Vehículos, amas de casa rurales y cientos de industrias han visto el aporte positivo del gas natural. Pero, aún quedan retos por resolver.

El gas natural (gn) está presente a diario en nuestras vidas y tal vez no tenemos conciencia de ello. Por eso, vale la pena recordar que más de 10 millones de colombianos utilizan gn en su casa todos los días. Otros consumen productos que en su proceso de fabricación emplearon gn como energía productiva; desde telas y tejidos hasta confitería de marcas reconocidas son elaboradas gracias a que este combustible es el más usado por la industria nacional con 31 % de participación en la canasta energética.

También podemos mencionar que hoy ruedan por Colombia 3.420 vehículos dedicados al gas y alrededor de 627.000 convertidos, contribuyendo a que respiremos un aire más limpio. Y una buena parte de la luz que encendemos con un solo switch en algunas zonas del país, se genera gracias al respaldo del gn. No hay duda de que el gas es una energía fundamental que, además de ser limpia y natural, nos permite capturar y generar valor.

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En Colombia contamos con una matriz energética bastante limpia, si tenemos en cuenta que la mayor parte de la generación se ha realizado con recursos hídricos (70 % aproximadamente) y su impacto en el medio ambiente es bajo, lo cual ayuda a alcanzar las metas fijadas como país de reducir 51 % las emisiones con relación al escenario tendencial para el año 2030, y alcanzar la carbono-neutralidad en 2050.

No obstante, al ser varios los frentes de trabajo que debemos abordar en este proceso de transición, no podemos perder de vista la agenda que cada energético trae. Si bien es cierto que para el 2022 Colombia espera generar más del 12 % de su electricidad con fuentes renovables no convencionales, al sector eléctrico le quedan grandes retos. Ahí, el gn toma un papel clave para respaldar la intermitencia de esas fuentes y reduciendo la contaminación.

La Misión de Transformación Energética decretó la importancia del gas y la necesidad de dinamizar la oferta y demanda aumentando su participación en las plantas de generación como un punto fundamental en sus objetivos para modernizar el marco institucional y regulatorio del sector eléctrico. Esto, incorporando nuevos agentes, tecnologías y esquemas transaccionales en el mercado de energía.

El uso del gas también resulta fundamental como sustituto de energéticos más contaminantes como líquidos y carbón que aún emplean sectores como el transporte, la industria y las centrales termoeléctricas. Son muchas las vidas que día a día transformamos gracias a su uso y son muchas las mujeres, hogares y familias que prosperan gracias a su consumo.

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Colombia no puede saltarse la agenda del gn en la transición energética. Reducir la emisión de partículas por millón en un 99%, del dióxido de azufre en un 99%, de los óxidos de nitrógeno en un 95%, del monóxido de carbono en un 90% y hasta un 50 % de emisiones de CO2 (principal gas de efecto invernadero) son atributos que el gn brinda al planeta.

Adoptar el gas en nuestras vidas es una opción sostenible, que vale la pena y asegura los requerimientos del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones. No hay un planeta que espere por nosotros para que seamos sostenibles más adelante. El momento es ahora.

Por: Mónica Contreras*
*La autora es Presidente de TGI, Chair Club 30% y Miembro Junta Directiva Women In Connection.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.