Según expertos consultados por Forbes, la demanda interna y las exportaciones pueden ser algunos de los factores positivos para el dato. Pero el comportamiento de la pandemia, la inflación y escasez de insumos serían algunas amenazas.
Si bien la proyección de que la economía colombiana puede crecer este año hasta dos dígitos ha superado las expectativas de varios analistas, la posibilidad de que Colombia avance en 2022 a un ritmo del 4% también ha sorprendido a muchos. Pero la pregunta que queda es ¿qué hay detrás del optimismo y qué tan sostenible podría ser este crecimiento?
Para entender de dónde salen esas estimaciones, primero hay que echarle un vistazo a cómo le ha ido a la recuperación económica y qué ha estado detrás de ese comportamiento.
Como lo han mostrado las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en los primeros tres trimestres del año la recuperación de la economía ha sido una sorpresa en medio de coyunturas como las del paro Nacional y restricciones a la movilidad por cuenta de otra ola de contagios, por ejemplo.
Por un lado, en el primer trimestre del año el crecimiento fue de 1,1%, cuando los expertos creían que podría tocar apenas el 0%. Más tarde, el segundo trimestre el avance fue de 17,6% y el tercer trimestre el alza fue de 13,2%.
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Las voces consultadas coinciden que esos resultados sí muestran una capacidad muy marcada de la economía colombiana de recuperarse y ser resiliente.
Tanto así que los principales centros económicos, organismos internacionales y el Gobierno han ido subiendo sus estimaciones para el crecimiento de la economía para este año y también el próximo. Solo para el 2021, el promedio de al menos 15 organizaciones consultadas por Forbes dicen que el PIB podría tener un alza de entre el 9 y el 10%.
De hecho, ayer el ministerio de Hacienda recalculó sus proyecciones y dijo que la economía colombiana podría crecer este año 9,7%, cuando antes decía que tendría un alza de 8,5%.
Para José Ignacio López, director ejecutivo de investigaciones económicas de Corficolombiana, “los datos muestran que las empresas y los hogares tienen una alta capacidad de recuperar lo que se había logrado. Para el caso de las empresas, también aprendieron a ser más productivas en la medida en la que tuvieron que trabajar más, incluso con menos personas”, apuntó.
Por su parte, un análisis del centro de estudios económicos Anif apunta que si se mira el comportamiento del tercer trimestre se puede ver que “trajo noticias muy positivas en materia económica, con variaciones en el PIB y el valor agregado que superaron las expectativas del mercado. Resaltamos que esa dinámica responde a la relativa tranquilidad del trimestre, considerando la ausencia de medidas restrictivas de la movilidad o manifestaciones que interfieran en la operación de las empresas del país”.
¿Qué hay detrás del crecimiento?
Como se evidencia en los datos del departamento estadístico, la reapertura gradual de la actividad económica que vino con la eliminación de las restricciones de movilidad hizo que sectores como el comercio o la industria, afectados por los cierres, impulsaran el crecimiento.
Por otro lado, la demanda interna ha sido la gran protagonista de la recuperación. Como han destacado varios analistas, este ha sido el que ha jalonado en gran medida el crecimiento.
En ese sentido, Juana Téllez, economista jefe del BBVA Resarch para Colombia, explicó que en el primer semestre la sostenida dinámica del consumo privado impulsó la recuperación de la economía y acompañó el rebote de la inversión fija. “Este dinamismo del consumo final llevó a que los empresarios aumentaran la capacidad de producción, a través de la inversión y redujeran los inventarios. Entre este gasto empresarial, la inversión en maquinaria ha sido la más dinámica”, dijo.
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En eso coincidió también el informe de Corficolombiana, que dice que “la composición sectorial del crecimiento reflejó la fortaleza del consumo de los hogares junto con el dinamismo del gasto público, pues las tres ramas que más contribuyeron a la actividad fueron comercio, industria manufacturera y administración pública y defensa. En contraste, el segmento de construcción de obras civiles continúa restando puntos al crecimiento, siendo el único subcomponente que presentó una variación anual negativa”.

Lo que se viene para el 2022
Con un balance que promete ser alentador para el cierre de este año, las apuestas también van por lo alto para el próximo año. De acuerdo con estimaciones del Banco de la República, el crecimiento de la economía para el próximo año puede ser del 4%.
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Y si se revisan los promedios de las proyecciones revisadas por Forbes Colombia se ve que el rango de crecimiento del PIB para el 2022 podría estar entre 3,5% y 4%. Eso podría poner a Colombia como uno de los países que más crecería el próximo año de América Latina.
Según un análisis que hizo BNP Paribas, esas estimaciones están por encima de lo que se prevé para el promedio de Latinoamérica (1,5%) o países como Chile (2,5%), México (2%), Brasil (0,5%) o Argentina (1,5%).
Las alertas
Aunque las proyecciones son alentadoras y ponen a Colombia en un buen lugar en la región, aun en medio de un año electoral que puede frenar la inversión, todavía no hay que cantar victoria.
En un análisis que hizo Corficolombiana resaltan que el contexto internacional, la tendencia inflacionaria y la escasez de materias primas podrían representar una amenaza para el crecimiento de la economía.
“La recuperación económica mundial en 2021 estuvo acompañada de un incremento acentuado de los precios de las materias primas y del costo de los fletes de transporte marítimo. Lo anterior viene impulsando al alza la inflación al punto de convertirla en una de las principales preocupaciones de las autoridades económicas”, apuntaron.
De hecho, en el último dato publicado por el Dane el dato acumulado de la inflación para Colombia iba en 5,6% y la estimación que hace el Banco de la República es que el año pueda cerrar en 5,3%, presionando el avance en la normalización de la política monetaria.
El otro “fantasma” de la recuperación es la del empleo. Aunque en el tercer trimestre del año la economía ya había superado en al menos dos puntos el PIB prepandemia, según el Dane, el empleo todavía no alcanzaba a recuperar esos niveles, con un panorama menos alentador para mujeres y jóvenes.
“Una vez más, no podemos ignorar el rezago en la recuperación de la ocupación frente al valor agregado. Esa distancia requerirá medidas activas de recuperación del empleo, en especial del segmento formal. El sector externo también debe ser vigilado de cerca de aquí en adelante, pues los resultados más recientes indican que el déficit comercial podría crecer aún más de lo previsto inicialmente”, concluye el documento de Anif.
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