Las AFP son un actor clave del sistema financiero. Actualmente, administran un saldo que supera los 400 billones de pesos y son uno de los más grandes prestamistas del Gobierno Nacional.
En las últimas semanas el tema pensional ha vuelto al debate público. Se han desatado profundas controversias. Se ha hablado de las comisiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (AFP) y del denominado esquema de pilares, que es una forma de acabar la división entre Colpensiones y las AFP privadas y al que algunos equivocadamente han señalado como una expropiación. El tema no generaba tanta atención desde que los Gobiernos Santos y Duque alcanzaron a elaborar y anunciar propuestas de reforma pensional que finalmente no acabaron presentando.
Mucho se ha hablado de un sistema pensional desastroso que pensiona poco (apenas 1 de cada 5 personas en edad de pensión), pensiona personas relativamente privilegiadas y de los grupos más altos de ingresos, otorga subsidios inequitativos, y que, en el futuro, dado el proceso de envejecimiento poblacional que nos viene encima, no es un esquema sostenible. Sin embargo, poco se habla de los regímenes especiales (que concentran el 65% del pasivo pensional) y del régimen privado de pensiones.
Lea también: Censo electoral y programas sociales: ¿hay descuadre presupuestal?
Las AFP son un actor clave del sistema financiero. Este, a su vez, es central para el crecimiento económico al canalizar recursos del ahorro a la inversión, posibilitar transacciones y proteger frente a posibles eventos adversos. }
Actualmente, las AFP administran un saldo que supera los $400 billones ($384 billones en pensiones y $16 billones en cesantías), invierten en acciones colombianas y extranjeras, y son uno de los más grandes prestamistas para el Gobierno Nacional. Gracias a esas inversiones en instrumentos de renta fija y renta variable, los afiliados de las AFP han recibido rentabilidades entre el 7% y el 10% anual en los últimos 5 años.
Simultáneamente, también es un gran negocio para las AFP. En un mercado altamente concentrado, pueden invertir recursos de sus afiliados en su propio grupo empresarial y cobrar por ello. A la vez, más de 2 de cada 3 de sus pensionados reciben subsidios pensionales de algún tipo. Por otro lado, un trabajador formal típico aporta -en conjunto con su empleador- 16% de su salario. De allí, solo 11.5 puntos (72%) cuentan para el ahorro y, en promedio, 1.2 puntos corresponden a la comisión de la AFP. Por tanto, en cada aporte, la comisión promedio de la AFP es un 10% de lo que va a la cuenta del afiliado.
La comisión que pueden cobrar, además, no depende de los rendimientos. La comisión no se afecta si hay rentabilidades extraordinarias, pérdidas históricas o rendimientos mediocres. Tampoco se afecta si, como ocurrió en la última década, los fondos rentan menos que un CDT disponible en el mercado. Por ejemplo, siguiendo las cifras públicas de la Superintendencia Financiera de Colombia, desde 2011, en promedio, el mejor CDT 360 días del mercado rentó más que el fondo conservador de pensiones, sin cobrar comisión.
Convierta a Forbes Colombia en su fuente de información habitual
Como consecuencia, las AFP tienen rentabilidades que son incluso 6 veces mayores a las de los bancos, de acuerdo con el último Informe de Actualidad del Sistema Financiero publicado por la Superintendencia Financiera. Este informe revela que, a partir de las comisiones de sus afiliados, el año pasado las AFP ganaron $1,03 billones, lo que representa un ROA (utilidades/activos) de 11,7%, mientras de los bancos apenas llega a 1,9%. Al mismo tiempo, el ROE (utilidades/patrimonio) de las AFP llegó a 17,7%, mientras que el de los bancos registró 13,3%.
En buena hora el tema pensional ha regresado al escrutinio público. Esto contribuye al debate y a una discusión de fondo para que el sistema de pensiones sea mejor y cumpla el papel que hoy no realiza adecuadamente: proteger la vejez de los colombianos.
Por: Germán Darío Machado Rodríguez*
Twitter: @gmachrod
*El autor es economista con opción en Gobierno, Magíster en Economía y Magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Los Andes. Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes y del Colegio de Estudios Superiores de Administración -CESA. Ha sido miembro de Juntas Directivas de empresas del sector energético y del sector financiero colombiano y se ha desempeñado como Asesor del Ministro de Hacienda y Crédito Público.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.