De acuerdo con analistas de Scotiabank y Credicorp, las reglas del juego pueden cambiar en los próximos tres meses, antes de la próxima junta directiva, donde el futuro de la compañía podría tomar hasta tres caminos distintos.
La OPA de Nutresa, impulsada por la familia Gilinski, cumplió las expectativas que se gestaron alrededor de la misma. El clan liderado por Jaime Gilinski logró obtener un puesto en la junta directiva de la compañía al quedarse con 27,69% de la compañía, a falta de que el proceso de adjudicación, que concluye hoy, lo confirme del todo.
Este escenario, unido al triunfo de los banqueros en su OPA por Grupo Sura, donde se quedaron con 25,25% de la compañía tras concluir el proceso de adjudicación, y una nueva maniobra con la que apuntan a obtener otro 6,25% de la empresa, no deja ninguna duda sobre el triunfo de los Gilinski, pero es en este punto donde hay que observar las consecuencias que tendrá que afrontar el mercado bursátil colombiano.
Lo cierto es que las perspectivas no son alentadoras. Un informe de Scotiabank reveló que el mayor perdedor luego de concluida la OPA sería el mercado colombiano. Y es que, tras la licitación de Grupo Éxito, Nutresa era la única acción de consumo que quedaba. Como resultado, dicha acción es ahora menos líquida y menos invertible para inversores internacionales.
Además, el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), otro de los grandes afectados, también se vería entre la espada y la pared, por lo que está considerando listar empresas extranjeras, de acuerdo con el análisis del banco canadiense, lo que reducirá la liquidez de sus cotizaciones locales.
“Si esta medida funciona (valoraciones más altas y acciones más líquidas), es posible que se produzca una sobreabundancia de cotizaciones locales de la misma manera”, agregaron los analistas de investigación de valores de Scotiabank, Felipe Ucrós y Juan José Guzmán, dentro de su análisis en el reporte.
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La situación actual del conglomerado puede explicarse debido a la “vulnerabilidad” que mostró durante el proceso, y su escenario actual es resultado directo de asumir que “dejar sus acciones a bajas valoraciones, en mercados ilíquidos y bajo una estructura difícil de analizar no tendría consecuencias”. Ante esa perspectiva, el análisis de Scotiabank prevé un futuro difícil en los consejos de administración tanto de Sura como de Nutresa.
Otros damnificados serían los fondos de pensiones, que podrían estar fuera del índice si hasta tres o cuatro compañías decidieron vender sus acciones, de acuerdo a las suposiciones de los analistas de Scotiabank.
“La regulación colombiana ha obligado a los cuatro fondos (Porvenir, Protección, Colfondos, Skandia) a imitar las participaciones de los demás durante años, pero ahora tres podrían estar cortos de Nutresa y uno largo. Además, si la lucha por Nutresa es sólo en la primera ronda, y las siguientes siguen impulsando el precio, tres fondos tendrán rendimientos por debajo del cuarto en esta posición“, agregó la información.
En cuanto a las acciones preferentes, cabe destacar que Nutresa no tenía ninguna, mientras que Sura sí. Con esto en mente, los fondos de pensiones aprendieron una lección clave de este proceso: el voto importa, y las preferentes sin voto no deben cotizar al mismo precio que las comunes, porque nunca tendrán ofertas con primas del 30%.
“Una vez más, los fondos de pensiones, y por tanto los pensionistas colombianos, se llevarán la peor parte si las preferentes empiezan a cotizar con descuentos a los comunes“, destacó el reporte.
¿Qué va a pasar ahora?
Si todo se da según el calendario de años anteriores, la nueva junta directiva debería ser nombrada en la reunión general que se celebrará en marzo. Teniendo en cuenta que se requiere un 14,3% para un puesto en misma, los Gilinski estarían cerca de obtener dos sillas al lograr un 28% aproximado, diferente a Grupo Argos, que con 9,9% solo podría aspirar a uno.
Ante dicho escenario, no es descabellado pensar que Grupo Argos podría perder su puesto en el consejo, mientras que Sura y Gilinski tendrían dos cada uno, de acuerdo con un análisis de Credicorp.
Según el acuerdo actual, la lista completa es sugerida por los principales accionistas, por lo que no se descartan dos listas (la de GEA y la de los Gilinski) en marzo, con ambas partes compitiendo para conseguir el mayor número de escaños independientes. Sin embargo, es poco probable que Grupo Argos pierda su escaño, pues el GEA tiene casi tres meses para hacer cambios en el consejo y en las reglas del juego.
No obstante, este es apenas uno de varios escenarios que podrían materializarse en medio de esta lucha de poderes. Bajo las circunstancias actuales, hay tres posibilidades: cada grupo de inversores puede presentar una lista individual; el Grupo Gilinski se va solo mientras que otros inversores se asocian con el GEA; o este último procede por su cuenta mientras otros inversores se alían con el Grupo Gilinski.
Si se materializa el primer caso, el GEA elegiría tres directores, uno a través del Grupo Argos y dos a través del Grupo Sura. Por su parte, el Grupo Gilinski elegiría dos directores, al igual que todos los otros inversores.
En cuanto al segundo escenario, el GEA, junto con los otros inversores, elegiría cinco directores mientras que el Grupo Gilinski elegiría dos directores. Lo opuesto ocurriría con la tercera posibilidad, pues el GEA escogería tres directores mientras que el Grupo Gilinski, junto con los demás inversores, designaría a cuatro directores.
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Hay que admitir que el escenario es prometedor a pesar de que el resultado final estuvo por debajo de las proyecciones de los analistas de Credicorp, Andrés Cereceda y Carol Roca, quienes estimaban al menos el 30%. No obstante, sostuvieron que “los inversores que suscribieron la oferta hicieron un buen negocio teniendo en cuenta que el precio ofrecido implicaba sólo un ligero descuento frente a la anterior operación de fusiones y adquisiciones”.
Esto no es del todo descabellado si se tiene en cuenta que “el sector alimentario latinoamericano ha estado bajando de precio continuamente durante más de una década, y no necesariamente volverá a cotizar a los mismos niveles que en el pasado”, según los expertos.
Además, la desinversión en este campo fue a un precio históricamente alto. Esto permitiría que los inversores que se queden en la empresa tengan más acciones ilíquidas, ya que el free float caerá hasta el -20%, mientras que el consejo de administración “probablemente se dividirá teniendo en cuenta los conflictos pasados conflictos entre ambos grupos”.
Según la legislación colombiana, las licitaciones abiertas sólo son necesarias cuando un comprador pretende más del 25% de una empresa o cuando ya posee al menos el 25% y quiere aumentar su participación en un 5% o más. Esto es crucial, porque el Grupo Argos está a algo menos del 5% del umbral mínimo mínimo requerido para el 14,3%, con su participación actual del 9,9%.
Gilinski está muy cerca de de convertirse en el primer accionista, y Sura podría sentir que el banquero le pisa los talones. A su vez, el GEA no llega a poseer el 51% de Nutresa, lo que deja a todas las partes tienen un incentivo para hacer compras en el mercado abierto.
Las cartas están sobre la mesa. Solo es cuestión de tiempo para que el panorama se aclare y veamos los primeros resultados. A falta de saber si una segunda OPA por Nutresa se hará realidad (con el precedente de que ya sucedió en el caso de Sura), este negocio marcará un antes y un después en el entorno empresarial colombiano.