A través de una alianza con una firma colombiana, el fondo estadounidense Catch Point busca fichar a artistas consagrados para administrar sus derechos y regalías.
A la izquierda Richard Conlon, socio y fundador de Catchpoin, y a la derecha Camila Saravia, CEO de M3 Music en Colombia. Ambas firmas están buscando artistas en Colombia y la región para sumarlos a su catálogo de derechos de autor y regalías.
El negocio de los derechos de autor y las regalías está adquiriendo dimensiones importantes de un tiempo para acá. Por ejemplo, a comienzos de 2021 se conoció el anuncio de Shakira que firmó un acuerdo para venderles todos los derechos de sus canciones al fondo Hipgnosis, por una millonaria suma que no fue revelada.
Pues ahora la ola por la música colombiana y latina sigue en boga, pues otro de estos fondos está buscando fichar artistas de la región para administrar los derechos y regalías.
Se trata del fondo Catch Point Rights Partners que firmó una alianza con la firma de representación de artistas M3 Music, con el objetivo de iniciar la búsqueda de artistas consolidados que entren en este novedoso negocio.
Actualmente Catch Point administra los derechos de artistas famosos como Avril Lavigne, Sheryl Crow, Avicii, entre cientos de creadores de música a lo largo del mundo. De acuerdo con la Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) actualmente el valor de los activos en propiedad del fondo alcanza un valor de US$51,4 millones.
Por su parte, M3 Music tiene en su catálogo a artistas como Bomba Stereo, Santiago Cruz y Diamante Eléctrico.
Según Richard Conlon, cofundador y socio de Catch Point, el modelo de negocio de la música ha sufrido una transformación profunda gracias a los beneficios que ofrece la digitalización lo que ha permitido la llegada de nuevos inversionistas que están impulsando la industria.
“Hace unos 20 años, los productos financieros entraron a la industria musical. Una de las razones por la que esto pasó es porque antes de la era digital, esta industria estaba basada en la estimación y en suposiciones, suposiciones formadas, de personas expertas. Pero con la llegada de lo digital pudimos saber muchas cosas que pasaban con el negocio: supimos exactamente cuántas personas estaban pagando, cuántas estaban escuchando música en India o en Japón”, comentó en diálogo con Forbes.
De esta manera, el negocio pasó de las ‘estimaciones’ de los expertos a los hechos que arrojaban los datos. Eso es terreno abonado para los inversionistas que toman decisiones fundados en información veraz.
“Nos movimos hacia un entendimiento real de lo que está sonando y lo que la gente está usando. Esto agregó mucha más racionalidad al negocio y esto atrajo a inversionistas externos”, explicó.
En un primer momento aparecieron fondos de pensiones y aseguradoras invirtiendo en esta clase de iniciativas y luego del éxito que lograron en materia de rentabilidad, la industria empezó a atraer inversionistas de fondos de capital.
“La razón por la que se atraen inversionistas externos es porque el negocio se ha vuelto más explicable. Los datos son relativamente accesibles. No necesitas confiar en un tercero.
Además, es una inversión que no tiene correlación con las bolsas de valores y mientras que la economía puede estar mal, estas inversiones pueden ir bien”, comentó.
La otra parte positiva de la digitalización es que hay más actores en juego: no solo desde una perspectiva de la inversión sino también de los usuarios que ahora juegan un rol protagónico en la programación de música a lo largo del mundo. Antes, era impensable un nivel de democratización en las tendencias de esta industria, porque los listados estaban manejados por unos pocos.
Además el link entre inversionistas y artistas está generando muchas dinámicas positivas. “Tienes más dinero llegando a la industria y más gente teniendo participaciones en el negocio. Esto implica que hay más gente defendiendo los marcos regulatorios que protejan a los creativos y a favor de los derechos de autor. De otra manera, cualquier persona dice: ‘mi inversión estará en riesgo’”.
Otra de las tendencias en la industria es que se están rompiendo las barreras porque los costos de grabación son más bajos. “Para nosotros que estamos concentrados en oportunidades en los mercados indie y medio de la música esto ha permitido ofrecer condiciones contractuales a los artistas emergentes que eran impensables hace 10 años, inclusive hace 5 años”.
Catch Point está fondeada por inversionistas de capital privado y su enfoque es global. Aunque tienen artistas en Estados Unidos, también han incorporado a su portafolio artistas de muchas partes del mundo y están buscando esas oportunidades a lo largo del planeta. Eso es lo que explica que hayan puesto sus ojos en Colombia y Latinoamérica.
Según Camila Saravia, CEO de M3, la firma local que firmó esta alianza, “Latinoamérica es una región culturalmente muy rica y estamos tratando de tener los contactos correctos en cada territorio. Latinoamérica tiene mucha música y mucho catálogo para iniciar las adquisiciones”.
Con esta alianza, explica Saravia, se está abriendo una puerta para que llegue una inyección de capital al mercado latino. “Eso hace falta. Es muy importante para el desarrollo de la industria y de los negocios y para los artistas, las disqueras o las editoras es una forma de recibir capital y crecer”.
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