Con una crisis global logística como telón de fondo y con el impacto de la recuperación económica, analistas dicen que el ‘coco’ del alza de precios podría ir hasta el 2022.

Colombia ha tenido buenas noticias este año en materia de crecimiento: la recuperación ha sido más rápida que lo proyectado. Pero, una conjunción de hechos trajo a la foto otra amenaza: la inflación.

El fenómeno es mundial. Para Colombia, el aumento de los precios se empezó a ver en mayo, cuando el paro nacional provocó desabastecimiento en algunas zonas. Luego, pese a que ya no había bloqueos en las vías ni manifestaciones, la subida se siguió viendo.

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Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), a noviembre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 5,26%, frente al mismo lapso del 2020.

Durante 2021, los productos que han incidido en los mayores precios han sido los del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas que han aportado en 2,43 puntos porcentuales (pps) al alza, seguidos de alojamiento y servicios públicos con 1,28 pps. Las causas de esto son la recuperación económica y el mayor consumo de los hogares. A la foto se suma la crisis mundial de contenedores, que ha generado escasez de materias primas, en sectores como el agricultor o la construcción.

Para José Ignacio López, director ejecutivo de investigaciones económicas de Corficolombiana, “lo que estamos viendo en Colombia es casi una tormenta perfecta. Eso se está dando por un choque global. Una de las fuentes de eso son los altos precios de los energéticos como el petróleo, carbón, gas y la energía eléctrica. Por otro lado, están subiendo los precios de los fertilizantes, así como el hierro y el acero”, explica.

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¿Hasta cuándo la subida?

Con esa foto que parece ser todavía una respuesta a situaciones coyunturales y eventualmente pasajeras, la pregunta que queda para el caso de países emergentes como Colombia es si ese ritmo de subida de los precios puede seguir en el mediano plazo.

Una de las figuras clave en este panorama es el Banco de la República, que desde el año pasado buscó darle un respiro a la economía con una rebaja de las tasas y ahora, en línea con otros bancos centrales, ya empezó su senda para normalizar su política monetaria.

Por eso es que, como medida para controlar la inflación, el Banco de la República ha ido subiendo su tasa de intervención de manera paulatina desde septiembre, luego de dejarla por un año en uno de los niveles más bajos de su historia, en 1,75% desde septiembre de 2020.

Como ha explicado el gerente del Banco de la República en varios escenarios, dado el repunte de la economía, un mejor ritmo de recuperación de los puestos de trabajo perdidos durante el 2020 y la subida de los precios el Emisor decidió ir normalizando la tasa de interés.

El aumento en los pronósticos de inflación se viene dando desde hace varios meses, por eso desde la junta de julio habíamos concluido que iba a ser necesario iniciar un proceso de ajuste, no iba a poder mantenerse una política monetaria tan holgada como la que tuvimos durante el año y medio precedente, esto en un contexto en que la economía ha manifestado un crecimiento más alto del que se preveía en los últimos meses”, dijo hace unas semanas Leonardo Villar, gerente del Banco de la República.

Con eso, según un análisis de Ben Ramsey, director ejecutivo del equipo de Investigaciones Económicas para América Latina de J.P. Morgan, aunque la situación es todavía incierta porque depende de contextos globales, el Emisor tiene la posibilidad de acelerar el incremento para que la tasa alcance un 5% para octubre de 2022.

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Por otro lado, en cuanto al futuro de esa tendencia al alza, otro análisis de Luiz Eduardo Peixoto, economista para mercados emergentes y Burak Baskurt, estratega en jefe para mercados emergentes de la oficina de BNP Paribas en Londres, establecen que para los países en desarrollo el punto de inflexión en precios iría hasta el primer trimestre del 2022. Incluso, otros analistas dicen que este incremento puede subir hasta el segundo semestre del otro año para el caso de Colombia.
Mientras la ecuación de la inflación se despeja, lo cierto es que analistas apuntan a que la inflación cerrará definitivamente por encima de la meta del Banco de la República, que es de 3%. Incluso, el Emisor dice que el dato podría cerrar en 4,9% y estabilizarse a 3,6% en 2022.

Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones de Bancolombia, dice que “los principales desafíos económicos en 2022 serán la alta inflación, los efectos todavía apreciables del estrés en la logística de distribución y las cadenas de valor globales, así como la incertidumbre política. Ante este panorama, esperamos que en 2022 Colombia mantenga la tradición de estabilidad macroeconómica, ya que sin ella sería mucho más difícil dejar atrás las secuelas de la pandemia y hacer realidad el progreso inclusivo que todos queremos”.

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