Desde hace 10 meses en el Valle del Cauca venimos implementando Compromiso Valle, una herramienta de impacto colectivo que busca brindarles oportunidades a los que más lo necesitan.

Por María Isabel Ulloa*

El estallido social ocurrido hace un año demostró que los jóvenes sentían tanto rechazo por los políticos, como por los empresarios. Del lado de los políticos, este rechazo se explicó en la frustración generada por años de incumplimientos y corrupción en todas las esferas de lo público. Por el lado de los empresarios, el mayor reclamo de los jóvenes en las calles era el distanciamiento percibido y el sentir que a los empresarios no les importaban sus difíciles realidades. Lo único que oían se refería al empleo que generaban, las utilidades y el crecimiento económico.

Desde hace 10 meses en el Valle del Cauca venimos implementando Compromiso Valle, una herramienta de impacto colectivo que busca brindarles oportunidades a los que más lo necesitan.

La iniciativa surgió de la escucha activa, de horas de conversaciones entre empresarios, jóvenes y líderes sociales. Hoy podemos decir con orgullo, que Compromiso Valle reúne ciudadanos, instituciones como Comfandi, la Andi Valle y la Cámara de Comercio de Cali, fundaciones empresariales, familiares y sociales, más de un centenar de empresarios  y unos 27.000 beneficiarios.

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Hay mucho camino por recorrer. Si bien lo alcanzado no soluciona los problemas estructurales de la región, sin duda hemos avanzado en la construcción de confianza entre los empresarios y la comunidad, especialmente la más vulnerable. No solo los empresarios han ido a los diferentes territorios a entender de primera mano sus realidades, sino que muchos de los jóvenes se han acercado por primera vez a las empresas y visitándolas, han podido evidenciar cómo funcionan y cómo aportan a la sociedad de la que todos hacemos parte. 

La cercanía alcanzada es invaluable. Hoy es más claro que juntos somos más fuertes y que las regiones las sacamos adelante trabajando en equipo, desde la diversidad e identificando propósitos comunes. Los empresarios han reconocido que generar empleo no es lo único importante y los jóvenes han comprendido que hacer empresa no es fácil y que es clave para alcanzar las oportunidades con las que sueñan. Todos se han reconocido como seres humanos, con tristezas, alegrías, retos y anhelos.

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Hace un par de semanas los empresarios de las juntas directivas de la Red PRO que reúne a ProAntioquia, ProBarranquilla, ProBogotá, Propacífico, ProRisaralda y ProSantander, ratificaron su compromiso con los desafíos del país: educación, empleo, generación de ingresos, cuidado del medioambiente, equidad de género, valoración de la diversidad y promoción del arte y la cultura, inclusión social, formalización laboral y creación colectiva de riqueza. 

Además, inspirados en Compromiso Valle y otras iniciativas regionales, decidieron crear el movimiento Compromiso PRO, conformado por organizaciones y líderes sociales, empresarios, gremios, emprendedores y academia, para actuar colectivamente por el empleo de jóvenes y mujeres, la seguridad alimentaria, el emprendimiento y los liderazgos.

Más que nunca debemos tener empresarios comprometidos con lo social y, esto es, con la generación efectiva de oportunidades. Los empresarios colombianos llevan décadas haciendo grandes contribuciones a través de estrategias de responsabilidad social y generación de empleo. Lo que debe cambiar hoy es la cercanía, el diálogo directo con la gente, la disposición a construir colectivamente y la decisión de no delegar la relación más importante: la relación con su entorno. No podemos seguir permitiéndonos que al país le vaya bien y a la gente le vaya mal. 

*La autora es directora ejecutiva de Propacífico

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