llamado a los líderes del grupo para promover el liderazgo femenino y remover barreras para su participación.
Su pronunciamiento fue apoyado por la Reina Máxima de Holanda, quien destacó la gran contribución que las pequeñas y medianas empresas hacen a las economías de la UE, por lo que sostuvo que “dependemos de ellas para un crecimiento más equitativo y sostenible, al ser grandes impulsores de innovación”.
Asimismo, lanzó una crítica frente al hecho de que la mitad de las empresas de este segmento no tienen acceso a créditos, factor al que se une el desafío de ingresar a los mercados globales, con mayor impacto en las mujeres.
“Son las pequeñas y medianas empresas las que nos pueden ayudar, pero no estamos haciendo lo suficiente para apoyarlas. Sabemos que son diversas y no debemos tratarlas como un solo grupo”, apuntó.
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Bajo esta perspectiva, la reina propuso tres acciones centradas en la digitalización, las inversiones en habilidades y capacidades, así como el acceso al sistema financiero.
En el primer caso, resaltó que la carencia de herramientas digitales resulta en pérdida de oportunidades, generando desafíos adicionales para el avance de las economías desarrolladas y emergentes, por lo que hizo un llamado a democratizar el acceso a los bienes públicos.Inversiones en habilidades y capacidades.
Con respecto al segundo elemento, señaló que “todos deben adaptarse a las nuevas tecnologías y condiciones de mercado, y no solo va para las escuelas, sino que cada sector de la economía debe seguir desarrollándose”.
Finalmente, aseveró que los líderes mundiales deben reflexionar sobre como apoyar a los trabajadores en el acceso a las finanzas, mejorando el sistema en aspectos como los reportes crediticios y el aprovechamiento de las oportunidades tecnológicas, puntos que consideró más fuertes “para tener un crecimiento sostenible”.