Aunque el barril de petróleo sigue al alza, la pregunta que queda es qué va a suceder con los precios de la gasolina en Colombia y si también tendrán que subir a ese ritmo.
Mientras avanzan los conflictos entre Rusia y Ucrania, que han disparado aún más el precio del petróleo y en países como Estados Unidos la gasolina ha subido a precios de 2008, para algunos ha surgido una pregunta: ¿por qué en Colombia el galón de gasolina no ha subido al mismo ritmo que el barril de petróleo?
La respuesta corta es el Fondo de Estabilización de los Precios del Combustible (FEPC).
Este fondo se creó en 2007 y se puso en funcionamiento en 2009 con el fin de convertirse en una herramienta para que el país no fuera tan vulnerable a la volatilidad de los precios de petróleo en el mundo y así los consumidores no sintieran tanto la montaña rusa de precios.
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Sin embargo, como alerta Corficolombiana en un análisis publicado recientemente, desde su creación el Fondo ha representado una carga para el país debido a que se ha acumulado un déficit que para 2021, según el análisis, podría ascender a los 10,5 billones de pesos.
Para dimensionarlo, ese déficit se acerca a lo que buscaba recaudar Colombia con la reforma tributaria de 2021, que tendría un valor promedio anual de entre 14 billones y 15 billones de pesos.
Con la subida de precios de petróleo durante 2021, que estuvo en un promedio anual de 71 dólares el barril, la diferencia entre lo que las personas pagaron por la gasolina que compraron el año pasado y lo que deberían pagar si no existiera el FEPC sería de aproximadamente 3.262 pesos. Es decir que la gente no debía pagar un galón de gasolina a 8.800 (promedio del 2021), sino de 12.000 pesos en 2021.
Y en 2022, en medio de un conflicto internacional que afecta los precios del petróleo y de la economía, esa diferencia podría subir incluso hasta los 13.600 pesos, según explica Camila Orbegozo, directora de Análisis Sectorial y Sostenibilidad de Corficolombiana y quien lideró la investigación al respecto de este centro de estudios.
Solo para contrastarlo, por la guerra en Ucrania en los últimos días Estados Unidos registró el precio de la gasolina más alto desde el 2008 a 4 dólares el galón. Y en Colombia ese dato se mantiene alrededor de los 9.000 pesos.
“En teoría, y manteniendo los demás componentes del precio final constantes, para que el precio de la gasolina reconozca la paridad internacional debería subir en ese monto”, agregó Orbegozo.
De hecho, en una columna del exministro de Hacienda en el diario El Tiempo, Mauricio Cárdenas, dijo que hay que revisar el efecto que tiene el alza del petróleo para Colombia.
“Como es apenas natural, en los mercados internacionales los precios de la gasolina y el ACPM han subido de la mano de los precios del petróleo. No ha sido así en Colombia, donde el precio por galón se ha mantenido estable. Si los colombianos estuviéramos pagando los precios internacionales, el galón de gasolina estaría 5.000 pesos más caro y el de ACPM en más de 7.000”.
Por eso es que el Ministerio de Minas aclara que “el FEPC le ha permitido tener a Colombia el segundo y tercer precio más barato de gasolina y diésel, respectivamente, de todo el continente americano”.
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¿Por qué hay un déficit?
Si bien este fondo busca mitigar el efecto en los bolsillos de los colombianos y también la carga de la subida o bajada de precios para Ecopetrol, que hace unos años subsidiaba al mercado, ha derivado en problemas fiscales para la Nación.
Según cuenta Corficolombiana en su informe, desde el 2009 este fondo ha sido dolor de cabeza para las cuentas nacionales. “En primer lugar, el precio interno de referencia de combustibles no subió al ritmo del precio externo, por una lenta convergencia que denota la fórmula con que se ajustan los precios. A esto se le sumaron presiones de economía política, principalmente, los paros camioneros y la impopularidad de aumentar el precio de los combustibles”.
Sumado a eso, la Corte Constitucional en 2013 y 2014 declaró inconstitucional ese fondeo que hacía el FEPC, por lo que el país se quedó sin alternativas para financiar esta herramienta.
Con eso, el fondo solo pudo ser subsanado a partir de créditos de la Tesorería, a través de la Dirección del Tesoro Nacional (DTN), y recursos del Presupuesto General de la Nación (PGN). Luego de eso, en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 el Gobierno ordenó pasar esas cuentas a la deuda del Gobierno Nacional Central.
Con ese panorama de fondo, la deuda acumulada del fondo en el DTN al cierre del 2019 era de 19 billones de pesos y aunque la caída del precio del barril alivió ese déficit durante el 2020 en medio de la pandemia, en 2021 el dato se disparó otra vez.
Y para 2022, ese déficit podría seguir subiendo incluso hasta $11 billones, según señala José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana.
De hecho, Cárdenas le apunta a que el déficit podría ser aún mayor. “Hasta ahora ese alguien han sido las generaciones futuras, pues el faltante se paga emitiendo TES. Dados los niveles actuales de consumo de combustibles, este subsidio puede representar 25 billones de pesos en 2022 –una cifra con la que se podría erradicar la pobreza en Colombia–”, dijo en su columna.
Para Julio César Vera, presidente de la Fundación XUA Energy y gerente general de Valjer Energy y experto en el tema, aunque no se está hablando últimamente del tema, este déficit sí debería significar una alerta para las cuentas del país.
“Hay un incertidumbre del manejo de la política y la gente no sabe a qué atenerse en materia de precios. Todos son puras asunciones porque nada es claro. Lo primero que tiene que haber es coherencia en la política de precios y eso no se está cumpliendo. Hay una bonita resolución, pero que en la práctica no se cumple“.
Incluso, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal manifestó recientemente que es importante echarle un vistazo a lo que significan esas cuentas para el país.
María Fernanda Suárez, miembro de ese comité, reconoció en una rueda de prensa que aunque hay que tener en cuenta la coyuntura social y política del momento, el país debe empezar a mirar cómo arreglar el déficit de ese fondo para el país, que genera presión finanzas de la nación.
Eso sí, el Ministerio de Hacienda detalló en la presentación del Plan Financiero que ya hay un pago previsto dentro del Presupuesto General de la Nación 2022 por 2,7 billones de pesos para cubrir parte del saldo restante de 2021.
“Así nuestros cálculos sugieren que la cuenta por cobrar remanente de 2021 ascendería a 3,95 billones de pesos. Para ello, el PGN previó como fuentes adicional de pago: sobrantes del PGN en gastos y servicio de deuda presupuestados y excedentes de dividendos de Ecopetrol por encima de lo proyectado. Este último punto en particular cobra relevancia, toda vez que casi la totalidad del déficit del FEPC es una obligación con Ecopetrol“, dice el informe de Corficolombiana.
¿Una discusión política?
Con la foto más clara, lo que señalan los expertos consultados es que lo que suceda con este fondo también tiene que ser una decisión política.
“Sabemos que por ejemplo ese subsidio a la gasolina puede ser regresivo porque hogares de ingresos altos pueden recibir subsidios grandes a través del fondo. Pero también es cierto para que una parte de la población es un insumo de la producción y eso podría afectar también los precios de ciertos productos”, apuntó López.
En medio de la coyuntura política, económica y social, una subida de los precios de la gasolina podría también suscitar otro estallido social como ha sucedido en países como Brasil y Chile, en donde el incremento de precios suscitó manifestaciones sociales en varias zonas.
“Aunque el país debe pensar en solucionar ese déficit, hay que tener en cuenta que es también una decisión de economía política. Incluso, el Gobierno podría salir a preguntarle a la gente si quiere o no que le suban los precios de la gasolina para utilizar esos recursos en otros temas, como por ejemplo, en temas sociales“, agregó López.
Mientras tanto, los analistas señalan que el déficit en 2022 podría ascender a los 11 billones de pesos si el barril de petróleo sigue en alrededor de los 90 dólares. Pero, eso sí, los colombianos seguirían pagando una de las tarifas de gasolina más baratas de la región.
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