Un sistema único de protección a la vejez, derivado de una reforma integral para ese nicho, ha sido abarcado como el punto más importante a corto plazo.

Una de las discusiones más profundas que se han dado en medio de las elecciones presidenciales han estado ligadas a la necesidad de una reforma pensional. Ante la importancia de lo que está en juego, así como la dificultad de llevarlo a cabo, los actores del sector han decidido dar su aporte al debate desde el inicio.

Uno de los puntos más importantes, y en el que coinciden practicamente todos los involucrados, lo mencionó el presidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías (Asofondos), Santiago Montenegro, quien aseguró que Colombia debe tener un solo sistema de protección a la vejez y dejar atrás la noción de dos regímenes contributivos de pensiones que compiten entre sí.

“La discusión no puede ser entre un régimen público versus un régimen privado, sino entre un régimen viable y eficiente y otro que no lo es. Y dicho régimen resultante deberá ser administrado por entes tanto públicos como privados, operando, por supuesto, bajo las mismas reglas de juego”, afirmó.

En línea con lo anterior, el ejecutivo hizo hincapié en la necesidad de extender el programa Colombia Mayor a todos los adultos mayores de Sisbén A y B, que cubra la línea de pobreza absoluta. Para Montenegro, este programa deberá convertirse en un verdadero pilar solidario para quienes no tienen capacidad de ahorro por la informalidad laboral.

Con respecto a su financiación, sostuvo que los costos podrían solventarse con la gradual eliminación de los subsidios del régimen de prima media, que, como está hoy en día, solo es sostenible en el tiempo por la fuerte caída en su tasa de cobertura.

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El presidente de Porvenir, Miguel Largacha, reconoció que ha existido un consenso en el país desde hace varios años sobre la necesidad de una Reforma Integral a la Vejez dados los problemas estructurales del sistema actual: baja cobertura, cambios demográficos, desigualdad en los subsidios e insostenibilidad del régimen de reparto.

“Si bien a lo largo de este tiempo hemos visto un gran número de propuestas para dar soluciones a los retos del sistema pensional, el debate no puede perder de vista que en su construcción, un sistema de protección a la vejez debe guardar un equilibrio entre cobertura, suficiencia y sostenibilidad, como lo han manifestado autoridades como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la OCDE”, dijo.

Largacha también destacó que, a través de Asofondos, se ha insistido en que la reforma de protección a la vejez debe estar basada en el ahorro. Para ello, es clave dejar atrás la discusión entre régimen público y régimen privado.

Al mismo tiempo, la presidenta de Colfondos, Marcela Giraldo, señaló que es fundamental que se movilicen tanto el Gobierno como los legisladores, pues son quienes deben llevar a cabo las reformas profundas que se requieren.

“No hay duda de que el sistema de protección a la vejez necesita una reforma que fortalezca lo mucho que se ha avanzado y que emprenda, al tiempo, una transformación que se acomode a la realidad socioeconómica del país y que cubra a los colombianos que, históricamente, se han quedado por fuera: campesinos, trabajadores informales, madres de familia, entre otros“, resaltó el presidente de Protección, Juan David Correa.

Unido a ello, y siguiendo el norte de lograr un equilibrio en el futuro sistema, Largacha mencionó que la propuesta que se ha planteado desde las AFP vela por ampliar la cobertura, lograr una pensión que sea financieramente estable en el tiempo y buscando que los subsidios se distribuyan a los que más lo necesitan.

Análisis a fondo

La propuesta impulsada desde Asofondos contempla cuatro pilares en el Sistema Integral de Protección a la Vejez: un primer pilar no contributivo con una pensión básica universal para adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad; un segundo pilar semicontributivo, fortaleciendo los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) con base en las devoluciones de saldos; un tercer pilar contributivo obligatorio, basado en un sistema de capitalización individual solidario con administrados públicas y privadas; y un cuarto pilar contributivo voluntario para que las personas puedan estar mejor preparados para la vejez.

Frente al pilar semicontributivo, Montenegro señaló que los BEPS pueden convertirse en verdaderas rentas vitalicias con base en las devoluciones de saldos de quienes no alcanzan a jubilarse en el RAIS, devoluciones que, como mencioné anteriormente, son siete veces más grandes que en el régimen de prima media. 

En cuanto al pilar contributivo del sistema, el directivo destacó que deberá ser de capitalización individual, con administradores privados y públicos, operando bajo las mismas reglas de juego.

Cabe mencionar que, en su forma actual, el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) requiere cambios normativos y regulatorios para la consolidación del mercado de rentas vitalicias. Esto para lograr una adecuada provisión del seguro previsional y para que el régimen de capitalización no tenga que asumir los riesgos no inherentes al mercado, ya sea procedentes de fallos judiciales o de ajustes políticos al salario mínimo.

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Comprendiendo el panorama social y económico de Colombia, Correa sostuvo que nuestro sistema de pensiones debe integrar cinco pilares fundamentales de desarrollo: universalidad, equidad, solidaridad, flexibilidad y sostenibilidad.

“En definitiva, debemos buscar mecanismos para afrontar los retos actuales sin desviarnos del propósito de la protección para la vejez: la sostenibilidad y responsabilidad con las generaciones futuras”, recalcó.

Teniendo en cuenta lo anterior, Montenegro no dejó de lado el hecho de que también se debe fortalecer el ahorro voluntario para aquellas personas que quieran estar mejor preparados para cubrir los riegos de la vejez. En esto concordó Giraldo, quien resaltó la importancia de la construcción de patrimonio y la importancia de la disciplina en el largo plazo, hábitos que deben iniciar desde la juventud.

Adicional a ello, la presidenta de Colfondos aseguró que pensar en una solución de protección a la vejez debe tener una visión de futuro y de largo plazo. Esto implicaría “garantizar que estamos construyendo un mecanismo sostenible para los jóvenes de hoy y del futuro, no solo corregir la problemática existente con las personas que hoy superan los 65 años”.

En segundo lugar, se refirió a la necesidad de un sistema con equidad que genere los incentivos para aportar, cada quien en la medida de sus posibilidades, donde se complemente el ahorro obligatorio con el voluntario y en donde no existan arbitrajes que beneficien a las personas de mayores ingresos.

Factores generales a considerar

Más allá del foco en la vejez, los ejecutivos coinciden en la importancia de proteger el ahorro privado, que es la plata que mensualmente aportan los afiliados y que es administrada profesionalmente por las administradoras de fondos de pensiones. Es decir que lo que recibe cada pensionado del régimen privado es fruto de sus ahorros más los rendimientos que estos producen.

Adicionalmente, el presidente de Skandia, Santiago García, subrayó la importancia de que se eliminen los subsidios del Estado a las pensiones altas y que haya una competencia real entre el sistema público y el privado para que los colombianos puedan elegir libremente en cuál puedan estar y se beneficien de esta competencia.

Por otra parte, aseguró que incentivar la formalidad laboral y por último, mantener los incentivos al ahorro voluntario, pues las pensiones obligatorias “son solo una base” para lograr un régimen mucho más completo en el corto plazo.

“Por supuesto, ajustes de esta naturaleza no son fáciles realizar, particularmente en momentos en los que tienden a primar las visiones populistas y binarias de la sociedad, las que dividen a los colombianos entre buenos y malos, amigos y enemigos, y consideran a la libertad individual, a democracia representativa liberal, a la economía de mercado como los grandes enemigos a vencer”, concluyó Montenegro. 

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