"Sin lugar a dudas, muchos en el país lo extrañarán, pero hay que reconocer que el menor problema de este ranking fue su supuesta manipulación a favor de China, por la cual el Banco Mundial decidió suspenderlo".

Hace unas semanas el Banco Mundial suspendió su ranking más famoso: Doing Business, que año tras año tenía a muchos gobiernos nerviosos porque mejorar en esta clasificación anual, significaba un impacto mediático positivo en publicaciones como The Economist o The Wall Street Journal, mayor acceso a recursos y fuerte interés de los inversionistas.

Durante más de diez años hubo voces críticas, publicaciones académicas y evidencia, que sugería que el ranking Doing Business tenía muchos problemas estructurales, pero el atractivo mediático de poder rankear las regulaciones económicas y su aplicación en 190 economías del mundo era demasiado grande, mientras que las críticas provenían de unos pocos investigadores cuyos argumentos casi nunca tuvieron una tribuna influyente.

En Colombia el entusiasmo por este ranking ha sido enorme. Cada año escalar o bajar unos puestos es noticia nacional y da lugar a un sinfín de artículos en la prensa especializada, presentaciones institucionales y discursos a favor o en contra de la política del gobierno de turno.

Sin lugar a dudas, muchos en el país lo extrañarán, pero hay que reconocer que el menor problema de este ranking fue su supuesta manipulación a favor de China, por la cual el Banco Mundial decidió suspenderlo.

El verdadero problema es que la intención con la cual fue creado –medir de forma objetiva las instituciones que impactan en hacer negocios– nunca se logró. Los elementos que se miden en el ranking Doing Business corresponden a regulaciones sobre procedimientos para crear empresa, consecución de permisos de construcción, registro de inmuebles, entre otros –muchos– costos. No obstante, cualquier empresario sabe que hacer negocios implica incurrir en costos, pero también en crear valor.

Ahora es más fácil medir el costo que el valor creado, sobre todo si parte de este valor es intangible o si se trata de valor compartido con otros actores sociales, y que solo tiene sentido bajo los parámetros de un contrato social particular. La lógica detrás del ranking obedece a un modelo simplista que ignora el contexto local que es determinante para la actividad empresarial.

La cancelación del ranking Doing Business deja un vacío, pero al mismo tiempo ofrece una gran oportunidad: llevar la visión empresarial a la política pública en Colombia sin la ideología simplista que caracterizaba este ranking.

Por: Veneta Andonova*
*La autora es Decana de la Facultad de Administración Universidad de Los Andes.

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