Los alimentos siguen liderando el incremento de los precios y, según expertos, el panorama puede continuar al menos hasta el primer trimestre del año. ¿Qué se viene para el país?
Todo está caro. Esa es la frase que por estos días ha protagonizado las conversaciones entre conocidos, familiares y entre usuarios de las redes sociales. Pero aunque el dato que se conoció recientemente es alarmante, la pregunta que queda es ¿qué tan preocupante deberían estar los ciudadanos de la subida de precios y hasta cuándo seguirá así?
Primero hay que recordar que el sábado pasado, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que la variación mensual del Índice de Precios del Consumidor (IPC) fue de 1,67% y la anual de 6,94%. Esos datos no se veían desde julio de 2016, cuando el país tuvo un dólar cercano a los $3.900 y había crisis de petróleo.
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En ese momento, en 2016, Colombia también fue testigo de un paro de transporte de carga que encareció la movilidad de ciertos productos, por los que los precios siguieron subiendo. Y esa situación fue parecida a lo que sucedió en mayo de 2020, cuando el desabastecimiento incrementó los precios de varios grupos de alimentos.

Ahora, para el caso de la variación anual de enero de 2022 se ve que el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas tuvo un incremento de sus precios de 19,9%, seguido de restaurantes y hoteles (10,7%), bienes y servicios para el hogar (7,12%) y el transporte (6,9%).
Con eso, los alimentos y las bebidas no alcohólicas aportaron en 3,19 puntos porcentuales al dato anual de enero de 2022, seguido de servicios públicos y alojamiento (1,3%) y restaurantes y hoteles (1,04%).
De acuerdo con Juan Daniel Oviedo, director del Dane, estos resultados se explican por el incremento generalizado de precios por el cambio de año, pero también de la escasez de ciertos suministros que obligan a lo productores y comercializadores a cobrar más caro sus productos.
Eso se ve reflejado en un incremento importante de los precios de alimentos como la carne, la papa, la leche y el banano.
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El aumento del mínimo
Según explicó el economista Camilo Herrera, socio fundador de la firma Raddar, si bien en enero es normal que suban todos los precios como en el caso de los arriendos y otros servicios, el incremento anual muestra también que el país lleva con una inflación alta desde hace seis meses.
“En enero siempre hay inflación y de hecho, casi siempre puede explicar el 40% de la inflación de todos los años. Lo grave es que eso se suma a una inflación que se viene dando hace seis meses”, explicó Herrera.
Otro factor que ha incidido en el alza de los precios es el salario mínimo, que tuvo un incremento de 10,07% para este año, lo que define también el incremento de ciertos productos y servicios. “La capacidad de compra de los que ganan el mínimo aumentó casi 3%, lo que es una cosa muy importante y eso da una ventaja grande para algunos hogares”.
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Pese a ese alivio en las familias que reciben el salario mínimo, los hogares más pobres han sentido con más fuerza el golpe de la subida de los precios de los alimentos. Según el Dane, este grupo de personas destinan buena parte de sus ingresos a comprar alimentos, que es el grupo de productos que más se ha encarecido.
De hecho, según el departamento estadístico, la inflación anual para esos hogares es del 8,31%, casi dos puntos arriba del dato nacional de 6,94%.

¿Y ahora qué?
El incremento de las tasas de intervención del Banco de la República, que es referente para los créditos para las empresas y consumidores, es una de las cartas que tiene el país para detener la inflación. Eso sí, el efecto en el mercado no es inmediato.
Como destaca Herrera, pese a que el banco ha venido subiendo tasas que se notarían en unos seis o nueve meses, los bancos ya habían empezado a subir sus tasas teniendo en cuenta el incremento del salario mínimo, por lo que eso podría tener un efecto en la reducción de los precios al menos en el segundo semestre del año.
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Para Laura Peña, economista de BBVA Research, se podría ver “una posible respuesta más marcada del Banco de la República, que en su más reciente reunión de política puso de manifiesto su preocupación por la alta inflación al cierre de 2021, los posibles efectos de la indexación y un incremento en las expectativas de inflación, que seguramente se acentuará con el dato de inflación de enero“.
De hecho, el Gobierno Nacional también anunció un paquete de medidas para reducir los costos de los alimentos a través de una reducción de los aranceles de ciertos insumos y también un impulso a la producción local del agro en Colombia.
“En las próximas semanas avanzaremos en la reglamentación de la Ley de Insumos Agropecuarios, que busca reducir esos costos en materia de producción agropecuaria. También, en conjunto entre el Ministerio de Comercio y de Agricultura, en la reducción de aranceles a la importación de insumos en el sector alimentario, en los sectores agropecuarios. Y esta es otra medida que avanzará en las próximas semanas“, reveló el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, el fin de semana.
Inflación en 2022
Aunque la presión inflacionaria sigue por el panorama nacional y también el externo, algunos analistas creen que el incremento de precios puede permanecer durante el año pero en menor medida al dato que se vio en enero y que superó las estimaciones de expertos.
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Según cálculos que reveló el Banco de la República en su última intervención, la inflación podría cerrar el año en 4,3% y bajar a 3,6% en 2023.
En el informe de política monetaria del Emisor, apuntan también que “las estimaciones presentan un amplio margen de incertidumbre asociado, principalmente, a la evolución futura de los choques de oferta externos e internos, y sus efectos sobre los precios. También incide en dicha incertidumbre la mayor volatilidad en los precios y en su medición por cuenta de la extensión de la emergencia sanitaria y los alivios de impuestos aprobados en la Ley de Inversión Social“, dice.
En resumen, algunos analistas apuntan que el dato que se vio en enero podría bajar en el transcurso del 2022, pero aún así la inflación podría cerrar el año alrededor del 4 o el 5%. Eso dependerá, explican, de los factores externos y de cómo el mercado reaccione a las medidas tomadas por el Gobierno y el Banco de la República.
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