Las expectativas de crecimiento están al alza pero el desempleo sigue siendo un reto. Incluso antes de la pandemia se habían destruido cerca de 300.000 empleos en el país. ¿Qué viene ahora?
En los últimos días, las expectativas de crecimiento de la economía colombiana se han ajustado al alza. Del 6% que esperaba hace unos meses, el Ministerio de Hacienda acaba de informar que está seguro de que el crecimiento del año será superior al 8,5%. En la misma línea, el equipo técnico del Banco de la República elevó sus proyecciones hasta el 9,8%, así que, tal como resaltó el Presidente Duque, la de este año será la mayor cifra del siglo.
Sin duda se trata de una buena noticia, pese a que ese alto nivel de crecimiento se alcanzará fundamentalmente por un efecto estadístico, al compararse con el año de la peor crisis de la que se tiene registro en la economía colombiana en los últimos 120 años. Es un hecho que la recuperación está en marcha. Si se cumplen las expectativas del Banco de la República -que, de momento, son las más optimistas-, Colombia, al momento de escribir estas líneas, ya habrá recuperado el nivel del PIB de 2019.
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El PIB terminaría el año siendo 2,3% superior al de 2019, lo que sería equivalente a haber crecido el 1,12% en 2020 y en 2021. Como, además, por ahora, la proyección para el 2022 es un crecimiento económico del orden de 4,7%, dentro de un año el PIB colombiano sería 7% superior al de antes de la pandemia. Esto sería equivalente a un crecimiento económico promedio de 2,3% entre 2020 y 2022.
Sin embargo, no hay motivos para lanzar las campanas al vuelo. El desafío está en el futuro. Todas las proyecciones actuales de crecimiento económico indican que Colombia no regresará a la senda que traía antes de la pandemia. La crisis del coronavirus dejará secuelas permanentes. El Ministerio de Hacienda en su último Marco Fiscal de Mediano Plazo prevé que el crecimiento económico desde el 2023 sea de 3,4% y calcula que el crecimiento potencial rondará el 3,2%, lo que indica que la economía colombiana sigue ralentizándose, dado que hace menos de una década esa cifra se calculaba por los lados del 4,5%.
Además, lo cierto es que el número podría ser incluso inferior debido a las recientes medidas que elevan la carga tributaria de las empresas del país y deshacen parte de los avances que en ese frente se habían dado en los últimos 10 años.
Bajo estos cálculos, hay malas noticias. En el futuro, el PIB colombiano estará siempre 5% por debajo del nivel que se esperaba antes de la pandemia. Esto significa que, con las cifras oficiales en mano, a largo plazo no habrá recuperación económica. Solamente para poder recuperar el terreno perdido, Colombia deberá crecer en promedio por encima del 4% anual a lo largo de toda la próxima década. Para lograrlo, deberá aumentar rápidamente la productividad, generar las condiciones adecuadas para promover la inversión, la generación de empresa y la creación de empleo. Sin ello, la reducción del desempleo y de la pobreza seguirá siendo lenta.
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No hay que olvidar que incluso antes de la pandemia ya se habían destruido cerca de 300 mil empleos en Colombia entre el 2016 y el 2019 y que la incidencia de pobreza monetaria había crecido ya al 35,7%. La evidencia disponible nos demuestra que la economía colombiana no reduce ni la pobreza ni el desempleo mientras no crezca de forma sostenida a más del 3% anual. De ahí que este año se vaya a cerrar con una tasa de desempleo promedio entre el 13,5% y el 14%, incluso con la tasa de crecimiento económico más alta del siglo.
Los datos del crecimiento económico, por sí solos, explican bien poco. Elevar la tasa de crecimiento debe ser un objetivo nacional explícito. Para lanzar las campanas al vuelo es necesario primero recuperar la senda anterior a la pandemia.
Por: Germán Darío Machado Rodríguez*
Twitter: @gmachrod
Ël autor es economista con opción en Gobierno, Magíster en Economía y Magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Los Andes. Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes y del Colegio de Estudios Superiores de Administración -CESA. Ha sido miembro de Juntas Directivas de empresas del sector energético y del sector financiero colombiano y se ha desempeñado como Asesor del Ministro de Hacienda y Crédito Público.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.