La COP26 fue duramente criticada por su falta de diversidad en el debate climático. Ante ese panorama, Forbes consultó diferentes voces en las comunidades afrodescendientes e indígenas para comprender sus inquietudes y la forma en la que el calentamiento global está afectando su forma de vida.
Podría decirse que 2021 fue el año donde el mundo por fin comprendió que el cambio climático ha sido causado en su totalidad por la humanidad, y que depende de nosotros revertir su avance al mantener viva la meta de no sobrepasar los 1,5 grados. No obstante, las discusiones que se han sostenido hasta la fecha han sido criticadas por su falta de diversidad, ya que se está excluyendo a algunas de las voces más afectadas por este flagelo.
“Los afrodescendientes en África, o en las Américas, sin importar si son de una o varias generaciones, somos parte de la solución, y queremos trabajar mano a mano para lidiar con la crisis climática“, dijo a Forbes la funcionaria de alto nivel de desarrollo profesional en la Oficina de Gestión Global del Talento del Departamento de Estado, Sherry Sykes.
Según Conservación Internacional (CI), también se ha visto mucho enfoque y atención en unir a las comunidades indígenas como parte de la solución al cambio climático, pero “no hemos sido capaces de alcanzar los objetivos que queremos si no nos comprometemos”, de acuerdo con un portavoz de la ONG.
Al igual que Sykes, los expertos de CI también enfatizaron en que se requiere un compromiso especial con los afrodescendientes, especialmente en las Américas y en esas áreas específicas que son consideradas como parte de la solución contra el calentamiento global.
“Cuando se observa las consecuencias negativas del cambio climático, el desplazamiento de la gente debido a desastres naturales más agresivos y frecuentes, ves que las comunidades más impactadas por estas consecuencias están compuestas por personas de color en las Américas“, sostuvo la ONG.
Las contribuciones
Tanto los reportes del IPCC como las conclusiones de la COP26 celebrada en Glasgow demostraron que las comunidades indígenas y afrodescendientes contribuyen “muy poco” a lo que está pasando con el cambio climático, pero dejaron entrever que su falta de inclusión en el debate apunta a un asunto de justicia social y de inequidad política.
“Para nosotros, una de las cosas que debe pasar es que tiene que haber un llamado a todos los grupos y comunidades para que las voces de las comunidades africanas sean más visibles y tengan mayor prominencia en la discusión“, destacó a Forbes el portavoz de CI.
Mientras se desarrollan soluciones, cada comunidad sabe que es imperativo buscar nuevas oportunidades de inversión y nuevas iniciativas financieras que beneficien a todas las comunidades mediante un gran potencial social y económico.
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De acuerdo con cifras de CI, la naturaleza tiene el potencial de ofrecer hasta 30% de la mitigación climática necesaria para lograr el objetivo de 1,5 grados, pero solo recibe 3% de financiación, que también debe impactar a las comunidades que viven en medio de zonas susceptibles a las consecuencias del calentamiento global.
Una de las instituciones que ha liderado este trabajo es el MIT desde su iniciativa de soluciones ambientales, desde la cual apoyan la consolidación del Foro Interamericano de Cambio Climático, con el que buscan crear una agenda de investigación para coproducir con las comunidades el conocimiento que se necesita para avanzar en estrategias de adaptación y mitigación.
“Trabajamos particularmente en aquellas relacionadas con soluciones basadas en la naturaleza, que a la vez tienen en cuenta la riqueza y biodiversidad de estos territorios que habitan las comunidades para crear un nuevo modelo de desarrollo que mejore su calidad de vida”, explicó la investigadora asociada en el MIT Environmental Solutions Initiative, Marcela Ángel.
Panorama regional
Si bien en todos los territorios hay organizaciones que se han catalogado como protectores de la naturaleza, también son aquellos y aquellas que ya están recibiendo los efectos del cambio climático los responsables de actuar, pero para ello, hace falta que el mundo las conozca.
“Nuestro trabajo es generar visibilidad sobre estas poblaciones, que están presentes a lo largo de todo el continente desde hace siglos. Desde los tiempos de la esclavitud apagaron nuestra cultura, nuestras voces, nuestra participación política, nuestra manera de ver la organización y participación social, entonces primero debemos visibilizarlo“, comentó a Forbes la directora de ‘Nuestra América Verde’ Silvia Siqueira.
La ejecutiva mencionó que, en las zonas metropolitanas donde hay bosques o áreas de florestas, la lucha por el reconocimiento a la tierra no está sobre la mesa de los políticos. Debido al cambio climático, estas comunidades se ven afectadas porque no hay agua suficiente para la producción agrícola, y eso no solo les afecta en lo económico, sino en su forma de alimentarse.
Parte de la solución está clara: formar parte de la toma de decisiones a lo largo del continente y en el mundo, aunque su materialización sigue siendo tarea pendiente. Solo en Brasil, la población negra representa 56% de la población, pero no ienen poder de decisión en las políticas climáticas, según mencionó Siqueira.
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La situación no es distinta en otros países de la región, y va más allá de los afrodescendientes. Así lo explica Lola Cabnal, miembro de la Asociacion Ak’Tenamit, con sede en Guatemala. “Lo que nosotros queremos es que los tomadores de decisión, los gobiernos, las cooperaciones, la secretaría de la ONU, reconozcan nuestros derechos como pueblos indígenas, como mujeres indígenas“.
“Ya no estamos hablando mucho de mejorar, de soluciones o de financiar, si no estamos solucionando realmente los problemas de las crisis climáticas que están afectando directamente a mujeres y niñas, y los países en desarrollo“, añadió Cabnal, que también forma parte de la Junta Cargadora de la Mesa Indígena de Cambio Climático en Guatemala.
Por su parte, la presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap), Melania Canales, declaró a Forbes que, como pueblos indígenas, “exigimos la garantía del derecho al territorio colectivo, la autonomía y la libre determinación“.
“Como mujeres indígenas, sabemos que se ha aprobado el plan de género del cambio climático, que no se implementa tampoco en los países, y también como mujeres indígenas, sufrimos machismo dentro de nuestras propias comunidades, y en esta COP tampoco se escucha la voz de las mujeres organizadas. Demandamos que se nos tome como sujeto de derecho y no como objeto“, concluyó.