Cuando se habla de robótica e Inteligencia Artificial (IA) suele pensarse en las películas donde humanoides arrasan a las personas de la faz de la Tierra, aunque muy posiblemente usted ya haya interactuado con uno de estos sistemas. Ahora se trabaja para que se les pierda el miedo, se vean en función del bienestar de la sociedad y transformen el trabajo de lo rutinario a un mayor valor.

Hasta hace unos años la tecnología para la automatización con robótica e IA era costosa, requería algoritmos muy complejos, grupos de desarrollo enormes y de unos sectores exclusivos. En la actualidad hay hardware libre, librerías abiertas para crear comunidad, los precios han bajado, se usan en más sectores y más universidades se han sumado a la investigación y ejecución.

Ejemplo de esto es AudacIA, el centro de desarrollo, investigación innovación de inteligencia artificial y robótica de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla. Aunque inició como un laboratorio de fabricación dentro de Macondolab, el centro de crecimiento empresarial e innovación de la universidad, vieron que muchas solicitudes se orientaban a la automatización en sectores como salud, ambiente, cultura, turismo, educación, energía, legaltech y el sector público.

El ingeniero Reynaldo Villareal, director de AudacIA, explica que el problema ya no es fabricar la IA, sino cómo aplicar la ética en su uso, la capacitación, fortalecer la cultura organizacional y cómo implementar la tecnología. De hecho, algo que los diferencia es la creación de prototipos funcionales que se puedan validar rápido y directamente en el mercado a bajo costo. Incluso la OEA seleccionó a AudacIA como centro de referencia en Inteligencia Artificial en las américas, porque a pesar de que en otros países hay mucha más investigación el grupo suma el desarrollo con la implementación.

Lea también: Colombia publica un marco ético para la Inteligencia Artificial

Otro servicio del Centro es el desarrollo de modelos de IA para clasificar, hacer pronósticos y facilitar la toma de decisiones en las empresas, y el tercer servicio es el diseño de herramientas de automatización que agilicen procesos en las compañías.

IA al servicio de la salud

Reynaldo Villarreal, director de AudacIA, centro de investigación, desarrollo e innovación de IA y robótica de Unisimón

Mary fue la primera creación de AudacIA. Nació porque una empresa de call center buscaba una solución a que los trabajadores bajaban su motivación y producción con cada respuesta negativa o comunicación ruda, así que querían una IA que filtrara los no y los sí los dirigiera a las personas.

“Vimos que el algoritmo podía prediagnosticar a la persona, por lo que se nos acercó un médico experto en nutrición al que remitían pacientes con problemas gástricos que resultaban ser ansiedad y depresión, un diagnóstico que suele tardar y solo se agiliza con baterías de test psicológicos, pero por el volumen de consultas los tamizajes tradicionales son lentos, así que aplicamos nuestra IA”.

Mary fue usada en 38.000 niños en el Atlántico y encontraron, por ejemplo, que eran más receptivos con la máquina que con un humano, también fue usada en Momil, Córdoba, con población desplazada del conflicto armado a través del celular y lograron atender a las personas más propensas a cuadros de ansiedad y depresión.

Otra de sus innovaciones, Spitalier, analiza cientos de historias clínicas de personas diagnosticadas con cáncer de seno para determinar las variables y los detonantes. Así, al llenar el formulario se compara la persona con esa data y se clasifica según su riesgo para diagnosticar a tiempo y sugerir una revisión médica.

La tercera, Patrii, se basa en el examen de campimetría, usado en diagnóstico de glaucoma, enfermedad que afecta los ojos y causa ceguera, pero que por el volumen de pacientes suele ser demorado y entre más temprano se detecte mejor es el pronóstico, así que idearon una máquina que interpreta los exámenes de campo visual y ya han completado más de 200.000 análisis.

Trabajo interdisciplinario

Cuando Villarreal estuvo en Canadá vio que en buena parte de las startups tech había un sociólogo para determinar cómo sería el comportamiento de las personas al recibir cierta tecnología, lo que se traduciría en un mejor impacto, por esto AudacIA está conformado por expertos en ciencias básicas, estadística, matemática, física, ingeniería mecatrónica, de software, electrónica, medicina, psicología, química, diseño, expertos en UX, relaciones internacionales, entre otros, como una muestra de que la IA de calidad no es solo hacer algoritmos.

El personal de AudacIA está capacitado para atender las necesidades tecnológicas del mercado nacional e internacional

“Conozco empresarios que creen que la IA solo necesita programadores, pero yo que la estudio sé que hay conceptos no estadísticos o matemáticos; el problema no es programar, para eso ya hay librerías gratuitas, pero a la hora de implementar de forma óptima es donde vienen los problemas. Puede que lo que se construye no es funcional para lo que se pensaba, o una persona resultó más apta que la misma máquina, o peor, no se entiende la tecnología”, explica el director.

¿Qué viene para el país?

Una de las grandes apuestas de AudacIA es culturizar la industria para el uso de estas tecnologías. Recientemente la Unesco reveló el marco ético en el uso de la IA y la necesidad de lineamientos. La entidad fue muy insistente en que el único país que había iniciado los procesos de construir la ética de estas tecnologías es Colombia, e incluso el Gobierno Nacional dio a conocer un nuevo proyecto de la DAPRE que usa inteligencia artificial para ayudar a los jóvenes a buscar trabajo mediante LinkedIn, una muestra de que hay voluntad del país de seguir estas tendencias.

“La pandemia cambió el juego, el país está a la vanguardia para ver los horizontes, tenemos mucho que crecer y aprender, -agrega el ingeniero Villareal- somos un país fuerte, nos adaptamos, cada vez hay más universidades formando para robustecer el talento y lograr inversión en el desarrollo económico e industrial de las regiones, así como una sinergia interesante entre disciplinas que es ganadora”.

Por último, el director recalca que otro de los impactos positivos de la pandemia es que muchos negocios vieron la necesidad de tener una presencia digital, y esa transformación obligó a las empresas a mejorar sus datos, típicamente no tan bien caracterizados, tabulados o estructurados, y al hacerlo logran convertirlos en un activo de valor para la empresa, pueden conocer mejor a los clientes, usar nuevas tecnologías como la IA, segmentar el público, e incluso crear nuevas oportunidades de negocio.

Conozca más del Centro en: https://audacia.ai/