Aunque bastante desigual, el país no supera a algunos de sus vecinos de Latinoamérica y mucho menos a otras naciones del mundo. ¿Por qué?

Tanto en la opinión pública como entre los círculos de expertos se suele describir a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo. La lógica a través de la cual muchos llegan a esta conclusión es relativamente sencilla: Colombia es quizá el país más desigual de Latinoamérica y Latinoamérica es probablemente la región más desigual del mundo, ergo, Colombia seguramente es uno de los países más desiguales del mundo.

Yo llevo años criticando esta lógica. En mi opinión, una mirada cuidadosa a los datos indica que Colombia, aunque es un país muy desigual para cualquier estándar moral, no tiene niveles de desigualdad superiores a los del resto de Latinoamérica y están bastante lejos de los niveles más altos a nivel mundial.

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Las razones detrás de la masiva aceptación de la idea de que Colombia es extraordinariamente desigual son algo oscuras para mí. Siento que, en parte, hay algo de orgullo en señalar que nuestro país es extraordinario, incluso si se trata de algo extraordinariamente negativo.

En cualquier caso, la muy baja calidad de los datos internacionales sobre desigualdad ha contribuido por años a fortalecer esta narrativa. Hasta hace poco, la herramienta más usada para hacer comparaciones internacionales de desigualdad eran coeficientes de Gini, usualmente generados a partir de información de encuestas de hogares. Esta herramienta viene con una amplia serie de retos metodológicos normalmente ausentes en la discusión en la opinión pública. Afortunadamente, el creciente interés de los países desarrollados por entender mejor la desigualdad ha llevado a esfuerzos como los del World Inequality Database (WID), los cuales han revolucionado la cantidad y calidad de información disponible sobre desigualdad a nivel global, permitiendo hoy comparaciones internacionales rigurosas y sencillas.

En el último informe WID, publicado la semana pasada, es completamente claro que Colombia, si algo, es un país con una desigualdad económica “media” o “media baja” en el contexto latinoamericano. Adicionalmente, allí se observa cómo Latinoamérica no es este lugar de desigualdad única que solía creerse. En realidad, es un lugar que comparte desigualdades de magnitudes bastante similares a las de muchas otras regiones del mundo como el sur de África, la Península Arábica, o Asia del Sur.

Pero entremos en detalle: ¿Qué tan desigual es Colombia? Para empezar, en Colombia, el 18,9% del ingreso nacional va al 1% más rico. Esta, por supuesto, es una cifra bastante alta. Sin embargo, es bastante menor que las cifras en países como Brasil y Chile donde es superior al 25% (véase Figura 1). Es más, Colombia es el país con la menor cifra entre las naciones grandes latinoamericanas, con excepción de Argentina donde el 1% se apropia de un pedazo ligeramente menor del ingreso total, 17,5%.

Figura 1. Fracción del ingreso que va al 1% más rico.
Fuente: World Inequality Report (2021)

Ahora bien, quizá lo que importa no es el ingreso, sino la riqueza. Al respecto, los datos de WID siguen describiendo la misma historia. Mientras en Colombia el 1% más rico de la población posee el 33,2% de la riqueza total del país, en Chile y Brasil esta cifra se acerca al 50% (véase Figura 2). En Sudáfrica esta fracción es superior al 55%. Es decir, estamos hablando de órdenes de magnitudes bastante diferentes.


Figura 2. Fracción de la riqueza que posee el 1% más rico de la población.
Fuente: World Inequality Report (2021)

Este patrón es bastante robusto al revisar el resto de datos del informe. Por ejemplo, el 10% más rico de Colombia no tiene ingresos ni fortunas relativas mayores a sus contrapartes en otros países de Latinoamérica.

Ahora, quizá es que hay algo mal en estos datos. Después de todo, ¿cómo puede ser posible que tanto las personas del común como la intelectualidad colombiana estén equivocados?

Como siempre, no hay datos perfectos, y los datos de WID no están libre de crítica. No sabemos, por ejemplo, qué tanta heterogeneidad hay dentro del 1% más rico (aunque yo pienso que hay pocas razones para pensar que esto cambie profundamente la historia). Tampoco capturamos con estos datos información sobre distribución de ciertos activos en particular, la tierra, por ejemplo; lo cual quizá sea especialmente importante en un contexto de larga violencia rural como el colombiano. En cualquier caso, WID es la fuente que mayor credibilidad tiene en la discusión internacional sobre desigualdad en la actualidad y es la forma más razonable para hacer cualquier tipo de comparación internacional sistemáticamente.

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Lo que sí creo que es particularmente interesante acerca del escepticismo sobre los datos aquí mostrados es la posibilidad de que los datos de Colombia sean de baja calidad. Más puntualmente, de pronto es que los datos sobre desigualdad en Colombia son opacos o corruptos. Esta, por cierto, es una afirmación recurrente entre economistas en Colombia. Muchos de ellos piensan que hay una falta de transparencia en los datos sobre ingresos y riqueza de parte del gobierno de Colombia. Para sorpresa de ellos, WID ofrece información al respecto y Colombia está entre los países con mayor transparencia en cuanto a la recolección y disposición de datos de riqueza e ingreso en el mundo (véase Figura 3).


Figura 3. Índice de transparencia en desigualdad.
Fuente: World Inequality Report (2021)

Me gustaría terminar con un pedazo de evidencia que ayuda a interpretar una idea también errónea que suele acompañar el mito de la desigualdad extraordinaria colombiana. Me refiero a la idea de que Colombia no solo es muy desigual en la actualidad, sino que lo ha sido siempre y que cada vez lo es más. De nuevo, los datos de WID señalan todo lo contrario. En contraste con buena parte del mundo occidental y algunos países de Latinoamérica, donde la desigualdad ha aumentado profundamente en el último par de décadas, en Colombia ésta se ha reducido. Lo ha hecho significativamente en la última década y lleva una clara una tendencia negativa por una generación entera (véase Figura 4).

Figura 4. Fracción de la riqueza que posee el 1% más rico de la población. 1995-2020.
Fuente: World Inequality Report (2021)

En conclusión, la evidencia en este momento es suficiente para señalar que Colombia no es uno de los países más desiguales de Latinoamérica, y mucho menos del mundo. Y permítanme repetir que al señalar esto no estoy diciendo que esos niveles de desigualdad sean aceptables moralmente. Yo, personalmente, quisiera que Colombia fuera mucho menos desigual. Sin embargo, una cosa es la descripción de la realidad y otra su interpretación moral.

La sociedad colombiana necesita una mejor descripción de su realidad.  Este es un elemento esencial a la hora de pensar cómo enfrentar el problema. Por un lado, reconocer que la desigualdad se ha reducido señala que ciertas herramientas y procesos del pasado han sido exitosos, y mantenerlos debería ser parte crucial de cualquier estrategia para combatir la desigualdad en el futuro. Por otro lado, ver que en otros lugares del mundo, incluyendo nuestro vecindario, existen niveles de desigualdad bastante mayores a los nuestros debería servirnos como precaución de lo mucho peor que podrían ser las cosas, lo cual es bastante útil en una coyuntura donde algunos quieren cambio, sin pensar mucho en lo que este cambio realmente puede traer.

Contacto
LinkedIn: Javier Mejía Cubillos*
*El autor es Asociado Postdoctoral en el departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford. Ph.D. en Economía de la Universidad de Los Andes. Ha sido investigador y profesor de la Universidad de Nueva York–Abu Dhabi e investigador visitante de la Universidad de Burdeos.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.