Vanni Migliaccio trabajó como mesero, dio sus primeros pasos en una discoteca en Miami y se consagró al llevar la música urbana a Europa. Hoy tiene tres empresas en Italia, España y Estados Unidos, que alcanzan una facturación de US$15 millones. Esta es su historia.
Cuando Vanni Migliaccio se enteró de los estragos que estaba ocasionando el covid-19 en el mundo, acababa de aterrizar en el que por muchos años ha sido considerado el templo mundial de la electrónica. Venía de visitar pasarelas en Milán, Italia, y se disponía ahora a concretar un par de negocios en Ibiza, donde iba a estar dos días, pero terminó encerrado por más de dos semanas.
“Cerraron fronteras y cerraron todo”, recuerda Migliaccio en diálogo con Forbes. “Era un viaje concretamente de negocios. Tenía reuniones para la temporada de verano y tuve que quedarme 15 días prácticamente de vacaciones. Fue un golpe muy duro para la industria y para mi”.
Migliaccio, quien para ese momento se había convertido en uno de los hombres claves detrás de la expansión de la música urbana en el mundo, vio cómo todo su negocio se paralizaba, obligándolo a reinventarse. Así, mientras el mundo registraba una crisis económica sin precedentes a causa de la pandemia, apostó por ampliar el portafolio de sus empresas, invertir en artistas y ejecutar un plan estratégico para salir avante de toda la situación.
Y así fue. Lo que empezó como un apuro, lo llevó a consagrarse aún más en la industria musical, en la que ha estado por más de 10 años. Oriundo de Italia, Migliaccio es uno de los promotores y booking más reconocidos de Europa en el sector de la música ‘Latin Urban‘. En los últimos años, ha logrado concretar millonarios conciertos por todo el mundo, consolidando una carrera al lado de grandes artistas de talla mundial como Romeo Santos, Daddy Yankee, Ozuna, Maluma, Anuel, Karol G y Bad Bunny, entre otros.
Cuenta el italiano, con acento latinoamericano, que es su pasión lo que lo ha llevado a estar en la cima del negocio. Agrega, incluso, que es el fruto de un trabajo de años en el que no ha sido fácil construir un nombre en medio de la agresiva competencia que se presenta en el sector.
Lea también: Empezó cargando cables y hoy produce millonarios conciertos en Estados Unidos y Europa
Los inicios
Llegar a facturar más de US$15 millones con empresas basadas en Estados Unidos, España e Italia no ha sido algo de un día para otro. La historia de Migliaccio es similar a la de muchos emprendedores, que, por sus condiciones económicas, se la han tenido que rebuscar para salir aflote con sus proyectos.
“Mi familia es muy humilde, me crie en un barrio popular, pero siempre estuve cerca de la música, que es mi pasión. En la adolescencia empecé a viajar y a trabajar en mil cosas: en restaurantes, bares y discotecas”, recuerda el empresario.
Migliaccio empezó como mesero en Italia y luego viajó a Estados Unidos, a principios de 2005, para seguir creciendo. Allí, encontró un trabajo en una discoteca de Miami y muy pronto se ganó la confianza de sus jefes. “Era una discoteca muy famosa en ese tiempo. Yo era el que debía meter a la gente, a todas esas personas que pasan por la calle”, dice. “Empecé así y me fue súper bien. Luego vieron que yo le metía pasión y eso coincidió con que un día el director artístico se enfermó y me propusieron que hiciera esa posición”.
Empezó como director artístico en la discoteca y a manejar la agenda de los artísticas. Dice que reunía en una noche, lo que usualmente ganaba en un mes trabajando como mesero. Ahí se dio cuenta que podía crecer en la industria musical, cerrando nuevos contratos y estableciendo alianzas.
“Yo quería aprender y entonces ahí hice todos mis contactos”, cuenta. “Después por motivos de familia me regresé a Europa. Trataba de hacer lo que yo había aprendido en Italia, pero al principio era muy difícil: allá no existía nada de música latina, nada de la música urbana”.

En 2008, Migliaccio volvío al viejo continente, pero fue hasta el 2011 cuando retomó su pasión y las ganas de realizar grandes conciertos. Dice que ese lapso fue un “tiempo muerto”, pese a que dos años después, en 2013, todo explotó.
“La música urbana empezó a sonar muy fuerte en el mundo y yo ya tenía los contactos. Mientras todo el mundo pensaba cómo era que contrataban esos artistas, yo ya estaba adelante de ellos con lo que había aprendido”, cuenta.
Con todo el conocimiento, y los años de esfuerzo, Migliaccio montó su primera empresa en Italia, con el objetivo de expandir la música urbana al viejo continente. Luego vino la segunda y más tarde la tercera. El resto, es historia.
Hoy, sus tres empresas facturan más de US$15 millones con la realización de grandes eventos de talla mundial. Es CEO de Lurova Music, en Italia, de Brutal Ibiza, en España, y de Upgrade Music, en Estados Unidos.
Su primer gran evento fue de Daddy Yankee en el 2012 en la ciudad de Napoli.De ahí en adelante ha desarrollado giras con los grandes de la música urbana, facturando millones de dólares y llenando conciertos de más de 40.000 espectadores.
“Obviamente los empleados son números variables, pero digamos que cuando estamos a full, estamos hablando de más de 150 empleados”, dice el empresario.
Un prometedor 2022
Ahora que el mundo retoma la presencialidad y avanza en la vacunación, Migliaccio es optimista frente al 2022. Asegura que vienen grandes proyectos este año, que empezarán con el debut de Maluma en Florencia, Italia, en marzo.
“Luego tenemos un verano que viene a tope, con giras de Anuel y Ozuna, e Ibiza”, dice el empresario, quien agrega que ya han logrado incluir la música urbana en Ibiza, por lo que para 2022 desarrollarán un gran evento allí.
“¿Qué otros conciertos para 2022? Tenemos la gira de Brutal Ibiza que va a tocar Estados Unidos, Colombia y México, entre otros, y van a ser más de 16 fechas”, advierte Migliaccio, quien asegura que este año pasarán con creces los US$15 millones de facturación.
Convierta a Forbes Colombia en su fuente de información económia.