En el clima actual, si los gobiernos y los actores de la logística pueden desarrollar soluciones juntos, podría convertirse en un líder en el espacio de la logística.

Por: Alfonso de Los Ríos*

Los dos últimos años han puesto a prueba a los gobiernos de América Latina. La pandemia hizo que las autoridades introdujeran medidas financieras y sociales sin precedentes, y ahora, a la luz de los nuevos desafíos, las comunidades vuelven a buscar el apoyo de los gobiernos.

Un sector que necesita la ayuda de los gobiernos es el de la logística. El conflicto en Europa del Este, combinado con el aumento de las tasas de inflación, ha hecho que las empresas de transporte mundial suspendan sus servicios, y que las tarifas de los fletes aéreos y de los camiones cisterna aumenten drásticamente. En América Latina, donde los actores de la logística están muy fragmentados y la adopción de la tecnología ha sido lenta, los gobiernos deben actuar no sólo para capear el temporal actual, sino para preparar a la región para futuras crisis.

América Latina ha demostrado su capacidad de recuperación una y otra vez, y en el clima actual, si los gobiernos y los actores de la logística pueden desarrollar soluciones juntos, podría convertirse en un líder en el espacio de la logística. Especialmente cuando las sanciones rusas abren brechas en la fabricación y el abastecimiento, América Latina puede emerger como un proveedor alternativo. Pero para conseguirlo, los gobiernos tienen que demostrar la misma valentía que tenían en el momento más álgido de la pandemia.

Vengo de una familia de trabajadores del transporte de mercancías en México, y he cofundado el primer agente de carga 100% digital de América Latina. Esto es lo que creo que la logística de la región necesita ahora de sus gobiernos.

Plataformas de actualización en tiempo real sobre las incidencias

La congestión de los puertos y la escasez de contenedores son sólo dos de las muchas perturbaciones que el sector logístico está afrontando en 2022. Los cuellos de botella creados por la pandemia se ven exacerbados por el conflicto en Europa del Este, lo que significa que los actores de la logística necesitan actualizaciones rápidas y precisas sobre el impacto de sus partes móviles y cómo pueden responder.

Los gobiernos pueden ayudar implementando tecnología que muestre información sobre los retrasos y el estado de las mercancías en tiempo real. En la actualidad, los transportistas del sector tienen sus propias reglas para esta información: algunos la comparten, otros la limitan a sus clientes activos y otros la mantienen para uso interno.

En Perú, la agencia gubernamental PromPerú ya cuenta con una plataforma en la que se detallan las operaciones de comercio de mercancías, incluidas las interrupciones debidas al conflicto ucraniano. Sin embargo, la información facilitada se actualiza a intervalos, por lo que las empresas de logística no pueden tomar decisiones totalmente informadas basándose en ella.

Los gobiernos pueden establecer plataformas que estén disponibles para todas las partes logísticas del país, y que sean dinámicas para que las empresas puedan interactuar con los datos. Por ejemplo, si una ruta está bloqueada, la tecnología debería sugerir otras rutas posibles.

El Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN) también debería estar integrado en estas plataformas en tiempo real, de modo que si una empresa de logística decide hacer un cambio en un envío, la documentación se modifique automáticamente. El PLN puede detectar los campos de entrada específicos de los textos de código abierto y añadir la información pertinente de los documentos existentes. De este modo, las empresas pueden solucionar rápidamente los problemas logísticos a medida que van surgiendo.

Interoperabilidad entre actores logísticos

La logística de América Latina existe en su mayoría en silos, con cada rama operando separada de las demás. Esta separación contribuye a que casi la mitad de los contenedores de la región se retrasen o se extravíen. Al mismo tiempo, muchos camioneros de la región dependen de plataformas de terceros para conectarse con sus clientes y corredores, por lo que las empresas no tienen una vista de pájaro sobre la comunicación.

Los gobiernos deben lanzar iniciativas que interconecten a los actores y creen una mejor visión de la logística. Un gran ejemplo es el Freight Logistics Optimization Works (FLOW) de Estados Unidos, diseñado para mejorar el intercambio de información entre puertos, asociaciones navieras, transportistas, transitarios y operadores. La organización también se sirve de la colaboración para hacer sitios emergentes para los contenedores según sea necesario con el fin de aliviar la congestión.

Un marco similar funcionaría en América Latina, vinculando a las instituciones privadas y públicas para facilitar las operaciones y aumentar la agilidad en tiempos de turbulencia.

Aprendizajes entre países para aliviar los costes

Los exportadores e importadores necesitan un socio en los gobiernos latinoamericanos, ya que los costes se están disparando. El coste medio del flete de un contenedor de 40 pies en todo el mundo se ha quintuplicado desde que comenzó la pandemia. Mientras tanto, los precios en América Latina aumentaron un 8,3% en 2021, el mayor salto en 15 años y más alto que otros mercados emergentes. Estos cambios repercuten en cómo, y si, las poblaciones latinas acceden o no a los bienes del exterior.

Los gobiernos pueden aliviar el aumento de los costes y fomentar las compras internacionales reduciendo los aranceles y los impuestos para determinados artículos. En Colombia, las autoridades aplican un arancel del 0% a un gran número de bienes que no se producen en el país. También hay propuestas en curso para reducir los aranceles del Canal de Panamá (60 de 430). Asimismo, los distintos gobiernos pueden ser más abiertos con sus datos de comercio exterior para comprender los patrones comerciales de América Latina en su conjunto, e identificar nuevas oportunidades de importación y exportación.

Actualmente, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Uruguay publican sus estadísticas, pero otros gobiernos deben seguir sus pasos. Un sistema de información transparente promueve una sana competencia de precios, además de estandarizar la recopilación de datos en toda la región, posicionando a América Latina como una entidad logística más unida.

Soluciones granulares para las opciones de transporte

La logística abarca el transporte marítimo, aéreo y terrestre, pero a pesar de esa diversidad, la mayoría de las empresas de logística utilizan el mismo conjunto de herramientas para todos los modos de transporte. Sin embargo, cada opción tiene sus propios retos específicos, requiere soluciones adaptadas y necesita diferentes medios para analizar la información.

El papel de los gobiernos para satisfacer estas necesidades es desplegar una tecnología que se adapte a cada forma de transporte. Por ejemplo, cuadros de mando que transmitan la saturación y capacidad de los puertos, servicios de mensajería que confirmen las llegadas por vía aérea y sensores en los camiones que supervisen el estado de las mercancías en tránsito.

Más allá de los aspectos prácticos, los gobiernos deberían invertir en la seguridad de los trabajadores y combatir activamente las amenazas a las que están expuestos. La Terminal Pacífico Sur Valparaíso de Chile cuenta con una plataforma de formación en la que los empleados pueden señalar abiertamente las prácticas inseguras, que los gobiernos pueden utilizar para abordar los riesgos generalizados en la logística marítima. Del mismo modo, la empresa chilena SITCOMEX ha tomado medidas para proteger su flota de camioneros digitalizando el proceso de identificación a la entrada de sus instalaciones. Con la tecnología inteligente para confirmar las llegadas, los conductores ya no tienen que dejar sus vehículos ni llevar documentos personales.

En otro lugar, Perú está aplicando la tecnología inteligente en su iniciativa Proyecto Smart Port en Puerto del Callao. El programa integra big data, blockchain y machine learning para hacer frente a las barreras habituales en la logística marítima. Utilizando el Puerto del Callao como base, los gobiernos pueden ayudar a otros lugares a convertirse en puertos “hiperconectados” ofreciendo una mayor educación en torno a la tecnología. Por ejemplo, los gobiernos pueden trabajar con las empresas de logística para dar forma a los planes de estudio para una mejor alfabetización tecnológica y su aplicación en diferentes sectores del transporte.

América Latina tiene el potencial no sólo de superar los obstáculos actuales, sino de emerger como un líder mundial de la logística plenamente realizado. Pero esta evolución no se producirá sin la ayuda de los gobiernos que proporcionen la tecnología, la visión y la influencia para unir a los actores logísticos latinoamericanos (y a las naciones).

*El autor es cofundador y CEO de Nowports.

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