Aunque ocurre a 11.000 kilómetros de distancia, la guerra entre Rusia y Ucrania puede dejar consecuencias en la economía colombiana que se verían a largo plazo. La cerveza, los alimentos y los medicamentos podrían subir. ¿Por qué?

Está ocurriendo a 11.000 kilómetros de distancia y todas las miradas del mundo están puestas allí. Las trágicas noticias de la invasión a Ucrania se suceden y está cambiando profundamente el mundo que conocemos. Incluso está teniendo profundos impactos en la economía colombiana ahora mismo y las consecuencias pueden sentirse durante varios años. ¿De qué estamos hablando?

Rusia y Ucrania están lejos, pero son determinantes en la economía mundial. Estos países explican 30% de las exportaciones de trigo y 75% del mercado de aceite vegetal de girasol. Ucrania es un enorme productor de cereales, de manera que los precios del trigo, la soya y el maíz se han elevado con fuerza. Al mismo tiempo, Rusia sigue siendo el primer proveedor de gas y petróleo en la Unión Europea (la Unión Europea depende del gas de Rusia en un 40%), el primer vendedor de trigo a España y abastece 50% del carbón de Alemania. De ahí que el precio del petróleo esté rompiendo la barrera de los US$100 por barril y el precio del gas esté disparado. Incluso el aluminio, del que Rusia produce un 6%, ya alcanzó precios récord.

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Por otra parte, Rusia ha sufrido una desconexión parcial del SWIFT (el sistema financiero de comunicación global), limitando sus transacciones internacionales y seguirá generando corridas bancarias que afectarán al mercado.

Sin embargo, la desconexión también tendrá efectos para el mundo. El comercio internacional está limitado, y dada la importancia rusa, puede esperarse escasez de materias primas de carácter energético. Este hecho implicará que, para que la Unión Europea pueda implementar sus sanciones más severas, primero deberá encontrar proveedores sustitutos de energía. En el corto plazo, habrá entonces un desafío de alzas de precios que reducirán la capacidad adquisitiva, sin cortar la crisis humanitaria que representará tener cerca de 7 millones de ucranianos desplazados.

Como consecuencia, a pesar del efecto positivo sobre las finanzas colombianas a través de los dividendos y el alza en la valoración de Ecopetrol, las consecuencias económicas anticipan tormenta. Sin Rusia, se pierde parte del mercado de leche y carne. Además, los precios de los combustibles, el transporte, la electricidad y los materiales aumentarán. Por tanto, para Colombia tiene enorme importancia estratégica mantener y aumentar su exploración y producción de gas y petróleo.

Además, como Colombia importa el 75% de los fertilizantes que utiliza y en el país el 42% del total de fertilizantes provienen de Rusia o Ucrania, el precio de los alimentos, la cerveza, las fibras y los medicamentos subirá. Esto hará que la inflación se acelere aún más y que la política monetaria tenga una encrucijada. La Junta de la República podría elevar las tasas de interés con más fuerza para controlar el alza de precios, o, podría hacerlo más lentamente ante el riesgo de crisis global, con lo que la inflación podría desbocarse.

Finalmente, como las sanciones económicas también incluyen congelar los activos del Banco Central ruso, la calificación soberana de Rusia se ha degradado. La incertidumbre, el nerviosismo y la volatilidad imperan en los mercados. Esta semana se vieron fuertes efectos negativos en la valoración del rublo -que llegó a mínimos-, el euro y las principales bolsas de valores del mundo. Con ese panorama, los inversionistas tendrán un menor apetito de riesgo y se retrasaría la llegada de inversión extranjera a Colombia, que, de por sí, continúa cerca de un 30% por debajo de los niveles de 2019.

Independientemente del desenlace en Ucrania, la economía colombiana también está recibiendo un impacto y pagará los costos en los próximos meses. Los efectos de la guerra en Ucrania también podrían sentirse por años en Colombia.

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Por: Germán Darío Machado Rodríguez* 
Twitter: @gmachrod 
*El autor es economista con opción en Gobierno, Magíster en Economía y Magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Los Andes. Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes y del Colegio de Estudios Superiores de Administración -CESA. Ha sido miembro de Juntas Directivas de empresas del sector energético y del sector financiero colombiano y se ha desempeñado como Asesor del Ministro de Hacienda y Crédito Público. 

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