Germán Peralta dejó atrás su vida de consultor para emprender en plena pandemia con una plataforma que aprovecha el auge del supermercado a domicilio. Ahora Jokr es unicornio, pero esquiva una avalancha de competidores.

Son las siete de la mañana y una fila de diez motos azules están parqueadas en la puerta del centro de distribución de Jokr en el barrio Santa Ana, en el norte de Bogotá, esperando que salga el siguiente pedido. 

Adentro, en una bodega de aproximadamente 500 metros cuadrados, está Germán Peralta, en la mitad de una de las filas de las estanterías similares a las que se ven en los supermercados, revisando algunas frutas y verduras que acaban de llegar. 

“Por ser esto una tienda oculta en la que no recibimos compradores, podemos almacenar más productos que los que ubican en los supermercados donde deben ser visibles”, expone Peralta, resaltando que las filas están organizadas con una orientación de salida para que los repartidores “reciban las maletas empacadas y se la pongan para salir”. 

Peralta, bogotano, es un ingeniero que fue consultor en la firma McKinsey & Company y que lideró las operaciones de la cadena hotelera Oyo en México, hasta que a principios de 2021 recibió una llamada de Ralf Wenzel un emprendedor serial alemán que también fue ejecutivo de SoftBank, invitándolo a cofundar Jokr, una nueva plataforma que desde el primer momento adoptaría el concepto de entregas de pedidos de supermercado en 15 minutos posibles con la instalación de tiendas ocultas en distintas zonas de las ciudades.

Serían cofundadores quienes desde el primer momento se arriesgarán a ser cabezas globales en áreas como producto, operaciones, comercial y también quienes se apropiarán de regiones como Estados Unidos, norte de Latinoamérica, Brasil (donde operan con la marca Daki), cono sur de Latinoamérica y Europa.

Germán Peralta, cofundador de Jokr. Foto: Jokr.

“Las empresas grandes dejan muchos aprendizajes de estructura, procesos, espacios de comunicación y cultura, pero lanzarte desde cero es ver una oportunidad pero hacerlo con riesgo, sin paracaídas”, anota Peralta, quien lidera México y Colombia, como CEO de Jokr norte de Latinoamérica. 

Para iniciar las operaciones, sacó toda la plata que tenía en el banco para pagar la renta de las primeras bodegas en Colombia y México y se fue a una central de abastos a conseguir los primeros productos, porque no tenía relación con proveedores. Para tomar las primeras fotos, pidió una caja con un set de fotografía en Mercado Libre y acto seguido, contrataron los primeros repartidores, que salieron con volantes por Usaquén en Bogotá y en Polanco en Ciudad de México, a esperar que llegaran los primeros pedidos.

Desde entonces pasaron a atender a 10 o 15 pedidos por día a más de 500 pedidos en cada bodega, cada día. Ahora, con una valoración de US$1.200 millones, Jokr se unió a selecto club de las compañías privadas valuadas en más de US$1.000 millones, llamadas “unicornios”. Lo ha hecho con el respaldo de fondos de inversión como Activant Capital, SoftBank, Tiger Global Management y Kaszek.

“El consumidor que te compra una vez con una buena experiencia, te vuelve a comprar y con eso identifica que es lo que más se vende, usando esos datos para abastecer las bodegas”, apunta Peralta.

Los domicilios ultra rápidos son una tendencia global, por lo que Jokr ha tenido que surgir en medio de una avalancha de competidores. Rappi ha desplegado una red de tiendas ocultas en varias ciudades de Latinoamérica para su servicio Turbo, que en Colombia funciona en alianza con Carulla, con la promesa de hacer entregas en menos de 10 minutos y Merqueo ha dispuesto un servicio similar, denominado ultra.

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“La posible amenaza es la explosión demográfica de las ciudades y el incremento de vehículos que provocan las grandes congestiones que podrían impedir que se cumpla la promesa de entrega rápida”, asegura Daniel Salazar, un profesor de gerencia estratégica de mercadeo de la Unad, mencionando que a futuro podrían tomar fuerza el uso de drones y de vehículos autónomos para agilizar más las entregas. “Las empresas tendrán que asumir nuevas formas de transporte”.

Por su parte, José Gómez, country manager de Sensedia para Colombia y Perú, indica que estos servicios tan demandantes implican un enfoque en reducción de latencias, facilidad de integración y velocidad en comunicación entre canales. “El reto en el pasado era conseguir integrar los recursos para planear una entrega, hoy en día se está exigiendo un tiempo mínimo para el mismo servicio”, dice. 

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Jokr, que ha contratado más de 5.000 repartidores en su nómina a nivel global, 1.000 de ellos en México y 600 en Colombia, tiene una flota de motos eléctricas y de bicicletas eléctricas que son los vehículos en los que se mueven. También han ido encontrando eficiencias en la operación: las neveras las están cambiando por cámaras frías que consumen menos energía y han optimizado los espacios en las bodegas para que quepan más de 3.000 productos.

“Las primeras contrataciones en el equipo fueron muy difíciles, porque se trataba de conseguir la gente lo suficientemente loca para montarse en este bus, como no teníamos nada era algo que producía mucho nerviosismo”, recuerda Peralta. “Ahora mucha gente nos busca y quiere trabajar con nosotros”. 

La estructura organizacional, pensada de manera global, la han aprovechado para tener sinergia de costos en el desarrollo de tecnología y a replicar entre países los aprendizajes que vayan teniendo. “En las áreas donde tenemos repetitividad, lo hacemos para el mundo entero”, concreta Peralta. “Marketing y proveedores se manejan de manera local”. 

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