Ante la ausencia de bancada propia, Rodolfo Hernández enfrentaría un escenario más complejo que Gustavo Petro, aunque este último también debe jugar muy bien sus cartas para lograr un buen margen de maniobra.

No cabe duda de que la siguiente administración cambiará de manera radical la forma como se ha hecho política en Colombia durante los últimos 20 años. Y es que tanto Gustavo Petro como Rodolfo Hernández se han destacado por un discurso anti-establecimiento que les ha llevado a una pelea reñida para la segunda vuelta electoral. Más allá de eso, hay un interrogante importante que aún no se ha respondido.

A pesar de que el Pacto Histórico es bancada mayoritaria tanto en Senado como en Cámara de Representantes, los demás escaños fueron repartidos de manera muy diversa entre el resto de partidos, dejando un panorama heterogeneo que no facilita las negociaciones de Petro en el Congreso.

Ni hablar de Rodolfo Hernández, que llegó a la contienda electoral con su propio movimiento, la Liga de Gobernantes Anticorrupción (Liga), que no cuenta con senadores, y que apenas tiene dos representantes a la Cámara por Santander. Esto le deja un capital político muy inferior que el de su contrincante dentro del poder legislativo.

Convierta a Forbes Colombia en su fuente habitual de Política

“Por nuestros arreglos institucionales, cualquier presidente tiene las herramientas legales para poder tener margen de negociación con el congreso. El punto es cual es el costo que tendrá esa negociación y cuál será la capacidad del gobierno para darle manejo”, dijo el director de Prospectiva Colombia, Mario Gómez.

Por su parte, el gerente de ‘Estrategia y Poder’, Carlos Arias, sostuvo que cuando un presidente o un político con experiencia entiende que “su poder es muy grande”, advierte que está más en su resorte hacer las negociaciones y tender los puentes en los diferentes partidos para aprobar las leyes con los congresistas.

Esto es importante si se tiene en consideración que es el presidente y el ejecutivo el que dispone de varias de las partidas presupuestales que se van a las regiones. Además de eso, es el que termina dándole oxígeno a los congresistas en las diferentes entidades descentralizadas.

El caso Petro

Para Gustavo Petro, el costo será menor comparativamente con Hernández. Cabe resaltar que el candidato llega al congreso con un partido propio, con 20 curules de 108 en Senado y 25 de 188 en Cámara de Representantes, números que le podrían ayudar a conformar una coalición de gobierno más facilmente.

Sumado a esto, por el contexto económico y social del país, habría un ambiente propicio para impulsar reformas sociales y económicas que se requieren con urgencia. Adicionalmente, Gómez recalcó que Petro “conoce muy bien y sabe negociar con el Congreso, donde ha estado por casi tres décadas”.

Para la directora General de la compañía de asuntos públicos ‘Seguimiento & Estrategia’, Diana Medina, es importante tener en cuenta que el Pacto Histórico, con apoyo de bancadas como Fuerza Ciudadana, Comunes, algunos líderes del Partido Liberal y Partido Verde, lograría consolidar una gobernabilidad en el Congreso del 23.2%, un panorama bastante favorable para la centro-izquierda colombiana.

Lea también: ¿Cambio vs Cambio? Las perspectivas que deja el enfrentamiento de segunda vuelta

Es por ello que, si bien hay negociaciones más tensas y difíciles en ese poder del ejecutivo, Arias resaltó que Petro tiene mayor posibilidad de tender puentes porque no tendría que negociar con todas las bancadas, sino con algunas, en consideración a que el Pacto Histórico tiene un número importante de congresistas.

Un caso llamativo es el del Partido Verde, como se ha advertido en las últimas semanas, pues ha venido sumándose a la campaña de Gustavo Petro, lo que les ubica dentro del Pacto sin ser congresistas.

“Aunque muchos de ellos no le vayan a firmar un cheque en blanco, seguramente podrán tranzar, o en términos ideológicos, o en términos burocráticos, su participación y su aprobación a leyes que tenga Gustavo Petro”, comentó Arias.

El caso Rodolfo

Según Medina, el panorama para el Ingeniero es difuso al no contar con un partido o movimiento político de peso que lo respalde. Lo anterior se hace evidente debido a que la Liga de Gobernantes Anticorrupción alcanzó únicamente dos escaños en Cámara Baja, lo que se traduce en una influencia dentro del legislativo del 0.006% y un nulo apoyo de otros partidos al categorizar su candidatura como independiente.

Con esto, de llegar a la Presidencia, el ingeniero se podría enfrentar a una crisis de gobernabilidad al no contar con una estructura política sólida dentro del Congreso que impulse sus iniciativas legislativas.

Sin embargo, este escenario podría fluctuar para segunda vuelta y con el fin de asegurar la victoria tendería a acercarse a partidos y personalidades que representan la centro-derecha. Eso sí, esto debe hacerse sin comprometerse públicamente con ellos para no desdibujar su discurso de candidato independiente y configurarse como el outsider de la contienda electoral de 2022.

Mientras termina la campaña, es muy factible que Hernández no tome partido y/o inclinación hacía ninguna tendencia política, ya que en este momento representa un riesgo en su votación, pero sí es claro que necesita de los votantes y apoyo de partidos como el Conservador, MIRA, Colombia Justa Libres, Partido de la U y Cambio Radical, que actualmente representan el 62,4% del Congreso de la República.

Lea también: Efecto Rodolfo Hernández: peso colombiano marcó su mayor alza en más de 12 años

“Solo al momento de ganar la Presidencia tendrá que definir cuál será su relación con las diferentes bancadas para garantizar gobernabilidad en el Legislativo”, recalcó Medina.

Con esto en mente, Gómez recordó que hay otro hecho que aumentaría los costos de Hernández para tener margen de negociación en el congreso, y tiene que ver con el juicio por las irregularidades del contrato con la empresa Vitalogic, gestado durante su periodo como alcalde de Bucaramanga

De quedar electo, el proceso “será trasladado a la Comisión de Acusación del Congreso, donde se dará inicio al proceso de trámite de acusación y posterior juicio político. Esto elevará sus costos de negociación y por lo tanto su margen de maniobra en el Congreso“, explicó el experto.

Sumado a lo anterior, no se puede ignorar que Hernández no tiene experiencia en Congreso. Por lo tanto, podría verlo como un asunto menor y restarle importancia y no negociar desde el principio, lo cual generaría un freno a sus propuestas durante el primer año mientras logra una negociación que le genere mayorías.

Panorama general

Pese a que Hernández tiene más difícil una negociación en el Congreso porque no tiene bancada, Arias insistió en el hecho de que “el poder presidencial es muy grande”, y a pesar de que tenga resistencia en algunos momentos al inicio del Gobierno, su experiencia como alcalde puede darle herramientas de maniobra.

“Una persona que ha manejado el ejecutivo, como en el caso de ambos, que fueron alcaldes y que han advertido ese tipo de dinámicas, sabrá que puede plegar de alguna manera a los congresistas hasta que las bancadas empiecen a conformarse alrededor de él, en consideración a que es el poder del ejecutivo el que termina disponiendo de parte de los recursos que llegan a las regiones”, dijo.

Aunque esos recursos ya estén predispuestos legalmente y constitucionalmente, pues no pueden truncarse porque un gobierno quiera o no, sí se pueden facilitar más rápido. Como provienen del gobierno nacional, pueden llegar más facilmente a las regiones en algunos casos, si el presidente así lo dispone.

Pese a que los métodos de cada candidato dejan entrever inicios complejos en el Congreso, su experiencia como alcaldes, así como la potestad del poder ejecutivo, pueden darles herramientas útiles para promover iniciativas exitosas. Habrá que esperar al 19 de junio para tener un panorama mucho más claro, pero de entrada es evidente que vienen tiempos complejos para el nuevo mandatario, sea quien sea.

Siga a Forbes Colombia desde Google News