El gerente del Círculo de Inversionistas Innovadores (Cirii), Rafael Chavarro, comentó a Forbes que la seguridad de los contratos en el esquema blockchain, además de un sistema de asociaciones entre múltiples actores, puede convertir a Colombia en un caso de éxito internacional.

La reactivación económica ha generado un impulso importante en los proyectos de vivienda en Colombia. Tanto así, que el gobierno apoyará a la población con subsidios que pueden llegar a $50 millones en 2022, según reveló el Ministerio de Vivienda. Unido a ello, cabe destacar nuevas fuentes de financiación en este campo que ya incluyen las nuevas tecnologías.

Aquí cabe destacar actores que están trabajando en temas de contratos inteligentes en temas de blockchain, según comentó el gerente del Círculo de Inversionistas Innovadores (Cirii), Rafael Chavarro, en entrevista con Forbes Colombia.

La asociación, que también destaca por ser socia cofundadora de Colombia Proptech, ha incursionado en nuevos modelos de inversión en vivienda, cuyo valor agregado en el mercado apunta a ir “un paso más allá” registrando los proyectos desde blockchain, permitiendo que quede guardado en muchos sitios al mismo tiempo mediante muchos nodos, y que a su vez sea incorruptible.

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“Como está registrado en miles de sitios al mismo tiempo, no hay forma de inalterar o cambiar ese contrato. Es una custodia masiva a nivel de muchos servidores al mismo tiempo. Eso garantiza que el negocio que se está haciendo entre las partes esté blindado”, afirmó.

En este escenario, se posibilitó la creación de un sistema de unidades de inversión inmobiliaria (UDIN), que consiste en la elaboración de un proceso con locales comerciales. Estos van a estar consolidados en un mercado gastronómico ubicado en un edificio de más de 170 apartamentos, según comentó el ejecutivo.

“De allí vamos a tomar algunos locales que van a estar a nombre de una empresa que los compra, pero lo que se va a vender realmente son las acciones de la empresa. Cada UDIN corresponde a una de las 60 participaciones de la compañía, que es dueña de los locales y quien los administra, pero también quien recibe las rentas de las grandes marcas”, explicó Chavarro.

¿Cómo funciona?

Cirii comenzó en 2016 haciendo toda la democratización de activos. Esto a través de buscar socios que a su vez sean compañeros de los constructores en proyectos inmobiliarios. Si bien arrancaron inicialmente con un ticket alto de inversión, el monto ha disminuido con el paso de los años.

Al principio, para ser inversionista de nosotros era necesario tener $300 millones, luego lo hemos venido bajando a $200 millones, luego a $100 millones y hoy estamos ya en $54 millones. Es decir que, a través de las mismas vivencias, experiencias y demás, hemos logrado democratizarlo, y la idea es seguir bajando para que más personas tengan acceso a estos modelos de inversión”, sostuvo.

El ejecutivo también aseguró que lo que Cirii está comercializando es una promesa de compraventa de acciones con un contrato registrado no solamente en el libro de acciones de la Cámara de Comercio, sino en muchos servidores en donde quedan registradas las acciones dentro de la empresa, y adicionalmente, las condiciones de las mismas.

Esto quiere decir que aquel que decida participar puede tener un ingreso consolidado y que la marca detrás del proyecto va a pagar en promedio el 1% mensual. Asimismo, reconoció que todas esas características están en un contrato registrado a su vez en blockchain, para garantizar la interacción entre las partes.

Igualmente, explicó que se trata de inversiones donde participa un grupo de personas que no necesariamente se conocen entre sí, y que tal vez no tienen el capital completo para comprarse un local comercial, pero que pueden hacerlo unidos y recibir los beneficios de la inversión, blindados por la plataforma de blockchain.

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Lo cierto es que, si bien es un negocio interesante, una persona que quiera entrar tendría que comprarme todo un local, que puede valer entre $600 millones y $900 millones. Según Chavarro, el modelo de Cirii permite dividirlo en 60 partes, con una empresa que se encarga de administrar el negocio y de recibir las rentas a través de una fiduciaria, que a su vez ejecuta todo lo que está en el contrato.

Un ejemplo de éxito en este negocio es España, que ya ha gestionado bienes por más de €50 millones en participación democratizada, según reveló Chavarro. En Colombia, se espera que en los próximos cinco años haya un crecimiento importante, porque vienen muchas empresas haciendo lo mismo.

“La tokenización de activos es una realidad no solamente en España, sino en el mundo. Hoy ya es posible dividir un inmueble, a pesar de que el único registro que existe en Colombia es el de Notariado y Registro”, destacó.

Sin embargo, mencionó que existe la posibilidad de generar mecanismos que permitan democratizar la inversión y de que, a su vez, muchas más personas tengan acceso ingresando y saliendo fácilmente. Esto si se tiene en cuenta que existe una plataforma en la que “puedo vender mi acción dentro de la empresa el día que quiera salir“.

Al hablar del valor agregado, Chavarro reconoce que, si bien una vivienda tokenizada y una vivienda que se compra normal son lo mismo en la práctica en Colombia, la diferencia está al final del proceso.

“En la forma tradicional, hay un solo dueño que tiene que administrar el inmueble si lo compró, mientras que en la tokenizada no se habla de un solo dueño, sino un grupo importante de propietarios que, a su vez, tienen una empresa que administra y ejecuta”, afirmó.

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