A menos de dos semanas para cerrar el 2021, las cifras preliminares reflejan que la anunciada reducción del déficit fiscal se debe, a la vez, a un mayor recaudo tributario de impuestos externos y a una lenta ejecución del gasto público.
Hace una semana, el Gobierno Nacional actualizó su proyección de crecimiento económico para el 2021, elevándola al 9,7%. Aunque principalmente se trata de un efecto estadístico al comparar con la peor crisis de la historia colombiana, es un dato que demuestra que la reactivación está andando y que lo hace más pronto de lo previsto hace apenas unos meses.
En línea con esa noticia, el jueves pasado el Ministerio de Hacienda y Crédito Público también informó que había revisado a la baja la proyección de déficit fiscal, es decir, la diferencia entre los ingresos y los gastos del gobierno nacional. En lugar del desbalance de 8,6% del PIB con el que se contaba a mediados del año, ahora se espera cerrar el 2021 con un descuadre de 7,6% del PIB. Esto implica que hay un ajuste después del peor déficit fiscal del que se tienen registros en Colombia, lo que, a su vez, significa que también se reducen levemente las estimaciones de endeudamiento público.
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Los mejores resultados en el déficit fiscal, según lo informado por el Gobierno Nacional, se deben fundamentalmente a la mejor dinámica económica que hace que los ingresos por impuestos hayan subido. Tanto que la DIAN informó hace una semana y media que ya había alcanzado, con anticipación, la meta de recaudo tributario del año.
Sin embargo, es esclarecedor constatar que el mayor recaudo de impuestos no proviene de la actividad interna sino de actividad externa. No se trata de grandes incrementos en el recaudo del IVA en territorio colombiano o del impuesto a la renta de personas naturales o empresas que operan en el país.
En realidad, a falta de las cifras de diciembre, los ingresos tributarios adicionales en el 2021 se deben principalmente a un aumento de 25% en el recaudo por aranceles y del 23% en el IVA externo, mientras que los ingresos tributarios derivados de actividad interna crecen apenas un 0,2%. Claramente, la reactivación ha venido de la mano con un fuerte incremento de las importaciones, lo que impactará duramente la balanza comercial.
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Por otra parte, lo cierto es que el mayor ingreso tributario y la reactivación económica no son las únicas causas del menor déficit fiscal con el que el gobierno nacional terminará el año. De hecho, los números revelan que la mayor parte de la explicación está en el gasto público.
La ejecución de los recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias -FOME- creado con la pandemia del covid-19 va apenas en el 31% durante este año. Al mismo tiempo, en el sector ambiente y el sector de tecnologías de la información y las comunicaciones apenas se ha podido utilizar un 65% de los recursos disponibles en el presupuesto del Gobierno Nacional Central. El porcentaje de ejecución del presupuesto del 2021, con corte a noviembre es, con excepción de 2020, el más bajo de la década, lo que, evidentemente, reduce el déficit fiscal esperado.
A menos de dos semanas para cerrar el 2021, las cifras preliminares reflejan que la anunciada reducción del déficit fiscal se debe, a la vez, a un mayor recaudo tributario de impuestos externos y a una lenta ejecución del gasto público.
La buena noticia es que ya inició la senda de reducción del déficit fiscal. Sin embargo, el de éste año será el segundo déficit fiscal más alto de la historia de Colombia, así que el verdadero ajuste fiscal será ya una tarea a cargo del próximo gobierno. Además, es un hecho que la reactivación económica podía haber sido mayor si se hubiera logrado ejecutar un mayor porcentaje del presupuesto público.
Por: Germán Darío Machado Rodríguez*
Twitter: @gmachrod
Ël autor es economista con opción en Gobierno, Magíster en Economía y Magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Los Andes. Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes y del Colegio de Estudios Superiores de Administración -CESA. Ha sido miembro de Juntas Directivas de empresas del sector energético y del sector financiero colombiano y se ha desempeñado como Asesor del Ministro de Hacienda y Crédito Público.
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