A dos años de haber iniciado operaciones, Glasst, que tiene entre sus inversionistas a Pintuco y a Conconcreto, ya tiene clientes en 9 países. Su fundador Juan Camilo Botero describió a Forbes el portafolio de productos que han desarrollado, que incluye desde una pintura temporal hasta un desmoldante de concreto.
Las películas son los adhesivos que se ponen en elementos como ventanas y marmol para proteger de agentes externos -como la pintura- en medio de una construcción. 3M, una compañía de US$100.000 millones, comenzó a hacer estas capas protectoras desde hace más de medio siglo y al día de hoy abundan en la mayoría de los proyectos de construcción y en las arcas de múltiples fabricantes.
En Medellín, Glasst, una startup en etapa temprana, respaldada por Pintuco y Conconcreto, quiere desafiar ese mercado con un protector universal que en vez de usar plástico para las películas, como el resto, ha desarrollado un líquido que crea una película protectora removible para los proyectos de construcción y de remodelación.
“Es mantequilla que no es mantequilla”, puntualizó a Forbes el fundador y CEO de Glasst Juan Camilo Botero. “Es una solución ecológica que protege hasta de químicos y de chispas de soldaduras”.
Botero lleva desde 2005 montando empresas. Primero, junto a su padre sacó adelante una tienda de muebles de lujo; luego emprendió por su parte quitando rayones a vidrios en construcciones y más adelante se puso a vender un producto de aluminio.
Recorriendo ferias de construcción, por varios años se preguntó cómo podría ayudar a reemplazar tanto plástico que se usa. Convocó a un grupo que incluyó a químicos y a doctores en nanotecnología, para hallar, de una planta, la materia prima que ahora es la base de tres productos.
El protector universal, el líquido que crea las películas removibles para proteger superficies; el desmoldante de concreto, que se utiliza en la fundición del concreto en obras civiles para evitar la adherencia a las formaletas (los moldes donde se vierte el concreto) y la Unpaint, una pintura removible que aún no ha salido al mercado.
Con la Unpaint se podría pintar la sala de una casa para una fiesta de cumpleaños en la mañana y removerla en la noche, bajando gastos de operabilidad en fechas como Halloween o Navidad y para acciones de marketing.
Forbes conoció de manera independiente que Grupo Orbis está experimentando esta tecnología para sacar al mercado un producto de este tipo con su marca Pintuco. Desde Pintuco, que es inversionista de Glasst, no respondieron a una solicitud de comentarios.
En Glasst, con apenas 24 meses de operaciones y un equipo de 38 personas, ya tienen clientes en Colombia, Estados Unidos, Ecuador, Chile, Perú, Brasil, Costa Rica, Guatemala y México.

Botero proyecta que si sus planes se hacen realidad en cinco años podrían estar facturando más de US$200 millones y tienen el sueño de hacerlo globalmente.
“Somos libres de activos, como Coca Cola Company, desarrollamos el producto y buscamos quien nos embotelle”, dice Botero. “Estamos haciendo una empresa para que en los próximos 50 años seamos enormes. Diseñamos un sistema de inteligencia artificial para reducir nuestro tiempo de investigación y desarrollo.
Tienen más de 5 productos en desarrollo como productos térmicos de aislamiento y aerosoles que de funcionar, revolucionarán múltiples industrias. Uno de los próximos en lanzarse es Mask it up, una cinta líquida que se pega para enmascarar superficies porosa, que participaría en el mercado de la cinta.
Según Botero, producen en plantas de carbono neutro, así que Glasst tiene todo para llenar el apetito por las empresas verdes. El equipo se apresura para seguir testeando y demostrando que sus propuestas funcionan y pueden llegar a tener tracción de escala global como la que se sueñan.
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