La economía colombiana presenta tantas fortalezas como debilidades. Y todas deben ser analizadas de cara a unas elecciones determinantes para el futuro del país.
La economía colombiana, como hemos ido analizando a lo largo de estos meses, presenta numerosas luces, así como sombras, que siguen preocupando a la ciudadanía de cara a unas elecciones presidenciales que determinarán el futuro de esta atractiva, pero desequilibrada economía emergente.
De la misma forma que hablamos de una de las economías que mejor desempeño ha tenido durante la pandemia, los desequilibrios que enfrenta el país, como podría ser el hecho de poseer uno de los mayores índices de desigualdad del mundo, no terminan de convencer a una población que, como adelantan las encuestas, podría ofrecer su descontento en las urnas.
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Tras una primera vuelta en la que no parece que pueda extraerse una visión clara de la opinión que tiene la ciudadanía, los colombianos ya se preparan para una segunda vuelta en la que pretende elegirse al que será el nuevo presidente de la República los próximos cuatro años. Y hay que decir que, pese a esas encuestas, el resultado se encuentra muy reñido; pues, de la misma manera que encontramos a una parte de la población que aprueba el mandato del presidente Duque, otra gran parte de esta se encuentra descontenta con la misma, buscando una alternativa en estos comicios en el líder de la oposición, Gustavo Petro.
Y es que hay que decir que hablar de Colombia es hablar de una de las economías con más capacidad de América Latina, a la vez que hablamos de una economía que pretende situarse como la economía que liderará la recuperación económica en la región. Pero, de la misma forma, Colombia presenta otra cara bastante más pesimista, y en la que debe trabajar si quiere ser una economía de primer nivel. Pues hablamos de una economía con fortalezas, pero también de una economía que, con niveles de desigualdad como los mostrados, así como con una informalidad como la observada en estos años, presenta numerosas debilidades que podrían decantar la balanza en favor del líder de izquierdas.
En otras palabras, analizar la economía colombiana es hallar dos caras que, en el análisis, quedan incompletas si se analizan en solitario. Pues, como señalamos, hablamos de una economía que se recupera, y que lo hace a un ritmo bastante deseable por parte de numerosas economías en el mundo. Pero ello no quita que hablamos de una economía que se posiciona, hoy en día, como la economía con mayores niveles de desigualdad en el mundo.
Por un lado, vemos una economía que se abre al exterior, que crece, se recupera y prevé desarrollarse más de estimado en los próximos años, pero, por otro lado, como se aprecia, vemos desequilibrios que deben combatirse con reformas estructurales que, a la luz de los datos, no han sido aplicadas.
Así, Colombia, y como hemos señalado anteriormente, es una economía que promete bastante en lo que a la recuperación económica tras la pandemia se refiere. Para que hacernos una idea de lo que cuento, hablamos de la economía de América Latina que más prevé crecer este año, liderando, prácticamente en solitario, una recuperación en la que el resto de las economías de la región se encuentran bastante más descolgadas. En cifras, hablamos de un crecimiento que, atendiendo a las previsiones económicas que ofrecen los distintos organismos, podría situarse en el 9,9%, pudiendo cerrar el año con cifras que, finalmente, podrían superar los dos dígitos.
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Sin embargo, los estudios y los datos que muestran estos también nos dicen que la economía colombiana, por ejemplo, presenta unos niveles de desigualdad económica que la sitúan como la economía más desigual de todos los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De la misma manera, estos mismos datos nos indican, por ejemplo, que Colombia es una economía en la que la informalidad económica alcanza niveles insospechados, superando el 50% de la población empleada en el país, la cual está condenada a sufrir las consecuencias de esta situación de informalidad.
Pese que hablamos de una economía de la que puede resaltarse el trabajo llevado a cabo hasta la fecha, también debemos señalar que numerosas problemáticas que enfrenta el país siguen pasándose por alto, en tanto en cuanto siguen ensanchándose los desequilibrios y se condena a la población a las consecuencias que estos tienen en ella. La situación, que puede parecer buena, precisa de reformas de alto impacto que, por un lado, permitan solventar la situación que atraviesa aquella parte de la ciudadanía que sufre estas problemáticas y, por otro lado, que permitan alcanzar el desarrollo integral que precisa este país para acercarse a esas economías que, por otro lado, persigue parecerse.
En resumen, la doble cara de la economía colombiana es el mejor análisis que puede realizarse de cara a las elecciones. Analizar el buen desempeño de la economía colombiana, sin tener en cuenta los desequilibrios, es un análisis tan sesgado como aquel que critica a Duque por no corregirlos, pero sin resaltar ese buen comportamiento y el liderazgo que hoy ostenta. Con todo, hay quien opta por centrarse en uno solo, pero debemos pensar todo lo que está en juego, pues la persona elegida será la responsable de alcanzar todo aquello que tanto se demanda.
Por: Francisco Coll Morales*
*El autor es economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia. Analista, habiendo colaborado con organismos como el Foro Económico Mundial, el Foro de Turismo Mundial o el Secretariado de Transparencia Internacional.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.