Johanna Gamboa, directora de Excelencia comercial para Latinoamérica en Abbvie, cuenta cómo desde joven tenía la meta de llegar a una posición de liderazgo y lo logró gracias, en parte, al apoyo de sus empleadores.

¿Cómo llegar a una posición de liderazgo? ¿Qué papel cumple la empresa para que un colaborador cumpla sus sueños? ¿Las empresas también pueden potenciar habilidades en sus trabajadores?

Esas preguntas las responde Johanna Gamboa, directora de Excelencia comercial para Latinoamérica en Abbvie, quien cuenta cómo desde joven tenía la meta de llegar a una posición de liderazgo y eso fue posible por el papel que jugaron las empresas en ese proceso.

“La vida y las oportunidades alrededor de empresas te permiten ver que puedes ver algo más allá de, por ejemplo, la bacterióloga. Y es así es como llego a trabajar a la compañía en donde podía capacitar a otros bacteriólogos, que fue un paso por el que pasé para llegar a donde estoy”.

Johanna es bacterióloga y en su proceso de crecimiento en las empresas logró potenciar habilidades adicionales con las que escaló rápidamente.

“Hay que arriesgarse, estar abierto al cambio, a la retroalimentación, a crear una red de influencia, a tener conversaciones honestas con la organización, a reconocer qué falta para llegar a la siguiente posición de liderazgo, a combinar la experiencia con el momento profesional y saber que los cambios generan temor, pero depende de uno vivir el hoy para tener un mejor mañana”.

En ese sentido, la directiva cuenta que “seis años después de haber arrancado en una multinacional trabajando en la parte de ventas y regulatoria, me empiezo a dedicar para crecer a una industria y ahí es cuando llego a esta compañía”.

Para Johanna, una empresa sí puede ser parte importante del crecimiento profesional de sus colaboradores, no solo en lo relacionado con su carrera profesional sino también en otras habilidades, como el servicio al cliente o las estrategias de marca.

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